Yolanda Díaz aprovecha ocho viajes pagados por el Estado en un año para impulsar su figura
La ministra viajó a Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Alemania, EEUU y México para impulsar su figura política. Tan solo en Chile el gasto ascendió a 20.000 euros
La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha desplegado a lo largo del último año una batería inédita de viajes oficiales. Según datos recogidos por THE OBJECTIVE, la política gallega ha mantenido encuentros con mandatarios y homólogos en Chile, Alemania, Argentina, Brasil (dos veces), Estados Unidos, Uruguay y México. Se desconoce el gasto global de esos traslados, aunque sí se sabe que tan solo en una visita, la de Chile, ese desembolso ascendió a 20.000 euros. A esos viajes habría que añadir el realizado al Vaticano en diciembre de 2021. Todos esos traslados sirven para impulsar la figura política de Díaz a un año de las elecciones generales y en pleno proceso de construcción de su partido, Sumar.
Díaz arrancó su gira por el extranjero en marzo de 2022, cuando se sumó al viaje oficial del rey Felipe VI para acudir a la toma de posesión del nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric. Aquella misión fue polémica porque Díaz, en lugar de regresar con el Rey aprovechando el vuelo oficial, se quedó en el país andino durante todo el fin de semana con su séquito. Este diario desveló que para hoteles, dietas y vuelos de regreso, el Gobierno desembolsó 20.000 euros para sufragar la operación.
El viaje a Chile fue el pistoletazo de salida de un plan de promoción de la figura de Díaz a través de su agenda internacional. Se trata de algo novedoso, puesto que Díaz ejerce de ministra de Trabajo, y en calidad de responsable de las políticas de empleo también mantuvo encuentros políticos en Estados Unidos en el pasado mes de julio, en Brasil en marzo y en México en noviembre, donde acudió a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Sanders, Boric y Mujica
En todos esos traslados, Díaz se reunió con representantes de los gobiernos locales, lo que ha permitido adscribir sus viajes como oficiales. En EEUU, por ejemplo, se citó con el exalcalde de Boston y secretario de Trabajo de los Estados Unidos de la administración de Joe Biden, Marty Walsh. Asimismo, aprovechó la visita para verse con el senador Ben Ray Luján, nombrado por el Estado de Nuevo México, y con la diputada Ilhan Omar, cuyo activismo está centrado en la lucha por el derecho al aborto. También se vio con Bernie Sanders, referente de la izquierda americana, pero sin cargos gubernamentales.
En abril del año pasado, Díaz se fue a Berlin para «estrechar la cooperación en materia sociolaboral y reforzar las alianzas a favor de la Europa social» en Alemania. En este caso se reunió con el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Hubertus Heil. Los dos suscribieron una Declaración de Intenciones de política laboral. La vicepresidenta también se reunió con el vicecanciller y ministro de Economía y Protección Climática, Robert Habeck, según la nota oficial difundida por su ministerio.
Después del verano, sus viajes fueron in crescendo. En noviembre llegó a México, donde también se citó con su homóloga mexicana para «firmar un memorando para incrementar la colaboración y la asistencia técnica en materia laboral». Además, mantuvo encuentros con el ministro de Exteriores, el canciller Marcelo Ebrard, así como con la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Después de ese viaje, volvió a España, para regresar pocos días después al subcontinente americano, rumbo a Argentina y Uruguay.
Comunidad española en el exterior
En esos dos países se citó con el presidente argentino Alberto Fernández y con el expresidente de Uruguay Pepe Mujica. También habló con otros representantes gubernamentales y aprovechó la visita para verse con representantes de empresas y residentes españoles en el exterior. Mantuvo un encuentro parecido también en Estados Unidos, lo que abrió un debate en el seno de Unidas Podemos sobre una maniobra dirigida a captar votos y hacerse conocer en esa importante comunidad española en el exterior.
«Las relaciones que tenemos entre pueblos hermanos son muy fructíferas. Tenemos nada más y nada menos que 7.000 empresas españolas aquí. Nos debemos a un bien común que consiste en ensanchar nuestras mutuas relaciones», dijo Díaz en su viaje a México. Los datos oficiales revelan que hay 135.000 españoles residentes en México, y otros 268.000 en Argentina. Díaz quiere acercarse a esta bolsa de electores. En la nota oficial del Ministerio se mencionaba que «la ministra recordó la reciente aprobación de la ley que suprime el voto rogado y que facilita y simplifica a los españoles residentes en el extranjero su derecho a participar en las elecciones legislativas».
Con respecto a Brasil, la ministra viajó dos veces en un año. El primer traslado tuvo lugar en marzo del año pasado, cuando se citó con Lula da Silva, quien todavía no había oficializado su candidatura a la presidencia del país. Regresó a finales de diciembre para asistir, en compañía del rey Felipe y el ministro de Exteriores, a su toma de posesión. Durante ese viaje, Díaz logró otra foto que en su entorno creen que sirve para afianzar su imagen de «referente» de izquierda alternativa al PSOE desde el exterior.
Apoyo diplomático
No hay que olvidar el valor simbólico de esos encuentros, que se realizan con políticos muy conocidos a nivel global y en los que Díaz aspira a presumir de un contacto directo y personal, al margen de otros dirigentes de Podemos. La clave política interna de los equilibrios de Unidas Podemos y su choque con Pablo Iglesias e Irene Montero es esencial para comprender la estrategia que subyace a esos traslados, aseguran en Unidas Podemos. En Chile, por ejemplo, Díaz y la ministra Irene Montero mantuvieron encuentros y agendas separadas con los mandatarios locales.
Queda por saber a cuánto asciende el desembolso público de todos esos traslados. Los viajes aparecen en las notas oficiales de La Moncloa y el Ministerio, lo que determina que fueron oficiales y que, por lo tanto, se pagaron con el erario público. Solo se sabe que en Chile el Gobierno pagó 20.000 euros para que Díaz y sus asesores acudieran a la toma de posesión de Boric. Es plausible creer que en los demás viajes ese gasto fue igual o incluso superior, debido, por ejemplo, al valor de la moneda local y de los billetes de avión.
Por otro lado, en Podemos creen que la agenda de Díaz goza del apoyo en la sombra de La Moncloa, a través del cuerpo oficial de diplomáticos del Estado. En Uruguay fue clave el papel del embajador, según aseguran fuentes de Unidas Podemos. Y en el partido morado también creen, como adelantó este diario, que en el viaje a Estados Unidos la ministra gallega se aprovechó de los contactos de La Moncloa para ver a Bernie Sanders. Todo ello bajo un paraguas público todavía por conocer.