El Govern fomenta el catalán en las mezquitas para atraer a la comunidad musulmana
El Ejecutivo de Pere Aragonès avanza en su estrategia de captar a los colectivos musulmanes hacia el nacionalismo pese a las alertas de la Policía y Mossos
El Govern de la Generalitat ha impulsado su plan de 100 medidas para fomentar la lengua catalana en distintos ámbitos de Cataluña. Uno de estos ámbitos es el de las «comunidades religiosas» y sus lugares de culto, como las mezquitas, que existen en la región. El plan insta a «incrementar el uso del catalán entre las comunidades religiosas y en las comunicaciones de las entidades y favorecer parejas lingüísticas interreligiosas». Para lograr ese objetivo, una de las medidas es «disponer de versión catalana de los principales textos religiosos de las diversas tradiciones, así como de los documentos de referencia que se produzcan a nivel internacional».
El Ejecutivo de ERC en solitario ha podido dar un paso más en una cuestión que el partido de Oriol Junqueras ha tenido siempre como una de sus prioridades: atraer al colectivo musulmán hacia las posiciones nacionalistas. En las últimas elecciones autonómicas, del 14 de febrero de 2021, ERC llevaba en su programa electoral el derecho a voto de los inmigrantes ilegales y dar la ciudadanía a los menores extranjeros no acompañados (los llamados ‘menas’).
Y cuatro años antes de estos comicios, en pleno procés independentista, dirigentes de ERC, como Oriol Amós, quien ocupaba la secretaría de Inmigración de la Generalitat, se desplazaron hasta las principales mezquitas del territorio para animar a sus fieles a votar en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
«Ampliar la base» en las mezquitas
La estrategia de ERC de «ampliar la base» busca contar con los «recién llegados en Cataluña» con el fin de que se integren y conozcan la cultura catalana y sus tradiciones. Esta política aperturista de los republicanos, sin embargo, ha chocado a veces con las informaciones que manejan los Mossos d’Esquadra sobre algunos de los líderes religiosos musulmanes a quienes el Govern ha puesto como ejemplo de integración.
Fuentes políticas y policiales consultadas por THE OBJECTIVE señalan el caso del último líder salafista de Reus, Mohamed Said Badaoui, expulsado el pasado 19 de noviembre de España, y a quien el Govern defendió en contra de las informaciones de la Policía Nacional de que practicaba adoctrinamiento yihadista. La propia Policía autonómica compartía el criterio de la Policía pero exhibió un perfil bajo para no contradecir la posición mantenida por el Ejecutivo catalán en este asunto.
Said ha sido durante cinco años portavoz de la mezquita de Reus As-Sunnah y presidente de la Asociación por los Derechos de la Comunidad Musulmana. Durante este tiempo, ha logrado el apoyo de PSC, ERC y Junts per Catalunya, y varios dirigentes destacados de ERC, desde el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a Gabriel Rufián, se han dejado fotografiar con él.
«Islamofobia del Estado»
Según las fuentes consultadas, «no es la primera vez» que estos líderes religiosos «tienen un discurso público de integración» que contrasta con lo que proclaman en sus rituales litúrgicos o entre algunos de sus fieles. Y alertan de que a menudo la clase dirigente catalana se queda solo en «las buenas palabras» y que esto no sirve para combatir la radicalización.
De hecho, en el caso de Said, los partidos independentistas nunca habían ido tan lejos en tratar de evitar una deportación. ERC, Junts, la CUP y En Comú Podem forzaron una declaración conjunta en el Parlament en la que afirmaban que se trataba de un caso de «represión política e islamofobia por parte del Estado español, esta vez mediante la Ley de Extranjería».
Como informó El Confidencial, la solidaridad con los musulmanes expulsados ya se manifestó en otras ocasiones en Cataluña. Noureddine Ziani, un espía marroquí que tenía una estrecha relación con la extinta fundación Nous Catalans, de la órbita de Convergència, fue deportado a su país en mayo de 2013 a petición de Félix Sanz Roldán, entonces director del CNI.
El entonces director general de Inmigración del Govern, Xavier Bosch, equiparó al Gobierno del PP con el franquismo y varios eurodiputados llevaron el asunto ante la Comisión Europea. Posteriormente, Ziani cruzó la frontera de Melilla y obtuvo un cargo en el Ministerio de Asuntos Islámicos. Las autoridades de Rabat demostraron de este modo que trabajaba para ellas.
Perfiles de origen árabe
En su empeño de atraer a parte de esta comunidad, ERC ha integrado en sus candidaturas perfiles de origen árabe y musulmán. El argumento que subyace es que el Estado es represor tanto de la «minoría nacional catalana» como de los musulmanes afincados en España.
El exconsejero de Trabajo, Chakir El Homrani o la diputada autonómica Najat Driouech, quien lleva el hiyab desde 2009, son dos de los dirigentes independentistas que cumplen con este perfil. La diputada musulmana ha defendido la «libertad» de las mujeres de llevar esta prenda y el partido evita abordar el asunto del velo islámico para no cosechar antipatías en este colectivo. De hecho, la escritora catalana de origen marroquí, Nachat el Hachmi, y que se opone al hiyab, ha criticado en varias ocasiones la promoción del velo entre sectores políticos y del feminismo catalán.
Según los datos más recientes de Idescat, del 2020, hay 301.319 extranjeros con residencia procedentes del continente africano en Cataluña, y 49.944 procedentes de Pakistán. Se trata de una cifra significativa, siendo la mayor comunidad extranjera después de los que proceden de otros puntos de la Unión Europea. Y estas cifras no abarcan a los inmigrantes de este origen que están en situación de irregularidad.