THE OBJECTIVE

Los Andes, fotografiar lo inaccesible

THE OBJECTIVE ha conversado con Andrés Garay, el curador de la muestra sobre Martín Chambi y sus contemporáneos, expuesta en la Casa de América de Madrid

Los Andes, fotografiar lo inaccesible

Martín Chambi. 'Joven con flauta, vista del Cuzco desde Sacsayhuamán'. Ca. 1930. | Colección Jan Mulder

La Casa de América presenta la muestra Martín Chambi y sus contemporáneos. Los Andes fotografiados, con imágenes de la Colección Jan Mulder. Junto a la obra del gran fotógrafo peruano, se podrán ver imágenes de Robert Frank, Max T. Vargas, Irving Penn, Pierre Verger, Werner Bischof y Herbert Kirchhoff, entre otros, retratando el gran escenario de los Andes del Perú. 

THE OBJECTIVE se encuentra con Andrés Garay, quien conjuntamente con Stefano Klima, han hecho la curaduría de la muestra que acoge la Casa América hasta el 2 de septiembre. «La idea fue ampliar la narrativa fotográfica de Chambi, con otras obras contemporáneas, que abarcan desde los inicios del fotógrafo desde 1908, hasta alrededor de los años cincuenta», cuenta Garay. Para hacer el recorrido, nos tenemos que remontar a inicios del siglo XX, momento en el que empezaron a circular por el mundo imágenes fotográficas de culturas y civilizaciones antiguas ubicadas en los confines del continente americano. Desde entonces, los Andes y su historia milenaria, se convirtieron en protagonistas universales gracias a la fotografía de Martín Chambi y sus contemporáneos.

PREGUNTA.- ¿De cuándo parte la fascinación por conocer las culturas milenarias desde la fotografía? 

RESPUESTA.- Desde que empezó la fotografía en Francia, siempre hubo interés en el uso de la cámara fotográfica por tratar de documentar y catalogar los vestigios de las grandes civilizaciones. Desde que llegan los primeros viajeros a América, el Perú, al ser un territorio milenario, despertó mucha curiosidad. Pero hay que tomar en cuenta que las primeras cámaras que lo documentaron eran cajas de placas de 10 x 15 o 18 x 24, era toda una hazaña desplazarse por la geografía de los andes peruanos. 

P.- Estamos hablando de una época en la que en Europa estaban en pleno auge las Exposiciones Universales, el interés por conocer las culturas de todos los rincones del mundo…

R.- Y hubo réplicas de estas exposiciones. En Cuzco, por ejemplo, hubo en 1897 una gran muestra regional que pretendía mostrar las riquezas que se hacían por el hombre andino. El interés que se generó por conocer las costumbres de los Andes en el continente europeo fue enorme. 

Martín Chambi. ‘Autorretrato con amigo en ruinas de Sicuani’, Puno. Ca. 1918 | Colección Jan Mulder

P.- Luego de las crónicas virreinales y los apuntes de viajeros o científicos, fue la fotografía la que dio a conocer los Andes al mundo…

R.- Cierto. A Cuzco, desde inicios del siglo XX, llegaban fotógrafos a retratar su geografía, porque la postal fotográfica empezó a ser un objeto de culto, por mostrar lo desconocido y acercar a la gente a estos lugares lejanos. Estamos hablando de una primera etapa del turismo, nada masivo, en la que la fotografía jugó un rol importantísimo para dar visibilidad a estos lugares que se consideraban casi inaccesibles.  

P.- Martín Chambi es la gran figura de la muestra. ¿Cómo se forma como fotógrafo? 

R.- Con el fotógrafo arequipeño Max T. Vargas, quien fue su gran maestro. Vargas fue también el primero en comprender que la fotografía era el vehículo para transferir el conocimiento a gran escala, tanto a nivel nacional e internacional, de lo vasta que era la cultura andina. Chambi se formó como fotógrafo profesional en Arequipa hasta 1917, luego viajó a Cuzco para establecer su propio estudio. Previamente también había trabajado en el estudio de los hermanos Carlos y Miguel Vargas Zaconet. 

P.- Las primeras fotografías de Machu Picchu se hicieron en 1911 por el explorador Hiram Bingham, con una mirada bastante científica. ¿Qué es principalmente lo que diferencia estas imágenes a las que haría posteriormente Martín Chambi?

R.- Bingham era arqueólogo, utilizaba la fotografía como una constatación de las cosas. Su propósito era dejar constancia de sus hallazgos, en este caso de la magnitud de Machu Picchu como resto arqueológico. En 1913, gracias al auspicio de la Universidad de Yale y de la National Geographic Society, se publicó en The National Geographic Magazine un número entero de Machu Picchu, con más de 240 fotografías. Chambi llega al Cuzco en 1920 siendo ya un fotógrafo con años de experiencia, con una concepción estética y conceptual bastante profunda. También hay que tener en cuenta su condición mestiza, porque era quechua hablante de nacimiento y en su infancia aprendió el español. Era consciente que en cada acto fotográfico suyo debía revelarse la magnitud de los restos de una civilización desaparecida, de la que él, en cierta forma, era descendiente.

P.- ¿El gran cuerpo de su obra viene a ser sus retratos? 

R.- La dimensión de su legado es inagotable. En su estudio empieza a retratar a la alta burguesía. Chambi consideraba el retrato como una categoría de arte, lo había aprendido en Arequipa donde desde 1890 existía el Centro Artístico, donde se organizaban concursos de imágenes de paisajes y retratos. Para el público, el retrato también pasó de ser un objeto de contemplación privado a público. Pero su estudio también funcionaba como una suerte de galería de exhibición, donde mostraba sus trabajos. Creo que es un fotógrafo fuera de serie, sobre todo por cómo lograba conectar con la identidad y el corazón de las personas que fotografiaba, sobre todo de los indígenas. Tenía mucha conexión personal con la gente, lo cual le dio a su fotografía una dimensión muy humana, que hizo que su obra trascienda en el tiempo. 

Max T. Vargas. ‘Retrato de mujer en estudio’, Arequipa. 1911. | Colección Jan Mulder

P.- ¿Cuál de las imágenes de su obra le parece la más impactante?

R.- Hay una imagen emblemática titulada El gigante de Sihuana, la hizo en 1925 sensibilizado por la enfermedad de «acromegalia» que aquejaba al hombre. Se publicó sólo una vez en la revista Variedades y en el diario La Crónica de Lima, nunca más la utilizó. La fotografía la guardó en su archivo y recién fue redescubierta en los años ochenta. Pienso que lo hizo por razones éticas, los textos que se publicaron en la edición eran una especie de llamado de auxilio por la enfermedad que aquejaba al hombre. La imagen es muy poderosa. Pero con una trayectoria tan amplia, es muy difícil elegir, todos sus retratos son verdaderamente grandes obras de arte.

P.- En la muestra hay una gran selección de obras de Robert Frank, Max T. Vargas, Irving Penn, Pierre Verger y Werner Bischof, entre otros.

R.- Sí, porque la exposición trata de mostrar el interés que despertaron los Andes bajo múltiples miradas. Desde los contemporáneos tempranos de Chambi, Max T. Vargas o Luigi Gismondi, o de mediados del siglo XX, Robert Frank, Irving Penn o Pierre Verger, podemos ver imágenes que nos acercan a los desarrollos técnicos y estéticos de cada autor y también nos expresan las inquietudes particulares que despertaron el encuentro con personas y territorios completamente nuevos para ellos. Por ejemplo, para muchos Verger encontró en el Cuzco, el camino para hacer los primeros planos. Irven Penn, fotógrafo de moda de la revista Vogue, llegó a Lima en 1948 para hacer una editorial en un escenario más bien colonial, pero sus propios intereses lo llevaron a conocer el Cuzco, de ahí salió la serie Christmas at Cuzco. Son varios enfoques que logran crear un diálogo a partir de la fotografía.

P.- Martín Chambi y sus contemporáneos. Los Andes fotografiados ha llegado a Madrid, luego de presentarse en Barcelona y en Sevilla. ¿Cómo ha sido la recepción del público español?

R.- En España se ha presentado la obra de Chambi desde hace treinta años y siempre ha habido una recepción muy buena. Esta muestra es única por la dimensión geográfica y las múltiples miradas que se presentan, además las fotos tienen el gran valor de ser la mayoría de época, es la obra que el propio Chambi hizo. Conseguirlas ha sido un trabajo bastante arduo, pese a que todos los fotógrafos de la muestra entendían sus estudios como empresas y sus fotos dieron la vuelta al mundo. Nosotros no hemos querido hacer una muestra «monochambiana», pese a que la idea es hacerle un homenaje a Chambi contrastando su obra con las demás miradas. 

P.- ¿Qué es lo que cree que hace vigente la obra de Martín Chambi y sus contemporáneos?

R.- Uno de los factores que hace posible su vigencia es que Chambi no se agota en la discusión política imperante que representó el indigenismo. El academicismo propio de su época quiso abrazar su obra, pero como artista, pienso que logró hacerla universal. Su obra llega a un nivel de interpretación humana que dignificaba todo aquello que fotografiaba, sobre todo en los retratos de los indígenas, esto se hace muy evidente. Creo que su fotografía conmueve porque trascienden el discurso, la etnia o geografía, mostrando al hombre como ser humano. Hay algo muy honesto en su obra que la hace totalmente vigente y contemporánea.

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