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Moncloa señala al general Ballesteros como nuevo director del CNI 

El responsable del departamento de Seguridad Nacional de Moncloa lidera las quinielas para suceder a Paz Esteban

Moncloa señala al general Ballesteros como nuevo director del CNI 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda a la actual directora del CNI, Paz Esteban. | Europa Press

Moncloa descuenta ya la caída de la actual directora del CNI, Paz Esteban, y busca candidatos para sucederla. Según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, el primer -y único- nombre que está en boca del Ejecutivo es el de un hombre de confianza del presidente, el director del departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de Presidencia del Gobierno en La Moncloa, Miguel Ángel Ballesteros. Un general de brigada, experto en geopolítica, a quien Sánchez ha confiado la reforma de la estrategia de Seguridad Nacional y las líneas generales de la Ley de Seguridad. 

Fuentes de Moncloa creen que Ballesteros sería el idóneo para suceder a Esteban por tratarse de un perfil «más político y menos técnico» pese a tratarse de un militar retirado, que conoce las lógicas políticas y cuenta con la confianza del presidente. De hecho, en círculos de inteligencia se califica a Ballesteros como un «político militar», pausado, conciliador y conocedor tanto del terreno de la política como de los Ejércitos y los servicios de inteligencia.

Su entrada «podría ayudarnos a abrir una institución que se mueve en la penumbra», confían fuentes de Moncloa. A pesar de haberla nombrado a instancias de Margarita Robles, el Gobierno desconfía de perfiles como el de Esteban, cuya acreditada trayectoria en La Casa tras 40 años de servicio contribuye al «oscurantismo» del servicio secreto y la permanencia de lógicas y prácticas que bloquean el conocimiento del centro por parte del Ejecutivo. 

El Gobierno deslizó ya la semana pasada a THE OBJECTIVE el nombre de Ballesteros como la persona que lideraba las quinielas sucesorias. Pero ahora, fuentes de Defensa e Interior del PSOE se suman también a esta designación, que ven como «muy probable». De hecho, las fuentes consultadas dudan incluso de que haya más nombres adecuados para esa candidatura, que es «el interfaz con la política y lo internacional» mientras que es el segundo de abordo quien realmente lleva «la casa por dentro». 

Las dudas: la cumbre de la OTAN y el espionaje

Sin embargo, hay otras fuentes de Defensa que ponen en duda la figura de Ballesteros como el mejor candidato porque su elección supondría su retirada del departamento de Seguridad Nacional de Moncloa en plena preparación de la cumbre de la OTAN en el mes de junio, lo cual supondría un vacío importante en un momento clave para el Ejecutivo en el plano internacional.

Las únicas dudas en torno a su figura surgen porque el también responsable de la Seguridad de Moncloa debería haber estado al tanto del espionaje que sufrió el presidente del Gobierno, al haber sido infectado su teléfono móvil por parte del software Pegasus. Es más, Ballesteros genera sospechas en otros entornos gubernamentales del ámbito de Defensa por considerar que los responsables del conocimiento del espionaje al móvil institucional del presidente no es sólo el Centro Criptológico Nacional, dependiente del Centro Nacional de Inteligencia, sino también el departamento de Seguridad Nacional que debería de haber realizado los «barridos necesarios cada dos meses» para garantizar que el teléfono del presidente estaba ‘limpio’.

Sin embargo, el control al terminal de Pedro Sánchez fue entregado a finales de la semana pasada con el objetivo de pasar una especie de «análisis forense» de 36 horas de duración que ya han pasado los móviles del presidente del Gobierno y su ministra de Defensa. Según fuentes gubernamentales, están ya entregados y en estudio los celulares de los ministros del Interior, Fernando Grande Marlaska, y Justicia, Pilar Llop.

La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, salió en defensa del sistema de seguridad de Moncloa y garantizó tras el Consejo de Ministros que «todos los dispositivos están siendo permanentemente analizados con los recursos y sistemas que hay en cada momento, que evolucionan». Pero el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, sí deslizó en la cadena SER que deberían de actualizarse los protocolos una vez que se concluya la investigación iniciada por el Ejecutivo.

En este ambiente tan convulso, que recuerda a la crisis interna en el CNI de hace más de una década que acabó con el mandato de Alberto Sáiz, también hay responsables de los servicios secretos que consideran que tras la eventual salida de Esteban sería el turno de un político para dirigir La Casa. Alguien de la esfera del PSOE con el que los socios de investidura y la propia oposición tuvieran un canal de interlocución más abierto que el actual.

Esta jugada es arriesgada ya que la rivalidad entre militares y civiles dentro de La Casa ha sido una tónica en las últimas décadas. Paz Esteban proviene de este último grupo. Tras las escuchas del CESID en la década de los noventa, José María Aznar decidió romper la regla no escrita de que La Casa tenía que ser gobernada por alguien con galones. Así que puso al diplomático Jorge Dezcallar al frente de los servicios secretos, aunque no confió en él cuando se produjeron los atentados del 11-M.

A Dezcallar le siguió el citado Sáiz tras la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero, pero la rebelión interna que sufrió el hombre de confianza de José Bono en 2009 llevó al entonces presidente del Gobierno a dejar el CNI en manos del general Félix Sanz Roldán, quien pasaría una década en su puesto tanto con socialistas como con ‘populares’.

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