Sánchez ultima la renovación de dos miembros del TC sin esperar a un acuerdo con Feijóo
El Gobierno tiene previsto elegir dos nuevos magistrados el día 12, con lo que se pondría fin a la mayoría conservadora del Constitucional
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, guarda con celo la baza que se guarda para la renovación judicial la semana que viene. Según adelantan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, el Gobierno renovará a los dos magistrados del Tribunal Constitucional (TC) que le corresponde elegir el próximo día 12 de junio, cuando expira su mandato. Un movimiento que pretende utilizar para presionar a Alberto Núñez Feijóo en la última semana de campaña en Andalucía y poner en tela de juicio el perfil institucional del PP con el argumento de que «la derecha incumple sistemáticamente la Constitución y bloquea las instituciones».
Una jugada que mantiene en secreto el estrecho núcleo de colaboradores del presidente del Gobierno hasta el mismo 12 de junio, día en que caduca el mandato de un tercio de los magistrados del tribunal de garantías: dos nombrados por el Ejecutivo y otros dos por el Consejo General del Poder Judicial, aunque siempre se han renovado de forma simultánea. Los dos magistrados salientes, pactados por PP y PSOE en la anterior legislatura, fueron el presidente, Pedro González Trevijano, y el magistrado Antonio Narváez. Su sustitución por dos miembros progresistas supondría el fin de la mayoría conservadora del TC.
Simultáneamente, el órgano de gobierno de los jueces, cuyo mandato está agotado desde hace tres años, debería elegir a los sustitutos de otros dos miembros que caducan este mes de junio: Juan Antonio Xiol y Santiago Martínez-Vares. Pero la reforma de la Ley Orgánica del Poder judicial con la que el Gobierno de coalición paralizó los posibles nombramientos impide la renovación a instancias del CGPJ. Según el criterio del Ejecutivo, esta norma «impide los nombramientos» si no existe acuerdo con el PP y bloquea, por ende, la renovación de los dos magistrados del Tribunal Constitucional a instancias del órgano de gobierno de los jueces, «pero no impide la renovación de los dos magistrados del TC que nombra el Gobierno».
El Constitucional está «muy nervioso»
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, dejó caer recientemente esta posibilidad en una entrevista en Onda Cero. Utilizando el modo condicional, Bolaños aseguró que «se podría hacer» de forma unilateral por parte del Gobierno, sembrando -de manera calculada- la inquietud entre los magistrados del TC. Fuentes de Moncloa confirman la voluntad del presidente, que la semana que viene pasará del condicional al imperativo con la intención de demostrar que «no va a esperar al PP ni a sus intereses electorales».
Y añaden: «¿Cuándo el Gobierno ha renunciado a actuar en una institución del Estado? ¿Acaso la parálisis del PP obliga a la parálisis del Gobierno?». En el Ejecutivo perciben que los magistrados del TC «están muy nerviosos» y cuestionan que los dos miembros que caducan puedan bloquear el nombramiento de los otros dos que le corresponde renovar al Gobierno a través de un pleno «protocolario»: «¿Qué legitimidad tiene un órgano de Estado para bloquear a otro?». Entiende el Gobierno que, de celebrarse ese pleno de ratificación, los dos magistrados salientes no podrían participar en la ratificación de los otros dos.
Tampoco creen que el presidente del Constitucional , Pedro González Trevijano, pueda actuar para impedir esa renovación a instancias del Ejecutivo, a sabiendas de que la próxima mayoría del tribunal será progresista, que es el fin último que pretendía lograr Pedro Sánchez con la renovación judicial con el PP. Incluso entienden que «pierde interés» la renovación del CGPJ, que se producirá igualmente en cuanto se avenga el PP, tras las elecciones andaluzas.
Moncloa y Ferraz juegan al despiste
Las maniobras del Ejecutivo se desarrollan en la más absoluta discreción e incluyen incluso estrategias de despiste para evitar reventar el factor sorpresa. Fuentes de Moncloa aseguraban que la consigna «a día de hoy» es la de «normalidad democrática», en referencia a un acuerdo en bloque entre Gobierno y oposición. Es decir, que Sánchez esperaría supuestamente hasta después de las andaluzas para acometer un acuerdo global de renovación de la justicia, tanto en el Consejo General del Poder Judicial como en el Tribunal Constitucional. Sin embargo, este apriorismo es solo «una preferencia», una «línea con la que trabajamos hoy por hoy» y que podría cambiar mañana, matizan las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, aseguró que «el PP puede decir misa pero la realidad es que el Tribunal Constitucional pende de sus magistrados de la renovación del CGPJ», por lo que instó nuevamente a «que el PP se avenga a dar la renovación del TC para nombrar con normalidad los magistrados del TC». Pero evitó responder a la pregunta reiterada de si el Ejecutivo descarta hacer cambios de forma unilateral.
Ni el portavoz parlamentario, Héctor Gómez, ni la vicesecretaria general, Adriana Lastra, quisieron desvelar esta cuestión al ser preguntados por esa posibilidad en las últimas horas porque «estamos en el paso previo» para tratar de convencer al PP. Se multiplican los intentos de presión por parte del Ejecutivo, el último por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su primer cara a cara con Feijóo en el Senado, pero más con la intención de preparar el terreno de la crítica una vez acometan su operación de renovación discreta, que por la esperanza de alcanzar un pacto cuya negociación está «totalmente parada con el PP».