Pérez Llorca rompe con el modelo reducido de Mazón y añade dos consejerías al Gobierno
El Gobierno sumará así 11 consejerías y tres vicepresidencias, una de las cuales aglutinará el control político del ejecutivo

Juanfran Pérez Llorca El nuevo president de la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca. | Kai Försterling (EFE)
Juanfran Pérez Llorca ha presentado este miércoles la arquitectura completa de su nuevo Gobierno autonómico, un Ejecutivo ampliado hasta 11 áreas y articulado alrededor de tres vicepresidencias que marcarán el rumbo político de la nueva etapa. El nuevo president ha despejado así todas las incógnitas que permanecían abiertas tras su investidura y ha confirmado varias de las líneas avanzadas por THE OBJECTIVE en la mañana de este miércoles, especialmente el refuerzo de Vivienda, Juventud, Empleo y Presidencia, así como la reordenación profunda del poder interno.
El anuncio supone una ruptura nítida con el esquema reducido heredado de la etapa anterior de Carlos Mazón y responde a la voluntad declarada por Pérez Llorca de dotar al Gobierno valenciano de más capacidad de gestión y más músculo político, especialmente tras el último año, marcado por la sobrecarga de áreas, la falta de estructura operativa y las deficiencias que dejó al descubierto la dana del 29 de octubre de 2024.
Camarero conserva poder
La primera de las decisiones anunciadas por el presidente ha sido la configuración de una Vicepresidencia Primera que reunirá bajo un mismo mando las competencias de Vivienda, Empleo, Juventud e Igualdad, áreas que Pérez Llorca definió en su investidura como «prioritarias» y que ahora pasan a depender de la ya vicepresidenta primera Susana Camarero, si bien deja de ser la portavoz del gobierno autonómico.
El cambio no es menor. Vivienda y Empleo —dos de los grandes ejes políticos del nuevo Gobierno— se convierten en el núcleo del área más poderosa del Ejecutivo, un movimiento que reconoce tanto la transversalidad de estas políticas como la necesidad de darles un rango político superior. El presidente subrayó en su discurso de toma de posesión que la vivienda será «una urgencia vital» y que la juventud requiere «una respuesta estructural», no fragmentada. La incorporación de Igualdad completa un bloque de gran visibilidad institucional, con Camarero situada como una de las figuras centrales de la legislatura.
La estructura refuerza también el relato del Presidente sobre la necesidad de atender a las generaciones más jóvenes y de impulsar políticas públicas capaces de generar oportunidades laborales e inmobiliarias en un contexto de presión económica creciente.
Pepe Díez a Presidencia
Una de las grandes novedades es la creación de una Vicepresidencia Segunda con rango de Consejería de Presidencia, que estará dirigida por Pepe Díez, hasta ahora director general de Proyectos Estratégicos. Abogado de la Generalitat, Díez se convierte así en uno de los pilares del núcleo duro del Presidente.
Pérez Llorca ha anunciado que esta área asumirá también la política lingüística, reforzando la presencia de la Generalitat en la promoción del valenciano y otorgando a Presidencia una centralidad mayor en la coordinación institucional. Además, Díez será el nuevo secretario del Consell, cargo clave para la cohesión interna del Ejecutivo.
El área se ampliará con la llegada de tres nuevas secretarías autonómicas: Henar Molinero (Secretaría de Presidencia), Jacobo Navarro (Análisis y Políticas Públicas) y Vicente Ordaz (Comunicación). Este último dejará en breve la presidencia de À Punt. La entrada de estos perfiles perfila una Presidencia más técnica, más política y con mayor capacidad de control estratégico.
El mensaje implícito es claro: Pérez Llorca quiere un centro de mando robusto, con coordinación real y una estructura profesionalizada capaz de sostener las decisiones del Ejecutivo en un ciclo políticamente exigente.
Tercera vicepresidencia
La tercera de las vicepresidencias seguirá siendo la de Medio Ambiente, Infraestructuras, Territorio y Recuperación, dirigida por Vicente Martínez Mus, que mantiene su rango y competencias. La novedad es la creación del Comisionado para la Recuperación, que asumirá Raúl Mérida, hasta ahora secretario autonómico de Medio Ambiente.
Esta figura nace para garantizar «un mando claro y una coordinación real» en el proceso de reconstrucción tras la dana y en la interlocución con ayuntamientos, sectores afectados y el Gobierno central. Además, el área recupera las competencias en energía, algo que el sector industrial y los agentes económicos venían reclamando desde hace meses.
Otra de las grandes confirmaciones ha sido el ascenso de José Antonio Rovira, que deja Educación para dirigir la Consejería de Economía, Hacienda y Administración Pública. Esta área incorporará también simplificación administrativa y función pública, en línea con la promesa del Presidente de agilizar trámites y reducir burocracia.
En Educación, que seguirá integrando Cultura y Universidades, la nueva responsable será María del Carmen Ortí , inspectora educativa y directora de la Universidad Popular de Valencia, cuyo perfil técnico se ajusta a la intención del Ejecutivo de profesionalizar el área. Su nombramiento supone un guiño a la alcaldesa de Valencia.
Uno de los movimientos más esperados se ha confirmado igualmente: Miguel Barrachina continuará al frente de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, pero sumará la portavocía del Gobierno, una función que le otorga una visibilidad política decisiva. Barrachina, dirigente de peso dentro del PP valenciano, se convierte así en la voz oficial del Ejecutivo.
En Sanidad continuará Marciano Gómez, mientras que Juan Carlos Valderrama seguirá al frente de Emergencias e Interior. En la nueva área de Servicios Sociales, Familia e Infancia, la nueva titular será Elena Albalat, procedente de Castellón y muy cercana a la presidenta provincial, Marta Barrachina. La Consejería de Justicia, Transparencia y Participación seguirá dirigida por Nuria Martínez, y la de Industria, Turismo, Innovación y Comercio por Marian Cano.
Con este anuncio, Pérez Llorca da forma a un Gobierno más grande, más jerarquizado y con un diseño claramente orientado a corregir las deficiencias del último año, así como para aprovechar el poco año de gestión que queda antes de asomarse a la precampaña de las elecciones autonómicas de 2027.
