Ribera espera fijar la postura española en Bruselas y aprobar un impuesto a las eléctricas
La ministra para la Transición Ecológica ha propuesto un gravamen comunitario sobre los beneficios de estas compañías para paliar la crisis
La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, confía en que en la reunión de ministros de Energía que se celebra hoy en Bruselas se avance en «una estimación de cuáles son los beneficios razonables» de las energéticas «por encima de los cuales debe de haber una intervención» para contener los precios de la electricidad.
En una entrevista con Efe, Ribera ha mostrado su confianza en que la reunión vaya «muy bien», después de que la Comisión Europea haya acelerado enormemente los plazos para consensuar y aprobar medidas entre los 27 Estados miembros y las instituciones europeas involucradas.
«Vamos avanzado a un ritmo que requiere mucha integración y mucha escucha, porque la realidad de las sociedades nacionales es muy diferente en aspectos energéticos», explica la vicepresidenta.
Ribera pide reducir la factura
Los ministros europeos de Energía se reúnen este viernes con el fin de acordar un ahorro generalizado del 10 % del consumo eléctrico, un impuesto a los beneficios extraordinarios de las petroleras y un tope al precio de las renovables, para tratar de aliviar los precios de la energía.
La también ministra para la Transición Ecológica prevé que en la reunión se traslade el mensaje «extraordinariamente positivo» de que los gobiernos deben velar para que la regulación no provoque situaciones «tan paradójicas» como que «un incremento disparatado de los beneficios de grandes compañías sea sufragado por un crecimiento exponencial del precio que pagan los consumidores».
España, al frente de la batalla por el impuesto
En este sentido, el Gobierno español quiere «dar cierta batalla» respecto a unos umbrales de precios que se sitúan muy lejos de la realidad de los costes de las nucleares, renovables o el lignito, y que no deberían ser la referencia para introducir la limitación de beneficios.
Como ejemplo, ha apuntado que en España la subasta de renovables más cara de la historia, en 2008, se resolvió con un precio de 64 euros el megavatio hora (MWh), y el límite actual a través de los mecanismos que se han ido adoptando desde el año pasado es de 67 euros/MWh.
Por ello, considera que el precio de 180 euros/MWh que plantea Bruselas para este tipo de tecnologías inframarginales es «una barbaridad».
Tampoco ve razonable Ribera que se excluya la generación hidroeléctrica por bombeo, ya que «lo que necesitamos es bombeo, almacenamiento de electricidad», porque favorece la flexibilidad del sistema, que es un servicio distinto al de la producción.