El PSOE activa la alerta ‘antifascista’ pese a dudar de su rentabilidad electoral
Moncloa y Ferraz celebran que esto les permite recuperar un caudal de voto de centro mientras otras fuentes perciben efectos sólo a corto/medio plazo
Es el cuento de Pedro y el lobo en versión alerta ‘antifascista’. El PSOE de Pedro Sánchez lleva desde 2019 azuzando el miedo a Vox y acusando al PP de actuar a rebufo de la formación de Santiago Abascal, pero el clímax de la historia ha llegado dos años después. «La entrada de la ultra derecha en el primer gobierno en España» en Castilla y León es el ariete electoral idóneo para un PSOE estancado en los sondeos desde hace meses y sin posibilidades de encontrar un revulsivo que ilusione a su electorado.
Así lo perciben en la cúpula del Gobierno y el PSOE, donde las alarmas se activaron el jueves por la mañana en Ferraz y Moncloa. No sólo en el plano declarativo sino también entre bambalinas, donde los estrategas gubernamentales y socialistas comenzaron a redactar los argumentarios contra «el eje de las derechas que recortan derechos» personificando en Alberto Núñez Feijóo la responsabilidad de la operación.
El pacto PP-Vox sirve al PSOE para erosionar su principal amenaza electoral, en tanto en cuanto podría arañar parte del electorado de centro descontento con el sanchismo. Sin embargo, al margen de la impostada preocupación que proyectan desde el Gobierno y el partido socialista, la entrada de los de Santiago Abascal es un alivio y una satisfacción para los socialistas que ven como podría servir para movilizar a la izquierda y centrar su imagen entre el socialismo moderado.
Fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE explican que «el PP no es consciente de que el pacto con Vox nos permite recuperar electorado de centro. El electorado de centro que se nos fue por los pactos con Bildu y los indepes, nos lo acaban de devolver». Entienden los estrategas socialistas que la «radicalización de la derecha nos centra a los socialistas» y permite que «podamos recuperar voto del socialismo descontento al tiempo que nos abre el espacio de la derecha descontenta».
Recuperar voto en andaluzas y municipales
Hay consenso en el PSOE en relación a que el pacto con Vox va a asustar al votante moderado de derechas. Las diferencias surgen en torno al volumen de ese crecimiento potencial. Alejados del núcleo duro del PSOE y el Gobierno, existen voces de otros dirigentes que dudan de la rentabilidad electoral que pueda entrañar la ofensiva socialista ante el pacto PP-Vox.
«El pacto con Vox ya se ha naturalizado. Ya moviliza poco» porque, como ocurrió con Podemos, en 2015, «parece que es un partido más que tiene poco arrastre». Traducido: Vox ya no da miedo. Y el PSOE solo puede esperar a recoger frutos corto/medio plazo pero no si la esperanza es que los efectos se prolonguen dos años más hasta la convocatoria de elecciones generales. «Alguna influencia va a tener, sobre todo de cara a las andaluzas», ya sean en junio u octubre de este año, «e incluso hasta mayo del año que viene» con la convocatoria de elecciones municipales y autonómicas en mayo de 2023.
Las discrepancias del PP
Diversas fuentes socialistas revelan el descontento que existe en una parte de los dirigentes del PP ante un pacto con Vox. «No todos abrazan el pacto con Vox. Hay una parte decente del PP». En el PSOE denuncian que «Mañueco se ha bajado los pantalones mientras Feijóo mira para otro lado. Abascal ha ganado», sentencian con dureza. Y es la cesión el argumento que les permite augurar una fuga de voto de Vox al PP que acabe «igualando sus fuerzas» porque «el votante del PP no percibirá el miedo a votar a Vox si garantizan la suma de gobierno».
Un punto en el que marcan diferencias respecto a lo vivido entre el PSOE y Podemos en 2019: «nosotros no claudicamos, fuimos a elecciones por no ceder ante Podemos y eso nos proyectó en el centro y recuperamos voto de nuestro socio». Aunque obvian que en la repetición electoral de 2019, tanto PSOE como podemos se dejaron 750.000 y 700.000 votos respectivamente.
Según estas fuentes, «Feijóo es consciente de este riesgo, al igual que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien se ha precipitado a rechazar un pacto con Vox: «Moreno es un líder y Mañueco no. Era de libro que tenía que escupirle a Vox en la cara para que no le perjudique en sus propias elecciones. Está descontada pero hay que ver cómo reacciona en los próximos meses». Sin embargo, se congratulan en el Gobierno de Sánchez porque «la crítica más sonora no la hemos dado nosotros sino el PP europeo ante un Casado que está buscando acomodo en Europa».
«Ahora Casado es sólo un cadáver más de Pedro Sánchez, como Rivera e Iglesias», presumen los mayores fieles de Pedro Sánchez-. «Y por mucha leyenda que haya con Feijóo, ya veremos cuando aterrice en la Corte…». Sin embargo, la envergadura de la alerta ‘anti fascista’ no denota el miedo a Santiago Abascal sino al gallego que vetó públicamente los pactos con Vox y ahora discrepa de ellos sólo en privado.