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Puñaladas, narcopisos, drogadicción, robos... Los vecinos de Lavapiés piden auxilio

Denuncian la degradación del barrio madrileño por el tráfico de drogas. «Aumentar la presencial policial es importante, pero no la solución mágica», critica el PSOE

Puñaladas, narcopisos, drogadicción, robos… Los vecinos de Lavapiés piden auxilio

Una de las calles más conflictivas, en el barrio de Lavapiés. | Europa Press

Una reyerta multitudinaria entre ciudadanos de origen africano, grabada por un vecino a plena luz del día, puso hace dos semanas el foco en la ‘pesadilla’ que desde hace meses viven los residentes del barrio de Lavapiés, en Madrid. En las imágenes, filmadas en la plaza de Nelson Mandela, podía verse cómo varias personas se golpeaban mientras volaban por el aire adoquines arrancados de la calzada y tapas de alcantarillas. Una batalla campal que requirió de intervención policial y se saldó con varios heridos y detenidos; pero que, en cualquier caso, solo mostraba ‘la punta del icerberg’. 

Una pequeña parte de un problema cronificado en el tiempo. La degradación del barrio y el aumento de la inseguridad entre los vecinos de este conocido distrito. Peleas, consumo de drogas en plena calle, la proliferación de narcopisos o el aumento de los robos violentos son solo algunas de las dificultades con las que tienen que lidiar estos madrileños a diario. En los últimos meses, según relatan algunos de ellos a THE OBJECTIVE, es común encontrarse con este tipo de escenarios a la vuelta de la esquina. 

Desde advertir a personas consumir drogas en su propio portal o en el parque infantil en el que llevan a sus hijos, a verles, después, trapichear en plena calle y armar escándalo hasta altas horas de la noche. Las conversaciones triviales en la panadería o en la frutería por la mañana se han convertido ahora en una suerte de foro en el que comparten los sucesos que les ha tocado vivir esa semana o la noche pasada. Tanto que los más mayores del barrio incluso temen salir de su propia casa. Las detenciones por asuntos relacionados con las drogas y los robos con violencia son las más frecuentes en esta zona. La Policía de Madrid ha practicado 30 arrestos en los últimos cinco meses.

Marea amarilla en Lavapiés

Un caldo de cultivo que ha levantado al vecindario de Lavapiés frente la inacción del Ayuntamiento de Madrid, denuncian. Los residentes han pasado a la acción haciendo público a través de distintas cuentas en las redes sociales todo lo que ocurre en el barrio. La semana pasada, sin ir más lejos, difundieron imágenes de dos individuos trapicheando con drogas en la entrada de un parking o de los cristales de una marquesina completamente rotos tras un acto vandálico. También se hicieron eco de otra noticia. La del apuñalamiento de un tendero de 46 años por un vecino al que había echado poco antes de su local. 

Estas asociaciones, surgidas hace unas semanas, han protagonizado distintas manifestaciones y han inundado los balcones de banderas. Una ‘marea amarilla’ con la que pretenden devolver el barrio a su ser. Los vecinos son conscientes de los contrastes de este distrito, en el que han llegado a vivir personas de hasta 80 nacionalidades distintas. Esa es, en muchos casos, la singularidad que ha llevado a muchos a vivir allí. No piden acabar con ello, sino con una sensación de inseguridad constante surgida tras la pandemia.

La Quimera

Desalojo del edificio okupado de La Quimera, en Lavapiés | EP

La inestabilidad que encarna Lavapiés coincide con el desalojo, el pasado 22 de septiembre, del edificio okupado de La Quimera. Una operación policial que, aunque necesaria, ha provocado que el centenar de toxicómanos que residían en su interior ahora vaguen por las calles del barrio, agravando la sensación de miedo entre los residentes. Según cuentan a este periódico, estas personas ya no se amedrentan ni siquiera ante la presencia policial. 

También denuncian la proliferación de un «nuevo tipo de heroína», de precio más económico, y al que está recurriendo ahora la mayoría de adictos. «En pocas semanas, hemos visto a media docena de personas semiconscientes en la calle», revela un vecino. Fuentes policiales consultadas por THE OBJECTIVE, sin embargo, no confirman este punto, ni tienen conocimiento alguno sobre esta modalidad de sustancia. Lo que sí apuntan es que mientras, tiempo atrás, Lavapiés era un punto de venta de droga, pero no de consumo; ahora lo es para ambas cuestiones.

Ante este escenario, las policías municipal y nacional han reforzado su presencia en la zona de Lavapiés con dispositivos de alta visibilidad por las quejas de los vecinos, poniendo especial atención a las adicciones que, según el Consistorio de la capital española, son las que están causando esa percepción de inseguridad. Desde el barrio, sin embargo, critican que las medidas no son suficientes y exigen que el problema se solucione desde la raíz. Una denuncia que también ha extendido el grupo municipal socialista en el Pleno del Ayuntamiento.

«No es la solución mágica»

Su portavoz, Mar Espinar, señala, en conversación con THE OBJECTIVE, que la «inseguridad y el abandono institucional» que denuncian los vecinos de Lavapiés es una «problemática que viene de largo». Por lo que «aumentar la presencial policial es importante, pero no es la solución mágica». 

«Desde el punto de vista municipal, en este mismo Pleno he denunciado la inacción del alcalde Almeida, que cuando era candidato tenía claro que todo era culpa de Carmena y ahora sólo sabe encender el ventilador y pedir más recursos a Interior mientras sigue ignorando a los barrios que no son de los suyos. Más inversión en servicios sociales para garantizar la seguridad y la convivencia vecinal en Lavapiés es lo que proponemos, porque creemos que la convivencia se construye y no se impone», señala la concejal socialista.

Desde esta formación han propuesto varias medidas para combatir el problema. Entre ellas, un «plan integral» para «hablar con todas las partes e intentar dar la máxima salida a los recursos disponibles». «El problema es que no salió adelante. PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra porque, según ellos, dedican el 50% del presupuesto social a la zona de Embajadores. Hemos pedido estos datos, pero son inconclusos. Esto no es un tema de partidos, la competencia para solucionar esto la tiene el Ayuntamiento y tenemos que hacerlo», censura el edil socialista Álvaro Vidal. 

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