Los errejonistas piden a Díaz una entente de toda la izquierda contra Podemos
Los partidos cercanos a Errejón ponen una línea roja a la ministra de Trabajo: no quieren que Sumar sirva para resucitar la cúpula de Podemos
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se encuentra entre dos fuegos. Por un lado, la dirección de Podemos liderada por Irene Montero y Ione Belarra quiere llegar cuanto antes a un acuerdo de «coalición». Y por el otro, las diferentes siglas que se incluyen en el espacio errejonista, desde Más Madrid hasta Compromís (con sus matices), que exigen a la lideresa y candidata in pectore de Sumar que no use su plataforma como trampolín para la vuelta de los morados. Esta vez, avisan, no la respaldarán si no se llega a un verdadero cambio en el espacio político.
Por ello Díaz está decidida a esperar las elecciones municipales y autonómicas antes de abrir la veda a la negociación de las generales. La política gallega tiene una idea en la cabeza: si todos pierden en mayo, la única que «no se quemará será ella», explican sus afines. Aunque en el frente socialista se especula sobre la posible rendición de Díaz o cambios en su estrategia, fuentes conocedoras de su planteamiento insisten en que la hoja de ruta de la vicepresidenta no ha cambiado. «Yolanda prevé una debacle de Podemos, pero también una reducción de apoyos para partidos como Más Madrid o Compromís. En mayo va a salir viva solo ella, y a partir de ahí, se dedicará a recomponer el espacio y llegarán los acuerdos», resumen desde el frente de Díaz.
En la amalgama de siglas errejonista, no obstante, avisan a Díaz de que su apoyo a Sumar no será sin condiciones. Están dejando claro, según ha podido saber este diario, que no aceptarán que una cesión de Díaz se convierta en una vuelta de la clase dirigente de Podemos, aunque sea por la puerta de atrás. El temor, en definitiva, es que Sumar acabe convirtiéndose en un instrumento de Podemos para que «sigan mandando ellos». Y empujan a Díaz en una dinámica de alianza de todos los partidos menores de la izquierda contra Podemos.
El ‘caso Roig’
La batería de declaraciones que se produjeron el pasado martes en el Congreso sobre los ataques de Podemos al dueño de Mercadona reflejan esa dinámica. La ministra Belarra acusó a Juan Roig de «hacerse de oro a costa de la crisis» y de formar parte de un grupo de «capitalistas despiadados». Pero el martes tanto Errejón como Joan Baldoví y la propia ministra Díaz se desmarcaron de ella. La política gallega reivindicó el «diálogo social» como brújula de acción en las relaciones con los empresarios, mientras que Más País y Compromís calificaron de inútil el ataque a Roig.
Tal y como adelantó en sendas exclusivas este diario, el planteamiento de la ministra gallega siempre ha sido esperar un desgaste lento de Podemos, para poder recoger sus cenizas y con ellas construir su plataforma para las generales. Y según aseguran las fuentes consultadas, la política originaria de Ferrol no se ha movido ni un milímetro de su táctica. «Podemos quiere negociar cuanto antes, pero Yolanda cree que Podemos está sobredimensionado [en el Congreso], y que las elecciones de mayo servirán para entender realmente cuál es su peso en el país», explican.
Este planteamiento de Díaz es, según las fuentes consultadas, compartido por el presidente Pedro Sánchez. Desde el PSOE difunden la idea de un presidente que está ejerciendo presión hacia Díaz para que anuncie cuanto antes su plataforma y cierre la sangría en su izquierda. Pero esta tesis no coincide con la información que se maneja en el sector político y sindical afín a la política gallega. Es más, las fuentes consultadas sostienen que Sánchez está de acuerdo con dejar a Díaz total autonomía a la hora de gestionar los tiempos para la negociación con Pablo Iglesias e Irene Montero.
La táctica del silencio
El problema de Díaz es que no se puede permitir perder el apoyo de Más Madrid. Aunque la formación de Mónica García y Rita Maestre puede perder el liderazgo hegemónico de la izquierda en Madrid y sufrir el sorpasso del PSOE, seguirá siendo central para los equilibrios políticos de Díaz. Las encuestas revelan la dificultad de Podemos para entrar en el pleno del Ayuntamiento de Madrid y en la Asamblea regional. De ser así, la «debacle» morada obligaría a Iglesias y Montero a rebajar sus exigencias en la mesa de negociación para las generales.
Díaz asume que los llamados errejonistas -desde Más Madrid hasta Más País y siglas regionales como los Comunes o Compromís- obtendrán resultados decepcionantes. Y en Podemos afirman que esa derrota pasará factura a Díaz. Pero desde el frente yolandista no piensan lo mismo. Siguen creyendo que es necesario un verdadero punto de inflexión para obligar a todos los actores de la izquierda alternativa al PSOE a una negociación con cesiones mutuas y la asunción de un liderazgo indiscutible: el de Yolanda Díaz. En Podemos calculan esa posibilidad, es decir, que Díaz «fuerce el acuerdo» tras presentarse como candidata de Sumar.
No se trata de una operación sencilla. Díaz ejerce de ministra de Trabajo y quiere lanzar una opción de ruptura y regeneración desde las instituciones. Iglesias siempre entendió la política como una vía de sentido único: derecha o izquierda, nada de transversalidad. Díaz en cambio es «gallega», sostienen quien observa desde la izquierda sus movimiento. ¿Qué significa esto? «Que permanecerá en silencio, o si hablará no dirá nada. Es Rajoy en estado puro», ironizan las fuentes consultadas.
Díaz cree, además, que Podemos tampoco puede presionar demasiado. El resultado de la ley del solo sí es sí se está revelando muy dañino para Irene Montero. Y sobre esa clave está construyendo su táctica de la espera. Aunque Iglesias use todos sus megáfonos mediáticos para proponer la idea de un adelanto electoral (que dejaría a Díaz sin márgenes para imponer su plan), la dirigente gallega hace oídos sordos a esas campanas. «Va a seguir en la misma línea», avisan desde su sector, donde sin embargo saben que para el futuro habrá que aclarar cómo buscar un acuerdo con Podemos que no irrite al ala errejonista.