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Comunidad Valenciana

La tensión de las familias vuelve a explotar y rompe la solemnidad del funeral de la dana

El fuerte operativo de seguridad no ha podido evitar los gritos e improperios contra Mazón y Sánchez

La tensión de las familias vuelve a explotar y rompe la solemnidad del funeral de la dana

Funeral de la dana. | EFE

Dicen que el dolor, cuando se aplaza, duele dos veces. Por eso, que el funeral de la dana —capaz de reunir a todas las instituciones del Estado para rendir homenaje a sus 237 víctimas— se haya celebrado un año después de la tragedia es señal de que este país tarda incluso en ponerse de acuerdo para llorar. No por falta de compasión, sino por exceso de política. Doce meses de choques, de ruido, de desencuentros. Pero al fin, este 29 de octubre de 2025, la memoria ha encontrado su sitio. En el Museo Príncipe Felipe de Valencia, el país ha apartado la política para recordar, una a una, las doscientas treinta y siete vidas que el agua detuvo para siempre hace justo un año.

Sin embargo, el férreo control de seguridad no ha impedido que las familias explotaran minutos antes de comenzar el acto y eso que el viejo cauce del Turia sobre el que se asienta la Ciudad de las Ciencias había sido tomado literalmente por la Policía. El tiempo de espera en las sillas de los familiares desde primera hora de la tarde ha ido acumulando la tensión contenida que ha estallado al mostrarse en los monitores presentes la imagen de Sánchez en una sala contigua y la del presidente Mazón entrando en el recinto. Han sido varias familias quienes han comenzado a llamar «asesinos», «traidores» y «cómplices» a todos ellos aunque con especial hincapié sobre el dirigente valenciano, especialmente al final del acto.

A los gritos y descalificaciones se han unido varias proclamas en camisetas negras que portaban alguno de los asistentes. «Eran muertes evitables» o «asesinos, cómplices, traidores» fueron dos de las manifestaciones serigrafiadas.

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Intervenciones familiares

Los parlamentos han estado protagonizados por los familiares de las víctimas, tres de las comunidades más afectadas. Dos intervenciones han correspondido a familiares valencianos y una a una representante de Castilla-La Mancha. Sus palabras, sencillas y contenidas, han devuelto humanidad a las cifras. Andrea Ferrari, de 20 años, perdió a su madre (Eva) a la salida del trabajo en el municipio de Ribarroja.

La joven ha querido rendir un recuerdo a su madre y al resto de presentes. «Este funeral nos ayuda a vivir con la misma luz con la que ellos vivieron. Es un acto de compromiso para mantener su recuerdo vivo para siempre. Un año después no ha llegado aún la calma. Mientras haya memoria, no habrá olvido», ha señalado.

Naiara Chuliá esposa de un vecino de Bétera que falleció hace un año ha querido tener un recuerdo para su marido: «El momento más duro de mi vida fue decirle a nuestros hijos que no volverías. En mis sueños he intentado tantas veces salvarte que siempre que lo iba a lograr despertaba. Nuestros dos hijos han sido nuestra salvación. Me invade la tristeza pensar que la vida siga aunque tú no estás».

Virginia Ortiz, vecina de Letur en Albacete, perdió también a un familiar. Fue ella quien en su discurso cargó contra la clase política por «omisión del deber» ante unas inundaciones, el fenómeno natural que provoca más víctimas en España.

En el auditorio, muchos asistentes han escuchado en silencio, mientras algunos izaban imágenes de las pérdidas humanas sufridas con la tragedia de hace un año. Sus intervenciones, breves y serenas, han sido el corazón del acto. Cada una ha recordado a sus seres queridos y el vacío que dejó la riada con un lenguaje contenido en un silencio que ha pesado más que cualquier discurso institucional.

Cambio de guión

Moncloa había rectificado este miércoles por la mañana el programa sobre el que se había trabajado durante toda la semana. La crispación previa al homenaje y el temor a incidentes como los ocurridos en Paiporta habían llevado a reforzar las medidas de seguridad y a separar a las autoridades de los familiares. Sin embargo, finalmente se incluyó un breve encuentro entre los Reyes y una representación de una decena de familias de víctimas en una sala adyacente al Museo de las Ciencias con la única cobertura de TVE.

A los Reyes los acompañaron en ese momento el presidente del Gobierno, los presidentes de ambas cámaras y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. El programa no especificaba el número de asistentes ni el criterio de selección, pero sí que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañaba a los Monarcas en ese saludo, mientras que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no participaba en él. No son pocos los que han visto una encerrona por parte de la Moncloa al presidente autonómico valenciano para exponerlo en solitario ante centenares de familiares y ahí es cuando los ánimos se caldearon.

Mensaje del Rey

El Rey Felipe VI recordó en su intervención a «decenas de miles de damnificados, un inmenso dolor —muchísimo dolor— que todavía sentimos y seguiremos sintiendo». El monarca destacó que «hoy recordamos, sobre todo, a las víctimas de aquella tragedia, porque cada nombre, cada historia, cada persona forma parte de una memoria que nos pertenece a todos y que debemos preservar». Confesó que había intentado ponerse «en vuestro lugar, imaginar qué os podría decir», pero que «no existen las palabras perfectas: solo sé que hay un sentimiento de dolor sincero que me une, que nos une, a vosotros —a familiares, amigos y seres queridos— y que os acompaña con todo cariño en vuestro duelo».

El Rey insistió en la importancia de extraer lecciones de lo ocurrido: «Como es necesario seguir analizando las causas y circunstancias de la tragedia, con el fin de extraer con rigor y serenidad las lecciones necesarias para mejorar nuestra capacidad de afrontar en el futuro otras grandes catástrofes y evitar o minimizar en lo posible sus peores consecuencias». Añadió que «todos deseamos que algo así no vuelva a ocurrir. Pongamos todos de nuestra parte para impedir que se repita».

También tuvo palabras de cercanía junto a la Reina Letizia: «La Reina y yo queremos que lo sepáis: estamos, ahora y siempre, con vosotros». Y expresó su deseo de que «ojalá nuestras palabras lleguen como un abrazo: para quienes tanto perdieron, para quienes ayudaron y siguen haciéndolo, para quienes tratan de sobreponerse, para quienes aún buscan sus fuerzas en los recuerdos».

Finalmente, Felipe VI cerró su intervención con un mensaje de afecto: «Qué difícil es transformar las palabras en abrazos… pero, aun así, desde el corazón, es lo que la Reina y yo intentamos hacer. Que nuestro abrazo lleno de cariño, de respeto y deseo de consuelo, os llegue y os envuelva siempre».

800 asistentes

El funeral ha rendido homenaje a las 237 víctimas mortales de la dana que el 29 de octubre de 2024 devastó buena parte de la provincia de Valencia, y que también afectó a Castilla-La Mancha y Andalucía. La ceremonia ha tenido lugar en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, coincidiendo con el primer aniversario de la tragedia.

El homenaje ha reunido a unas ochocientas personas, entre ellas familiares de los fallecidos, equipos de emergencia, representantes de los municipios afectados y autoridades de todo el Estado. Los Reyes de España han presidido el acto, acompañados por el presidente del Gobierno, los titulares del Congreso y del Senado, del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, así como por las vicepresidentas y ministros del Ejecutivo. También han asistido los presidentes autonómicos de las comunidades más golpeadas por la catástrofe —Carlos Mazón, Emiliano García-Page y Juanma Moreno—, junto al jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y los portavoces de los grupos parlamentarios de las Cortes Generales y de las Cortes Valencianas.

Entre los asistentes han estado además los delegados del Gobierno de las tres comunidades autónomas afectadas, los alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados, así como representantes de los agentes sociales, de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, del Ejército y de los servicios de protección civil que intervinieron durante la emergencia.

El acto ha adoptado un formato aconfesional, con la periodista Lara Siscar como presentadora. La ceremonia ha comenzado con la lectura de los nombres de las víctimas y la interpretación de la pieza «Mon Vetlatori» por la cantante valenciana María Bertomeu, «La Maria», en un inicio marcado por el silencio y la solemnidad. Posteriormente, tres familiares de víctimas mortales de la dana —dos de la Comunidad Valenciana y uno de Castilla-La Mancha— han tomado la palabra para recordar a sus seres queridos.

Tras las intervenciones, los Reyes han depositado una ofrenda floral mientras sonaba «El cant dels ocells», antes de que el auditorio guardara un minuto de silencio. El homenaje ha concluido con unas palabras de Su Majestad el Rey en nombre del Estado, seguidas de la interpretación del «Adagio del Concierto de Aranjuez», de Joaquín Rodrigo, a cargo del sexteto de la Orquesta de RTVE, que ha puesto fin al acto en un ambiente de respeto y emoción contenida.

El homenaje ha querido reconocer no solo la memoria de las víctimas, sino también la labor de los más de 40.000 efectivos movilizados durante la emergencia, entre militares, fuerzas y cuerpos de seguridad, personal sanitario y voluntarios que participaron en las tareas de rescate, limpieza y asistencia.

Cada familia ha estado representada por una media de cuatro asistentes directos, invitados al acto en Valencia como muestra de reconocimiento a las 237 personas fallecidas en las riadas. Una de las novedades de última hora que se ha introducido en la organización del evento ha sido el despliegue de un equipo de psicólogos de la USME (Unidad de Salud Mental de Emergencias) con experiencia previa en los últimos meses entre algunas de las familias de los fallecidos.

Otros funerales anteriores

Desde la Transición, España ha celebrado funerales de Estado en contadas ocasiones. El primero fue el de Don Juan de Borbón, en 1993, seguido del acto en memoria de las víctimas del 11-M, en 2004. Posteriormente se rindió homenaje al expresidente Leopoldo Calvo-Sotelo, en 2008, y a Adolfo Suárez, en 2014. Más recientemente se celebró el funeral por las víctimas de la pandemia del covid-19, en 2020. El de hoy, dedicado a las víctimas de la dana, se ha convertido en el sexto homenaje de la democracia, con el que España ha querido rendir tributo colectivo a quienes perdieron la vida en una de las tragedias naturales más graves de su historia reciente.

La primera vez que se empleó el término «funeral de Estado» en España para referirse a una ceremonia aconfesional fue con motivo del homenaje a las víctimas de la pandemia de covid, celebrado el 16 de julio de 2020 en la plaza de la Armería del Palacio Real. Fue el primer homenaje laico organizado por el Gobierno de Pedro Sánchez, apenas diez días después de que los Reyes, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía asistieran al funeral religioso oficiado en la catedral de Madrid por las víctimas de la pandemia.

Pedro Sánchez no ha acudido a ninguna de estas ceremonias religiosas, ni a la de las víctimas del covid ni a la de la dana. Curiosamente, cuando estaba en la oposición, sí asistió como líder del PSOE al funeral que se ofició en 2015 en Canillas por los dos policías asesinados en Kabul y al que se celebró en la Sagrada Familia de Barcelona por las víctimas del avión de Germanwings que se estrelló en los Alpes. Desde su llegada al poder, Sánchez ha optado por sustituir los funerales religiosos por actos cívicos. En estos siete años solo ha acudido al funeral de Montserrat Caballé, en 2018; al del expresidente del Parlamento Europeo David Sassoli, en Roma, en 2022; y al del expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara, celebrado el pasado octubre en Olivenza.

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