Los barrios pobres y con pocos centros deportivos sufren más diabetes y obesidad
La relación directa entre quienes sufren estas enfermedades ha quedado demostrada por un equipo de investigadores de la Universidad de Alcalá
El aumento de la actividad física está relacionado con la reducción del riesgo de diabetes de tipo 2 y de obesidad. Y, a su vez, que los diferentes barrios cuenten con parques, espacios verdes o instalaciones deportivas son determinantes importantes del ejercicio, especialmente en las zonas más desfavorecidas.
Un nuevo estudio, desarrollado dentro del proyecto Heart Healthy Hoods de la Universidad de Alcalá (UAH), confirma la relación entre la disponibilidad de estos recursos para hacer deporte y la prevalencia de obesidad y diabetes tipo 2 en la ciudad de Madrid. Además, estudia las interacciones con el nivel socioeconómico y el sexo.
Para ello, el equipo de investigación analizó una muestra de 1.270.512 residentes de entre 40 y 75 años, lo que representa el 91 % de la población de ese grupo de edad en la capital. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista Diabetologia.
En el caso de las áreas donde no solo hay una menor disponibilidad de instalaciones deportivas, sino también menor nivel socioeconómico, el aumento es mucho mayor tanto en obesidad como en diabetes, y especialmente en el caso de las mujeres
Luis Cereijo, autor principal del estudio
«En los barrios en los que hay una menor disponibilidad de instalaciones deportivas, la población presenta hasta un 22 % más de obesidad y hasta un 38 % más de diabetes que aquellos que cuentan con una disponibilidad de recursos para el ejercicio físico más alta», explica a SINC Luis Cereijo, autor principal e investigador en Epidemiología de la Actividad Física de la UAH y la RMIT University de Australia.
«Es más, en el caso de las áreas donde no solo hay una menor disponibilidad de instalaciones deportivas, sino también un menor nivel socioeconómico, el aumento es mucho mayor tanto en obesidad como en diabetes, y especialmente en el caso de las mujeres», añade Cereijo.
Así, las zonas con baja disponibilidad de instalaciones deportivas y menor nivel socioeconómico presentan un 13 % más de obesidad y un 17 % más de diabetes respecto a aquellas con pocos recursos para hacer ejercicio pero de alto nivel socioeconómico. En el caso de las mujeres, presentan un aumento de prevalencia de diabetes de más del doble (24 %) respecto a los hombres (10 %) en las mismas condiciones.
Mejorar las ciudades para reducir enfermedades
El impacto económico de la obesidad se duplicará en España en los próximos 40 años, según un estudio de modelización realizado en ocho países y publicado este mes en la revista BMJ Global Health.
«La obesidad y la diabetes son enfermedades crónicas muy prevalentes en todo el planeta, tanto en países de nivel socioeconómico bajo como de renta alta», apunta Manuel Franco, profesor de Epidemiología en la UAH y la Universidad Johns Hopkins de EE UU. «Este trabajo demuestra que el lugar dónde vivimos, sus características urbanas, afectan a estas patologías tan relevantes».
Si para 2050 ya sabemos que dos tercios del planeta viviremos en ciudades, hay que poner el foco en optimizarlas para aumentar la salud de muchos millones de personas
Manuel Franco (UAH)
«Estudiar las características de los barrios, quién vive en ellos y cómo podemos mejorarlos para disminuir la carga de diabetes y obesidad es hoy en día un reto fundamental», continúa. «Si para 2050 ya sabemos que dos tercios del planeta viviremos en ciudades, hay que poner el foco en optimizarlas para aumentar la salud de muchos millones de personas».
Actividad física accesible e inclusiva
Los autores proponen un aumento de recursos para la práctica de ejercicio físico en aquellas áreas más desfavorecidas, en forma de nuevas instalaciones deportivas gratuitas o con un bajo precio mensual para que sean accesibles. También proponen un aumento de recursos para la práctica de ejercicio físico en aquellas áreas más desfavorecidas, en forma de nuevas instalaciones deportivas gratuitas o con un bajo precio mensual para que sean accesibles.
Las zonas con baja disponibilidad de instalaciones deportivas y menor nivel socioeconómico presentan un 13 % más de obesidad y un 17 % más de diabetes
«Es importante que las administraciones públicas, especialmente los ayuntamientos, presten una mayor atención a las políticas deportivas. Que abandonen el enfoque del deporte como una forma de ocio y tiempo libre y lo abordan como una herramienta para reducir las desigualdades en salud y mejorar la calidad de vida de la población», subraya Luis Cereijo.
Asimismo, hacen hincapié en la necesidad de desarrollar programas de ejercicio con perspectiva de género. «Se trata de que sea una actividad física inclusiva y que alcance la mayor cantidad de población posible –sobre todo a la que está más olvidada de las políticas públicas– para disminuir las disparidades y mejorar datos de obesidad, diabetes y de las múltiples enfermedades cardiovasculares relacionadas con la inactividad», concluye.