Hablan los hombres que cambiarán de sexo con la 'ley trans': «Busco recuperar a mi hijo»
Hay varones que quieren ‘transicionar’ con la norma de Irene Montero para evitar denuncias por violencia de género o recuperar la custodia de sus descendientes
«De los creadores de ‘Las personas van a ir al registro a cambiarse de sexo todas las mañanas’ llega… ‘¡Los violadores a la calle!’», ironizó la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodriguez Pam, a comienzos de enero. La segunda parte de la broma ya se ha cumplido, por cuanto la ley del solo sí es sí ha supuesto la excarcelación de alrededor de 50 depredadores sexuales. Y la primera se convertirá en realidad tan pronto como la ley trans, también impulsada por el Ministerio Irene Montero, se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Así lo ha podido constatar THE OBJECTIVE, que se ha puesto en contacto con varios hombres que, por diversas circunstancias, van a cambiar su sexo registral para, en lo sucesivo, ser mujeres. Lo harán gracias a que la norma estatal hará más fácil que nunca esta transición. Otros países, así como algunas regiones españolas, obligan a someterse a tratamientos farmacológicos y operaciones, pero ahora basta con «la libre declaración de la persona sentida» y la compleción de un formulario.
Una vez rellenado, el solicitante es citado para ratificar la solicitud y es informado de sus nuevos derechos. Transcurridos tres meses, es requerido para ratificar la petición y, de ser así, en el plazo de un mes -cuatro en total- el varón pasa a ser mujer a todos los efectos, sin necesidad de cambiar sus nombre ni aportar informes médicos y/o psicológicos (en aras de la «despatologización» de la disforia de género).
«Quiero recuperar a mi hijo»
Estas facilidades suponen que haya mucho varones dispuestos a transicionar. Acaso porque en España hay 475 diferencias legales entre hombres y mujeres que se borrarán con la entrada en vigor de «autodeterminación de género». Es el caso de Marcos, un policía nacional denunciado por violencia de género sin parte de lesiones. «Mi expareja y su novio actual me han denunciado alegando que les he amenazado de muerte. Me han quitado la custodia de mi hija, de mi casa, y ellos siguen con las denuncias. No puedo más. Ahora soy género fluido y me voy a cambiar a mujer».
Francisco Javier Avellaneda, exmarido de Laura Molinilla, condenada el pasado 27 de noviembre a cuatro años de prisión por sustracción de menores, también pasará a ser mujer con la esperanza de recuperar a su hijo. En conversación con este medio, Paca -ya se hace llamar así- asegura que empezó a autopercibirse mujer en 2018. «Me separé en 2012 y mi exmujer secuestró a mi hijo en 2015. Viendo que las mujeres teníamos una supremacía y una serie de ventajas y prebendas sobre el hombre, comencé a autopercibirme mujer. Somos intocables. Mi exmujer retuvo siete años ilegalmente a mi hijo, y ahora lo tiene su pareja. Me sentí mujer cuando viví esa impunidad. Ahora que soy Paca espero poder recuperarlo».
Avellaneda dice ya ser mujer gracias a la ley trans de la Comunidad de Madrid, que avala la «autodeterminación de género», pero ha de esperar a la publicación de la ley trans nacional en el BOE para cambiar su condición en el Registro Civil.
«Es más fácil de lo que piensan»
Un caso similar a los dos anteriores es el de David (o Cecilia, en lo sucesivo), un cartero que ha sido víctima de varias denuncias falsas por violencia de género. «Tras nueve años peleando por la custodia de mi hijo, 29 juicios ganados, y reiterados incumplimientos de mi expareja, he descubierto que soy mujer». Más allá de evitar denuncias en lo sucesivo, a David también le mueve el altruismo. Por eso anuncia que va a crear «una asociación de mujeres con pene» en Rivas-Vaciamadrid «para solicitar subvenciones y ayudar a mujeres en situación similar».
Los hay también que quieren cambiar su sexo registral para desvelar el fallo del sistema. Es el caso de los youtubers Roma Gallardo e Inocente Duke. Este último, que ya es oficialmente mujer gracias a la ley trans madrileña, prepara un documental para mostrar el proceso, y adelanta que, aunque era «muy escéptico» de que el proceso fuera tan asequible, «es aún más fácil de lo que la gente se piensa».
Javier Rodríguez (la persona detrás de Inocente Duke) considera: «Si todos fuéramos iguales ante la ley no habría tantos hombres que se quieren cambiar de sexo. ¿Si no, por qué lo harían? Con lo fácil que resulta es normal que esto ocurra. Conozco a quienes van a hacerlo para obtener más facilidades para acceder al cuerpo (policial o del Ejército) o para hacer una carrera con una nota de corte más accesible».
Este medio también ha podido constatar que hay profesores universitarios dispuestos a hacerlo. Y no solo por motivos pedagógicos y/o de investigación. Un titular de la Universidad Autónoma de Madrid ofrece otra razón de peso: «Hay muchas becas y proyectos que piden cuotas, así que yo lo tengo claro».
Son tan solo algunos ejemplos. Además, quienes duden públicamente de la feminidad de estas mujeres -autopercibidas- podrán ser multados por «transfobia», y deberán pagar sanciones de entre 200 y 2.000 euros, cuando la ley trans se publique en el BOE. En ese momento, celebra el abogado José Luis Sariego, «todes seremos iguales».