Un conductor ebrio arrolla un ciclista en Madrid y se fuga después a Asturias
En el lugar del atropello habían quedado esparcidos restos del vehículo causante del atropello, que coincidían con el del coche interceptado en Asturias
La Guardia Civil de la localidad asturiana de Ribadesella y la Policía Local de Madrid han esclarecido el atropello de un ciclista de 42 años ocurrido el pasado mes de agosto en el distrito madrileño de Hortaleza tras interceptar en Asturias al conductor ebrio que se dio a la fuga sin auxiliar a la víctima, según ha confirmado a EFE un portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón.
Tras dos meses de intensas investigaciones adelantadas por el diario ABC, los agentes han concluido que el presunto autor del atropello es un vecino de Fuenlabrada (Madrid) de 29 años que condujo su vehículo en estado ebrio durante los 500 kilómetros que separan Madrid y Ribadesella tras arrollar al ciclista al que causó heridas graves y dejó tendido en la calzada.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 6 de agosto cuando el conductor se dio a la fuga tras atropellar al ciclista en Madrid y llegó hasta la localidad asturiana de Ribadesella, que ese día celebraba la multitudinaria fiesta del Descenso del Sella, un acontecimiento lúdico y deportivo que motivaba un amplio despliegue de seguridad de agentes de la Guardia Civil y de la Policía para evitar incidentes.
Según el relato de la Guardia Civil, a los agentes les llamó la atención un vehículo que circulaba con el parabrisas reventado y el capó semihundido, por lo que al dirigirse al conductor apreciaron en él síntomas de estar bajo los efectos del alcohol.
Al ser sometido a la prueba de alcoholemia, el conductor arrojó un primer resultado positivo de 0,48 miligramos por litro y de 0,51 en el segundo, el doble del máximo permitido.
En ese momento, la Guardia Civil procedió a inmovilizar el vehículo, que quedó aparcado en un estacionamiento del apeadero de Cercanías de la localidad asturiana de Llovio.
Las gestiones de los agentes de Atestados permitieron dos meses después establecer una conexión entre los daños que presentaba el vehículo en la carrocería con el atropello del ciclista que investigaba la Policía Local de Madrid, y donde la falta de testigos del accidente estaba ralentizando las pesquisas para dar con su autor.
En el lugar del atropello habían quedado esparcidos restos del vehículo causante del atropello, que coincidían con el del conductor interceptado en Asturias, por lo que ambos cuerpos policiales trabajaron conjuntamente para su esclarecimiento.
Además, la Guardia Civil constató que el vehículo que había quedado inmovilizado había desaparecido al día siguiente y más tarde averiguó que el investigado había aprovechado que no estaba detenido en ese momento para avisar a la compañía de seguros, que le envió una grúa para dejar el coche a reparar en un taller cercano.
Asimismo, el conductor había regresado a Madrid en el taxi que había puesto a su disposición la compañía de seguros.
Al conductor se le imputan varios delitos contra la seguridad vial, ya que además de las lesiones causadas al ciclista se puede enfrentar a otro delito de omisión del deber de socorro y a un delito de conducción bajo los efectos de la ingesta de alcohol.