Podemos arremete contra Díaz por el 'diktat' del PSOE: «Lo sabía todo desde el principio»
Pablo Iglesias avisa a sus partidarios de que el adelanto electoral sigue estando sobre la mesa de Sánchez, a quien critica por su posición sobre la ‘ley Montero’
Podemos evita atacar oficialmente a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en todo lo que envuelve la polémica sobre la ley del sí es sí. Pero fuentes internas del partido aseguran a este diario que la dirección está muy molesta con la actitud de Díaz. Sectores de Podemos sostienen que la política gallega estaba al tanto de la estrategia de los socialistas. Y que no explicó a sus supuestos compañeros las intenciones del presidente Pedro Sánchez. «Yolanda lo sabía todo desde el principio», afirman estos sectores en sus conversaciones confidenciales.
Los morados siempre han reprochado a la ministra de Trabajo haberse puesto «de perfil» cuando estalló la polémica tras las primeras reducciones de condena para decenas de agresores sexuales. Podemos decidió negar cualquier tipo de responsabilidad, mientras que Díaz se cerró en un sustancial silencio. Los aliados de la vicepresidenta, sobre todo los políticos de Izquierda Unida, afirmaron que era necesario modificar la norma. El hecho de que hablara en este sentido la dirigente de IU Sira Rego, considerada muy cercana a Enrique Santiago, enfureció a la dirección de Podemos.
Podemos ha llegado a la conclusión de que Yolanda Díaz no ha protegido sus intereses y ahora están enrocados para evitar que los socialistas giren buscando el apoyo del PP en el Congreso. Tal y como adelantó este diario, la idea de un pacto secreto entre el PP y el PSOE fue desde el comienzo una de las claves de la reflexión de los morados. Esa convergencia representaría una auténtica «desautorización» del trabajo de Montero, según admiten los miembros de Podemos.
La tesis que se difunde en la formación morada es que Díaz sabía desde hace tiempo que el planteamiento del PSOE pasaba por ignorar los intentos de acercamiento de Podemos (unas cuatro o cinco propuestas, según el equipo de Montero) y avanzar hacia un diktat sobre la recuperación de los agravantes judiciales en una nueva iniciativa parlamentaria. Varias fuentes aseguran que la ministra Montero está más enfadada con Díaz por lo que creen que ocultó que por los ataques y presiones que recibe de otros segmentos políticos. Aunque también hay en Unidas Podemos quien defiende la actuación de la dirigente gallega, reduciéndola a un planteamiento «político» legítimo.
La dirección ha impuesto una narrativa que intenta salvar el cargo a Montero y Ione Belarra, argumentando que su dimisión es lo que desea la derecha. Pero en Podemos reprochan a Díaz escasa contundencia a la hora de respaldar a sus supuestos aliados. Y todo ello mientras algunos medios cercanos a la propia vicepresidenta hablaban de un supuesto deshielo o distensión entre los dos sectores.
Guerra interna
La guerra interna, en realidad, sigue. Montero ha cosechado en los últimos días muchos apoyo de los miembros del grupo parlamentario. Su «cierre de filas», según explican en este sector, ha sido acompañado por otras operaciones más ambiciosas. La primera, unas conversaciones privadas donde Podemos ha tanteado la posibilidad de fichar a Gabriel Rufián, y la segunda, la garantía que llega desde varios ámbitos del partido de que, si hace falta, Iglesias, el ex secretario general, participará en la batalla. Es decir, que su nombre podría volver a comparecer en una lista electoral.
Puesto que en política todo o casi todo vale, nadie niega que los movimientos de la dirección morada sirvan de farol para asustar a Yolanda Díaz, pero también revelan la preocupación de que sea más difícil de lo previsto llegar a un acuerdo. Mientras, Iglesias sigue marcando el rumbo a través de su presencia en el ágora mediática. Defiende a capa y espada la ley de la ministra de Igualdad, y lanza amenazas contra Pedro Sánchez.
Hace una semana, Iglesias dijo que el presidente se arrepentirá de pactar con el PP un acuerdo para modificar la ley del solo sí es sí. El lunes remarcó en Rac1: «Los ganadores de la claudicación de Pedro Sánchez respecto a la ley que defendió con tanta pasión hace semanas son la derecha judicial y mediática. Echándose a los brazos de Feijóo, el presidente pone más fácil a la derecha el éxito electoral. Grave error».
Cansancio de Irene Montero
Iglesias y Podemos convergen en un relato que señala presuntas presiones externas sobre el goteo de rebajas a los condenados por agresiones sexuales (ya más de 400 casos). Niegan cualquier tipo de fallo por parte de los técnicos y equipos de Irene Montero. Es un enfoque que revela que el partido morado ha bajado a una trinchera. «Podemos es un partido que ya solo quiere hablar a sus fieles y movilizarles para revalidar lo poco que queda de escaños y presencia institucional del núcleo duro», comentan y lamentan miembros del partido y exdirigentes consultados por THE OBJECTIVE.
En el partido saben que las perspectivas políticas en su décimo aniversario rozan, como mucho, el 10% de las papeletas. Tal vez sea más honesto hablar del 5%. Así que en el difícil encaje entre la supervivencia y los ataques que Podemos cree recibir de todos los lados del tablero político, la cúpula morada cierra filas. Y en este proceso, Iglesias vuelve a hablar del mantra de que Sánchez está preparando un adelanto electoral: «Tomen nota», dice a sus partidarios.
De ahí que la orden sea tajante: que nadie se mueva del Ejecutivo; si Sánchez quiere dinamitar la coalición, que lo haga él, reza la doctrina Monedero sobre la permanencia de una ministra. Los compañeros de Montero hablan de una dirigente cansada y desgastada en lo personal, pero también con unas cuantas cuentas abiertas por resolver. Y la venganza, como bien saben en el partido morado, es un motor inagotable de energía política. O casi.
En Podemos recuerdan que en 2019 Iglesias fue el primer dirigente de ámbito nacional que entendió que Sánchez iba a adelantar los comicios a abril. Su intuición le permitió confeccionar un proceso de primarias en otoño del año anterior, lo que garantizó que para las generales su partido estuviera preparado. Ese movimiento, además, evitó que la crisis de la escisión errejonista fuera a más, puesto que la formación ya había confeccionado sus listas electorales y estaba preparada para el combate.
Ahora, Podemos hace algo parecido. Tal y como ha adelantado este diario en varias exclusivas, los morados se están moviendo para definir lo que puede constituir un borrador de nombres claves para las próximas elecciones. Todo ello a la espera de ver hasta dónde puede llegar la negociación con Yolanda Díaz, quien, por cierto, no quiere oír ni por asomo la teoría del adelanto de las generales.