El 'sí es sí' fractura 'Frankenstein': el PNV apoya la reforma mientras ERC y Bildu se oponen
Duelo en la coalición y dos negociaciones paralelas. PSOE y Podemos miden sus fuerzas con los socios de la investidura.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López. | Europa Press
La negociación existe, no «está muerta» como avanzaban hace días fuentes gubernamentales, pero tampoco está precisamente en el espacio deseado. A escasas horas de la votación en el Congreso, ambas partes de la coalición se enfrascan en dos negociaciones simultáneas, redoblando esfuerzos para atraer hacia su espacio a los socios habituales de la llamada ‘alianza Frankenstein’. Tras semanas de falta de concreción y llamamientos infructuosos al acuerdo, PSOE y Podemos obligan a sus aliados a elegir bando. Como si de un juego de tira y afloja se tratara, los dos socios de la coalición se sitúan a ambos extremos de la cuerda, poniendo a prueba la fuerza de su rival. Según fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE, la negociación en estos momentos está en tablas entre los aliados del Ejecutivo, aunque esta lucha simbólica de fuerzas parlamentarias sea irrelevante para un panel de votaciones que ofrecerá este martes la luz verde de los más de 285 votos de PSOE, PP y Vox.
De un lado, los socialistas han logrado atraer a su órbita al PNV, PdeCat y CC. Los primeros en subirse al carro fueron los nacionalistas vascos hace ya un par de semanas. El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, comunicó a los negociadores socialistas, Félix Bolaños y María Jesús Montero, su voto afirmativo a la toma en consideración de la proposición de ley para reformar la Ley de Libertad Sexual, pero con la intención de introducir alguna enmienda después y decidir a posteriori el voto final «en función de como quede el texto final», según informan fuentes peneuvistas a este periódico.
También se sumará al PSOE la mitad de los diputados de la antigua Convergencia, los cuatro parlamentarios del PdeCat, y una parte del Grupo Mixto. Según fuentes gubernamentales, está confirmado el voto a favor de Coalición Canaria, tras haberse cerrado las conversaciones con su portavoz, Ana Oramas, y aún se espera que se sume algún representante más del Grupo Mixto. Un codiciado voto es el de Más País, la formación de Íñigo Errejón
ERC y Bildu, para Podemos
En el bando contrario, la facción morada ha logrado dos piezas de caza mayor para la coalición: ERC y EH Bildu. Tras varias semanas negociando y sin que los tradicionales aliados del Ejecutivo desvelaran sus cartas, las fuentes parlamentarias de Podemos consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que ambas formaciones «han confirmado su apoyo» a Podemos, desde la convicción de que la aprobación del primer trámite de la futura norma con el apoyo PP y Vox «le pasará factura a los socialistas».
En el núcleo duro del presidente opinan lo contrario. Fuentes gubernamentales y socialistas califican el enroque de Podemos y su anunciado voto en contra a la toma en consideración de Ley como una jugada «de alto riesgo», teniendo en cuenta la fuerza simbólica que ejercerá la conmemoración del 8-M, Día de la Mujer, en la responsabilidad de los socios del Gobierno en contener las revisiones a la baja de condena a agresores sexuales. Precisamente por ello, este lunes, desde la calle Ferraz, las dos representantes de la Ejecutiva, Pilar Alegría y Andrea Fernández, pidieron a Podemos que «recapacite» y desplegaron el argumentario preventivo socialista: «Lo importante es que la ley salga adelante, no con quién».
De la misma forma, el PSOE cree que «es complicado distanciarse» de quien está intentando «arreglar el problema» de la ley. Según esta versión, a los socios «les interesa alinearse con el PSOE, y no con el cálculo electoral de Podemos», cuyos números verbalizan fuentes de la dirección morada a este diario. Durante las horas previas a la votación, se ha elevado el tono de los socios en sus respectivas intervenciones. Desde Podemos, la portavoz Alejandra Jacinto ha llegado incluso a acusar al PSOE de «traición al feminismo».
No al ‘sí es sí’
El de este martes 7 de marzo, en vísperas del 8-M, se espera que sea uno de los debates más broncos en el Congreso entre los dos socios de la coalición, que escenificará además la ruptura de su unidad de voto parlamentario. Según el acuerdo programático del gobierno progresista, ambos socios se comprometían a apoyar y consensuar las iniciativas parlamentarias que llegarán al Congreso. Aunque esta es la segunda vez que esto no ocurre, sí es la primera en que Podemos da el salto cualitativo de pasar de la abstención al voto en contra. En mayo del 2022, los morados se abstuvieron en el debate de la Ley Audiovisual generando un gran malestar interno en el Gobierno.
En esta ocasión, se trata de un ‘no’ a una de las leyes más simbólicas de la legislatura, el solo sí es sí. Algo que tendrá consecuencias. Aunque ambas partes niegan la posibilidad de una ruptura, PSOE y Podemos inician un camino de liberación y claridad a la hora de responsabilizar a su socio. Donde antes había silencio, ahora hay señalamiento. A las puertas de la campaña electoral, el Congreso será testigo de hasta qué punto llega la fractura en el seno de la coalición y entre sus aliados.
