La lucha por el puesto de Irene Montero en las listas desata el ataque de Iglesias a Díaz

El ataque de Pablo Iglesias a Yolanda Díaz y a los estrategas de Sumar del pasado domingo esconde un pulso subterráneo por el futuro de Irene Montero y su grupo de asesores. En Podemos desafían a la ministra de Trabajo para que se vea obligada a incluir a la ministra de Igualdad como ‘número dos’ en las listas de las próximas generales, según explican fuentes de la formación. En juego están también los «liberados» de Montero, es decir, el grupo de asesores y altos cargos que conforman el equipo de la ministra.

Durante la Universidad de Otoño de Podemos, el exvicepresidente y presentador del programa La Base cargó con fuerza contra Díaz. Sostuvo que era «estúpido» aspirar a liderar el espacio político de Unidas Podemos confiando en un fracaso electoral en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Iglesias evitó mencionar directamente a la vicepresidenta segunda, aunque nadie se confunde: el dardo iba hacía ella y tenía el objetivo de ayudar a Montero. El beso que los dos se dieron en el escenario selló la alianza.

Podemos lleva tiempo preocupado por lo que pueda ocurrir con Sumar. Desde que el sector de Iglesias y el de Díaz empezaron un enfrentamiento «en frío» hace un año, las posiciones han ido alejándose hasta llegar a un verdadero choque con reproches públicos. La ruptura «sentimental» es mutua, afirman desde ambos sectores, y lo cierto es que después del pasado domingo será difícil reanudar las relaciones.

Número dos en Madrid

El partido ‘morado’ quiere que Díaz asuma un pacto «entre partidos» que «respete» el legado de Podemos. Tanto Iglesias como Montero y Juan Carlos Monedero han sido muy explícitos en ese punto. Quieren que Díaz adopte un modelo de confluencia parecido al del Frente Amplio chileno de Gabriel Boric. Es decir, un acuerdo entre formaciones políticas para dividirse los puestos en las listas electorales para las elecciones de 2023. No sumar a los partidos en el nuevo proyecto sería algo «reaccionario«, dijo Iglesias.

Podemos quiere que Díaz sea cabeza de lista de esta nueva confluencia en Galicia. A cambio, los ‘morados’ le entregarían el liderazgo nacional de la confluencia. Esto liberaría un hueco prestigioso en Madrid, al que aspira Irene Montero porque aseguraría un puesto de salida. Fuentes de Podemos, no obstante, asumen que es un encaje muy difícil de realizar (algunos hablan incluso de un encaje «imposible»), puesto que, como desveló este diario, Díaz ya estudia presentarse por Madrid. Los malos sondeos en Galicia afianzan este tipo de planteamiento.

Si Montero no ocupa el primer puesto en la lista electoral por Madrid, entonces Podemos quiere que la ministra de Igualdad vaya «de número dos». Se trataría de una cuestión simbólica frente a un pacto con los errejonistas. Para Podemos sería una humillación que, por ejemplo, Errejón acompañara a Díaz en la lista electoral de las generales y que Irene Montero ocupara la tercera posición de la papeleta.

«Poner en valor a Irene Montero»

Palabras como «respeto» se repiten una y otra vez en la formación ‘morada’. Monedero es quien apela con más ahínco a ese tipo de reconocimiento de la actividad de Podemos en estos años. Los coportavoces como Javier Sánchez Serna lo han repetido el lunes: «Cuando decimos que hay que respetar a Podemos, pues no decimos nada alocado. No sé qué sorprende tanto decir que esta fuerza política que ha hecho un trabajo muy importante para la izquierda en 40 años. No sé si hay alguien que pensaba que no hay que respetarlo, pero sí decimos que hay que respetarlo y en la configuración de cualquier espacio progresista Podemos debe ser fuerza decisiva».

«Todo va sobre poner en valor a Irene Montero», sostienen en el partido ‘morado’. Los movimientos de la cúpula de la formación, las palabras de Iglesias e incluso el rediseño del logo (acompañado por la frase: «La fuerza que transforma», con un claro guiño al pulso con las feministas socialistas sobre la cuestión queer) sirven para reivindicar el papel y el liderazgo de Montero. Todo órbita a su alrededor.

Este diario desveló que Irene Montero había exigido tener más protagonismo tras entender que en algunas negociaciones con el sector de Díaz los afines a la gallega había ignorado las exigencias ‘moradas’. La visibilidad de Podemos va menguando por culpa de los movimientos de Díaz, creen en el partido, y ahora Iglesias ha querido dejar claro que si hace falta está dispuesto a volver a la primera línea para que se oiga su voz. Yolanda Díaz está avisada, transmiten desde las entrañas de la formación.

Con Montero, Podemos quiere negociar el futuro de todos los altos cargos, asesores y afines a la ministra. La idea de que Montero tiene que «colocar» a unos cuantos dirigentes forma parte de lo que Podemos busca negociar con Díaz. Entre estas figuras se hallan personas como Isa Serra, la secretaria general Ione Belarra, la secretaria de Estado Ángela Rodríguez (PAM) y decenas de colaboradores menos conocidos que esperan seguir en la política.

«Tenemos que apostar por confluir con Sumar, pero Podemos debe ser respetada”, es el mensaje que Iglesias ha enviado a la ministra de Trabajo. De no ser así, los ‘morados’ están dispuesto a apretar el botón de la desconexión, convencidos que, en última instancia, el PSOE también intervendrá para frenar las ambiciones de la ministra de Trabajo. Los socialistas no quieren que se atomice el espacio político a su izquierda. Máxime porque según Podemos el mal resultado de Andalucía revela que hace falta replantear todas las alianzas. «Fue un aviso a navegantes en plena regla», comentan tanto en Podemos como entre los afines a Díaz.