La Justicia reconoce la neuralgia del trigémino como causa de incapacidad laboral absoluta
La Seguridad Social tendrá pagar el 100% de su base reguladora a una mujer con dolores crónicos por esta enfermedad
Foto de archivo de una paciente. | THE OBJECTIVE
Una paciente que sufre neuralgia del trigémino ha derrotado en los tribunales a la Seguridad Social. El Juzgado de lo Social número 7 de Madrid ha obligado por primera vez a la Administración a reconocer la incapacidad laboral permanente y absoluta, con el pago de una pensión equivalente al 100% de la base reguladora de su sueldo (1.658 euros mensuales), a una mujer que sufre de esta enfermedad rara desde abril del año 2020, según una sentencia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
Los continuos «latigazos» y el «dolor persistente, agudo y crónico» que le provoca en los músculos del rostro esta enfermedad, de origen neurálgico, le impiden pronunciar palabra alguna, más allá de monosílabos. Según consta como hechos probados en la sentencia, los informes médicos acreditaban que ni siquiera podía lavarse los dientes o comer alimentos sólidos. Le era imposible masticar o abrir más de dos centímetros la mandíbula sin sufrir dolor de origen neurálgico. Ninguno de los tratamientos aplicados durante dos años por los facultativos había conseguido suavizar los síntomas.
A pesar de todo lo anterior, la Seguridad Social se negó en abril de 2022 a reconocer la incapacidad laboral permanente o absoluta a la denunciante. Se trata de una licenciada en psicología que trabajaba en el área de selección de personal de una entidad social. Empezó a sufrir esa enfermedad dos años antes de recurrir por vía administrativa a la Seguridad Social, que le denegó su petición. La neuralgia del trigémino no se encontraba hasta ahora en el listado de enfermedades reconocidas como causa de incapacidad permanente absoluta; es decir, aquellas afecciones que «impiden el desempeño de toda profesión u oficio».
Trigémino: incapacidad absoluta
«En este caso concurre la absoluta, pues de los informes médicos que constan se desprende que la actora está en situación de Incapacidad Temporal (IT) de manera prácticamente continuada desde el mes de abril de 2020, sufriendo un dolor persistente, agudo, crónico de características neuropáticas, que cursa con latigazos faciales, sin que se haya suavizado con ningún tratamiento», indica la juez en la sentencia tras analizar los antecedentes y los hechos probados durante le procedimiento judicial.
La afectada acudió hace un año a la Justicia para «suplicar» el reconocimiento de la incapacidad total o permanente, después de recibir portazo por parte de la Tesorería General y el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Tras el análisis de los partes médicos, la juez concluye que la neuralgia del trigémino le impide desempeñar no solo su empleo habitual, sino cualquier otro en el que quisiera trabajar. Pese a haber estado dos años bajo tratamientos médicos, añade el fallo, la mujer no ha visto ninguna mejora en su situación clínica.
«Le impide prestar atención a ninguna tarea por liviana que sea, con un mínimo de asiduidad, rendimiento y eficacia, lo que impone que la demanda sea estimada en su petición principal y la resolución administrativa recurrida sea revocada», señala la juez. En la sentencia también se relata como la enfermedad «le interfiere en su vida cotidiana y le dificulta el sueño, y le ha hecho incurrir en depresión secundaria al sufrimiento físico, no pudiendo desempeñar su profesión habitual de agente de selección, por no poder abrir la boca más de dos centímetros sin que aparezca dolor».
No puede hablar ni comer alimentos sólidos
En el momento de la evaluación médica, añade la sentencia, «presentaba un cuadro de dolor atípico por posible neuralgia del trigémino que cursa con dolor continuo en maxilar inferior y en maxilar superior, salvo piezas centrales que le impiden hablar con normalidad por tener una apertura bucal de 1-2 cm». «Tampoco mastica comida, come todo triturado, no puede cepillarse los dientes porque se le desencadena dolor. No ha tenido alivio a pesar de los sucesivos tratamientos pautados, desde bloqueos a botox, además de analgesia y antidepresivos», añade.
El trabajo que desempeñaba como consultora de selección de personal, añade la sentencia, implicaba visitas a clientes, así como entrevistas telefónicas y personales a candidatos, entre otras que se vio imposibilitada a desempeñar desde la aparición de la enfermedad. Una situación que le desencadenó posteriormente un cuadro de depresión y ansiedad por el que también ha estado recibiendo tratamiento psicológico en paralelo.
«Acudió a nuestro despacho desesperada a causa de su dolor, y del modo de vida que tiene que llevar para intentar atenuarlo. Realmente, su intención siempre fue la de poder mejorar y volver a trabajar, y para ello acudió tanto a la sanidad pública como a la privada. E incluso probó todo tipo de tratamientos de medicina alternativa, sin encontrar solución ni mejoría alguna», explica Ana Leal Ontañón, abogada Campmany Abogados que se ha representado a la mujer en el procedimiento judicial.
«Pensemos que este tipo de limitación no solo afecta al trabajo, sino a la vida diaria, por lo que el conseguir que en este caso se haya reconocido una incapacidad absoluta ha sido una enorme satisfacción para nosotros, y una nueva tranquilidad para ella», añade Leal.
