Los economistas de Sánchez le prometen una bajada récord de la inflación como as electoral
Los cálculos que manejan en la Moncloa y en ministerios económicos apuntan a que España puede llegar en unos meses al 5% de inflación para alcanzar a Francia
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cree tener un as en la manga. Se trata de las previsiones económicas que sus expertos le entregan casi a diario, y donde se insiste en una idea muy sencilla: la economía española va mejor de lo que dibujan los organismos internacionales y la prensa, aunque sufre la sacudida de la crisis exógena de la guerra en Ucrania. Nadie lo oculta. Es la «incertidumbre» que el presidente y la ministra Nadia Calviño recuerdan en todas sus intervenciones públicas. Pero los estrategas económicos del Gobierno respiran con más tranquilidad de lo que parece. Y eso está inflando de optimismo al presidente y a sus colaboradores.
Según ha podido saber THE OBJECTIVE de fuentes gubernamentales, el Ejecutivo cree que los malos datos de la inflación se reducirán en los próximos meses. Existe expectación sobre el tercer trimestre del año. Pero sobre todo sobre el del último trimestre, donde en el Gobierno creen que puede haber «sorpresas» con respecto a las previsiones «catastrofistas y alarmistas» de la oposición.
España, según estas fuentes, está recuperando el terreno perdido en el ámbito de la inflación. Y puede concluir el año, o por lo menos empezar el siguiente, en los primeros puestos de los países de la zona euro con menor inflación. Los últimos datos oficiales ubican a España por encima de los grandes europeos: Francia, Alemania e Italia. Según Eurostat, en agosto la inflación en Europa se situó en el 9,1% en tasa anual y en el 10% en septiembre. La española escaló hasta el 10,3% en agosto, pero bajó al 9,3% en septiembre.
En la Moncloa se agarran a esa caída como a un clavo ardiendo. Apuntan, por ejemplo, a que en el último mes (entre agosto y septiembre) España es el país que más redujo su inflación, alrededor del 1,7%. En Francia, por ejemplo, bajó un 0,3%, pero en otros países como Alemania e Italia subió, respectivamente un 2% y un o,5%. Este dato ha sido recibido con entusiasmo por el equipo de economistas cercanos a Sánchez porque ofrece la idea de una tendencia a la baja del IPC que puede convertir a España en la sorpresa de los últimos meses del año.
Objetivo: alcanzar a Francia
En el cuartel general de la Moncloa donde se estudian y analizan los datos económicos (en colaboración con los expertos de los varios departamentos ministeriales) aseguran que le darán la vuelta a esos índices. Llegan incluso a vaticinar alcanzar a Francia, el país europeo con un IPC más bajo, alrededor del 6%.
«Francia tiene un contexto muy particular porque está prácticamente todo controlado o copado por el Estado. Pero la crisis afectará sobre todo a Alemania. Los alemanes han gozado en estos años de un sistema productivo centrado en el gas barato de Rusia y ahora carecen de infraestructuras básicas para superar la crisis. España, en cambio, está en una situación muy diferente», explican las fuentes consultadas.
«Cuando se dice que el sector productivo español quedará hundido por la caída de la economía alemana no se cuentan todos los indicadores. El mercado se regula por sí mismo y las empresas españolas buscarán lo que necesitan en otros países europeos». Solo así, dicen, se explica por qué los principales indicadores económicos de empleo e inversiones se mantienen sólidos.
Crisis y oportunidad
En definitiva, el Gobierno de Sánchez calcula que la crisis bélica y energética que estalló en el pasado mes de febrero por la invasión de Rusia a Ucrania durará tiempo. Pero que España está más preparada que otros países europeos para aguantar la embestida. Y que, incluso, podrá sacar cierto provecho del frenazo de la economía alemana, hasta ahora líder indiscutible de la producción industrial del continente.
El el trasfondo de la crisis se halla la previsión de crecimiento de la economía española. El Gobierno es de momento la entidad que analiza con mayor optimismo el futuro. Los demás organismos, desde la Airef hasta el FMI y el Banco de España, apuesta por la cautela. Pero en el Ejecutivo defienden sus análisis y recuerdan que ellos son los únicos que tienen los datos más y mejor actualizados. Sánchez cree a sus expertos.
¿Exceso de alarmismo?
El aguante de la economía española, con la esperanza de ver drásticamente reducido el índice de la inflación de aquí a unos meses, es el verdadero as en la manga que el entorno de Sánchez quiere jugar cuando lleguen las próximas elecciones municipales y autonómicas. Aunque el presidente mantiene una relación complicada con sus propios barones, sabe que esas elecciones pueden marcar un nuevo ciclo político y que es importante evitar debacles.
La clave electoral es y será la Comunitat Valenciana. De ello no duda nadie, ni en el PSOE ni en el PP. Y en esa región las expectativas socialistas siguen vivas: «Estamos al 50-50», sostienen. Si de aquí al próximo mayo la economía española sigue marcando datos aceptables de empleo y actividad económica, y logra incluso rebajar la inflación alrededor del 5% o 6%, Sánchez presumirá de la capacidad de resistencia en un contexto de máxima dificultad. «Eso del PP de alarmar cada día la población es un error que acabará favoreciendo al PSOE», sostienen los expertos que susurran al oído al presidente.