Roures insulta a THE OBJECTIVE por desvelar su almuerzo con el excomisario Villarejo
El empresario ha negado que su encuentro con el expolicía fuera secreto y a renglón seguido ha tildado a este medio como un «digital de mierda»
Imagen exclusiva del almuerzo de Roures, Terribas, Cabrera y Villarejo. | The Objective
El magnate de la comunicación Jaume Roures ha cargado contra THE OBJECTIVE por una de las varias exclusivas publicadas a lo largo del mes de julio en este medio: su polémica comida con el excomisario José Manuel Villarejo, investigado por la conocida como ‘operación Tándem’ y uno de los máximos responsables de las conocidas como las cloacas del Estado.
En RAC1, Roures ha sido entrevistado en directo para dar explicaciones de las informaciones sobre él. Tras un mes de silencio solo roto para comentar su ayuda económica al F. C. Barcelona en un nuevo rescate al presidente del club, Joan Laporta, el empresario ha negado que tuviera algo que ocultar acerca del contenido de su encuentro con Villarejo, orientada a «confirmar informaciones» para un documental que afirma estar preparando acerca de la corrupción policial en España.
Roures carga contra THE OBJECTIVE
«El almuerzo no pretendía manipular nada o crear fake news», ha defendido al tiempo que afirmaba que los encuentros con el expolicía suelen tener este objetivo. Roures ha defendido su presencia en esa mesa y ha acusado a THE OBJECTIVE de ser «un digital de mierda» por desvelar y compartir este encuentro con uno de los hombres más polémicos en España en los últimos años, responsable de varias operaciones policiales (hasta una treintena) que se encuentran en investigación.
El propietario de Mediapro ha garantizado que forma parte de un proyecto que verá la luz tras varios años y que ha sido «censurado» por las cadenas españolas y que solo ha sido apoyado por medios como TV3 o Eitb.
A renglón seguido, Roures -que adeuda varios cientos de miles de euros a los trabajadores de Público– ha señalado que estas informaciones están relacionadas a «la extrema derecha», que forman parte de una «manipulación» y una «porquería».
Sobre el encuentro con el excomisario, Roures ha afirmado que Villarejo no es un «individuo perverso», sino que es una parte «de un sistema perverso que implica a una parte de la prensa, de la judicatura y del aparato del Estado. Todos ellos conchabados».
Terribas carga contra el Estado
Junto a Roures se encontraba otra de las protagonistas de la famosa foto, la exdirectora de TV3 y jefa de documentales de Mediapro, Mònica Terribas, quien ha insistido en la versión de un encuentro público y ha cargado contra los medios y contra el «estado español» por su tratamiento de la información. Terribas ha defendido que ella se encontraba en el almuerzo para «investigar» y ha reprochado que los medios y la Justicia no hayan profundizado en algunas de las investigaciones que han salido a la luz en los últimos años.
La también miembro de la junta directiva de Omnium Cultural ha bromeado con una posible grabación de la conversación y ha defendido que no teme que se llegue a publicar, algo en lo que -entre risas- ha coincidido Roures, que ha criticado a quienes cuestionan la importancia de este encuentro y con alguien que ha desvelado casos de corrupción.
Terribas y Roures, con una notoria complicidad a causa del proyecto que comparten, han señalado la importancia de los audios de Villarejo, puestos en duda en repetidas ocasiones por parte durante las investigaciones, y han apostado por señalar a la ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, como ejemplo de estas informaciones y su importancia, ya que desvelaron «pagos en cuentas de Panamá» y otras causas que, por el momento, la Justicia no ha condenado.
Ambos han negado que buscaran el secretismo al haberse reunido en el exclusivo y famoso restaurante de cinco estrellas del Hotel Santo Mauro. «Si hubiéramos querido una reunión discreta, la habríamos celebrado en otro lugar», ha afirmado.
Otra exclusiva desvelada por THE OBJECTIVE
El famoso encuentro al que se refieren ambos fue desvelado por este medio en el mes de julio, cuando se dio a conocer que el propietario de Mediapro y del periódico Público, donde Pablo Iglesias dirige el programa La Base, se reunió con el excomisario en un restaurante de Madrid.
En la conversación también estuvieron presentes la periodista catalana Mònica Terribas y el abogado del exdirigente policial, Antonio José García Cabrera. La comida se celebró pocos días después de que el exvicepresidente del Gobierno lanzara una campaña contra el periodista de La Sexta Antonio García Ferreras por los audios con Villarejo.
Los cuatros comensales charlaron amigablemente en la terraza del hotel Santo Mauro por espacio de dos horas, entre las 14.30 y las 16.30 horas. Así lo atestiguó a este diario un testigo presencial, que aseguró también que el comisario fue la persona que más habló durante el almuerzo.
Hacía solo dos semanas, Iglesias acusó a Villarejo de formar parte de una trama político-policial para debilitar a Podemos. En esa confabulación incluyó a Ferreras, tras salir a la luz unos audios con el expolicía en los que ambos hablaban sobre la cuenta falsa de Iglesias en las Islas Granadinas, y en la que supuestamente albergaba 300.000 euros que habría cobrado del gobierno venezolano.
¿Cómo se denomina a los enemigos de la libertad de expresión, de la libertad de prensa; a los enemigos de la transparencia…? En Cataluña seguimos sufriéndolos a diario, sigue la autocensura por miedo, siguen en el poder quienes hundieron la región…
Las ratas se reunen y hablan de «cloacas»
Quién se pica, ajos come. Si Roures se enfada porque sale a la luz pública esta reunión, es porque le hubiera gustado mantenerla en secreto. E insultar a un medio de comunicación por hacer su trabajo, y además bien, da la medida de la catadura de este individuo. La Sra. Terribas no se si alguna vez fue una periodista independiente, pero, evidentemente, ya no lo es. Es otra propagandista del independentismo que ha perdido toda su crecibilidad.
Los medios de la Generalitat siguen al servicio de la causa del independentismo que los transformó en la típica correa de transmisión de sus mitos, leyendas y mentiras. Están al servicio solamente de una parte de la ciudadanía catalana pero a la hora de pagarlos, los pagamos entre todos.