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Política

Podemos cree haber atado en corto a Yolanda Díaz: «No sabe decidir. Por eso la eligió Pablo»

Errejonistas, pablistas y afines a Yolanda Díaz se enfrentan sobre el presente y el futuro de Sumar, y comentan las voces que apuntan a un armisticio con Podemos

Podemos cree haber atado en corto a Yolanda Díaz: «No sabe decidir. Por eso la eligió Pablo»

La ministra de Trabajo Yolanda Díaz en un acto de Sumar. | Europa Press

Hay quien habla de distensión (o deshielo) y quien, en cambio, entrevé en la crisis del sí es sí una victoria política de Podemos en su relación con la ministra gallega y lideresa de Sumar. La situación es de cierta confusión. Los socialistas asumen que cuanto más dura sea la confrontación sobre la ley estrella de Irene Montero, más será su desgaste. En Podemos tienen una lectura opuesta. Como adelantó este diario, los morados están instalados en una lógica de resistencia, y sus dirigentes aseguran que levantar un muro sobre el relato del «consentimiento» reporta votos, o por lo menos frena la sangría de cara a las elecciones de mayo. En medio del fuego cruzado se encuentra Yolanda Díaz, que intenta salir con vida y, sobre todo, que no se apague la llama de su popularidad.

Algunos colaboradores de la gallega incluso entrevén en la polémica entre el PSOE y Podemos una oportunidad para erigir a la gallega como salvadora de la coalición. En Podemos creen que en esta peculiar competición, parecida a un encuentro de boxeo, los morados están ganando a los puntos. La cuestión, según sostienen fuentes consultadas a varios niveles de la formación, atañe al planteamiento estratégico de Pablo Iglesias. Y también a asuntos más veniales que en política se pueden traducir en «tener o no tener agallas».

En general, se registran tres lecturas diferentes sobre el presente y el futuro de Sumar. Según se pregunte a cada segmento de esta familia, que en teoría debería estar condenada al entendimiento, emergen lecturas muy diferentes sobre el presunto acercamiento «discreto» entre Díaz y sus compañeros. Táctica y estrategia desnudan interpretaciones antagónicas sobre los contactos que se están manteniendo después de un choque que llegó a su cenit en el pasado mes de noviembre con la dura acusación de Iglesias: «¡Ay de aquel o aquella que se atreva a faltarle al respeto a la militancia de Podemos!».

La ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero
La ministra de Igualdad y ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero. | Europa Press

Podemos se siente más fuerte

La lectura que ofrecen cargos y dirigentes de Podemos, por ejemplo, se centra sobre en los tiempos. Los morados exigieron a Díaz acelerar la creación de Sumar para aclarar cuanto antes los equilibrios internos. Pero los movimientos de la política gallega sorprendieron a la cúpula morada. Iglesias e Irene Montero estuvieron un año sin hablar directamente con la ministra que ellos habían aupado al Gobierno y a una persona que consideraban una «amiga» tras compartir comidas, cenas y encuentros privados. En noviembre, Iglesias arremetió públicamente contra ella, a la vez que lanzó un ultimátum a su sector y al propio presidente socialista para que intercediera y forzara una negociación para las listas electorales de las generales.

El ultimátum de Iglesias, adelantado por THE OBJECTIVE, se puede concluir que ha funcionado a medias. Los principales referentes e interlocutores de la ministra gallega insisten en que la hoja de ruta establecida para el lanzamiento de Sumar no ha sufrido ningún cambio. Es decir, que por mucho que Podemos se agite, Díaz mantiene la paciencia y esperará a los comicios de mayo para ofrecerse como aglutinadora de una izquierda alternativa al PSOE en crisis sistémica. El problema atañe, según argumentan en Podemos, a los tiempos de Díaz: su espera, afirman, ya la ha perjudicado.

«Yolanda ha perdido demasiado tiempo. Y se llegará a un acuerdo con Podemos. Yolanda es incapaz de tomar una decisión. Por eso la puso Iglesias», zanjan desde la formación morada. Es sabido que Díaz actúa de manera más reflexiva que Iglesias. El problema es la espera eterna que está cansando incluso a algunos de sus defensores. En Podemos, en cambio, celebran ese «error» de la gallega. Una equivocación que otros miembros del partido reducen a una dicotomía política entre «tener o no tener agallas». Los de Díaz, dicen estas fuentes, carecen de valentía, mientras que los de Podemos, incluso con todos sus errores, sí están dispuesto a ir a por todas. De alguna manera, lo señaló el propio Pablo Iglesias ante los militantes de Podemos en noviembre cuando apeló a la «valentía» de las bases.

El errejonismo dividido y con miedo

Si en Podemos están de celebración, porque consideran que la polémica del sí es sí les reporta visibilidad (hasta Sánchez lo admitió este fin de semana) y también votos entre los más jóvenes (muy sensibles al tema de la ley trans), en el frente errejonista observan con mucha cautela y algo de desconfianza los movimientos de la política gallega. Errejón y sus aliados coinciden en que el experimento de Sumar, con su discurso renovador y transversal, representa la única esperanza de salvación en un tablero político que está girando hacia el centro-derecha.

El portavoz de Más País y cofundador de Podemos, Íñigo Errejón
El portavoz de Más País, Íñigo Errejón

Errejón buscó el acercamiento a Díaz cuando entendió que la política gallega estaba rompiendo los puentes con Podemos. Dirigentes de confianza de su área han ayudado a Díaz a convocar actos políticos de Sumar. Algunos barones o figuras destacadas de la corriente errejonista se han ofrecido como emisarios o negociadores de Sumar para vertebrar el nuevo sujeto político. El problema, sostienen, es que Sumar todavía no ha resuelto el problema de la organización, si bien tiene de su lado a Izquierda Unida y el PCE.

Así que el principal temor de Errejón es que Díaz acabe cediendo a Podemos. Su planteamiento, como desveló este diario, pasa por generar una entente contra los morados. Es decir, imponer la idea de que Podemos es una fuerza en decadencia, y que por lo tanto solo puede conformarse con una presencia simbólica o residual en la nueva alianza. Podemos, en cambio, intenta imponer la lógica de la «coalición». Es decir, un esquema que se podría resumir bajo la fórmula de Sumar Podemos. Díaz, de momento, oscila entre las dos opciones, y esto asusta a los errejonistas, porque saben que si la gallega baja la cabeza ante Iglesias, este no tendrá indulgencia hacia sus excompañeros.

En el sector de Errejón saben, además, que Más Madrid, la formación de la que el madrileño fue cofundador con Manuela Carmena, actúa con mucha autonomía. Incluso entre dirigentes de Más Madrid es frecuente escuchar comentarios críticos hacia Errejón, a quien culpan de buscar solo su rédito y visibilidad personal. La cúpula de Más Madrid, liderada por Mónica García y Rita Maestre, se siente cercana a Díaz y a Sumar, pero no está dispuesta a convertirse en la muleta de Podemos si la gallega vuelve al redil de Galapagar. Una vez más, los errejonistas avisan de que «uno más uno no siempre son dos».

Yolanda Díaz en un acto de Sumar
Yolanda Díaz en un acto de Sumar

Díaz, más laborismo y menos ruido

En el segmento de Yolanda Díaz, por su parte, niegan cualquier tipo de cesión a los morados. Es cierto que Díaz es conocida por tardar mucho en tomar una decisión, pero su gestión de los tiempos puede ser un elemento de fortaleza. El entorno de Díaz ha querido dejar claro que se están celebrando encuentros con representantes de Podemos en varios ámbitos y a diferentes niveles. Pero, ¿puede interpretarse esto como un deshielo o distensión? Algunos observadores creen que esos contactos revelan la sustancial rendición de Díaz a Podemos, aunque los partidarios de la gallega lo niegan.

En el frente yolandista insisten en que la ministra debe centrarse en su propuesta de «nuevo laborismo» y huir de polémicas como la del sí es sí. «Yolanda se ha puesto de perfil porque cree que así se fortalece. La tesis de que están en amor y compañía [con Montero] es una leyenda urbana. Todo el plan de Yolanda es que se siga debilitando Podemos. Aunque es verdad que el ruido solidifica al grupo más fanático, pero es un porcentaje pequeño. Lo mejor que puede hacer Yolanda es seguir con su discurso y perfil laboralista, con el salario mínimo y el empleo…», expresan desde este sector.

Díaz tiene el respaldo de Alberto Garzón y de los principales sindicatos. En las direcciones sindicales se mezclan dirigentes más o menos afines a Podemos, que estarían ejerciendo presión para que se llegue a un acuerdo con los morados. Pero Díaz no quiere empañar su trayectoria y sigue convencida que España ya no está en el medio de una crisis financiera. Los tiempos en los que se presentaba como la «Syriza gallega» han quedado atrás. Ahora prefiere apostar por un perfil institucional y de gestión.

Su prioridad es generar una propuesta política que amplíe el abanico de posibles votantes y no lo reduzca a una vuelta a los orígenes, tal y como la plantea Iglesias (en una mezcla de intereses políticos y comerciales alrededor de la marca Podemos). Aun así, recientemente Díaz ha dejado entender en sus conversaciones informales con periodistas que respaldará la decisión de Igualdad sobre la modificación del sí es sí.

Algunos hábiles observadores interpretan este dato como un acercamiento al círculo de Galapagar. Y lo cierto es que Díaz lo ha hecho con poca convicción y porque ha llegado a la conclusión, tal y como desveló este diario, que Montero sigue controlando al grupo parlamentario de Unidas Podemos. En esa cesión se halla la fórmula del «saber perder», que esgrimen algunos referentes del sector de Díaz. Aunque avisan de que la hoja de ruta general no se ha modificado, y que todas las negociaciones para las próximas listas se celebrarán a partir de junio. Para ganar la guerra hay que saber perder alguna batalla.

¿Significa esto que Díaz está cediendo ante Podemos? En el partido morado cree sustancialmente que sí. Sostienen que Díaz aceptará a Irene Montero como número dos por Madrid. Ese fue el elemento de la discordia desde al menos el pasado mes de noviembre, como desveló THE OBJECTIVE. Aunque también hay quien avisa de que Podemos no se limitará a esa exigencia. Para estas fuentes, asumir a Montero como ticket electoral en las próximas generales será solo el comienzo de otro choque. «Empezará otra batalla para devolver a Errejón al ostracismo, y luego otra y otra», vaticinan. La gran pregunta es si Díaz se da cuenta de ello o no.

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