Podemos, ERC y Bildu recelan del PSOE en la 'ley mordaza': «Quieren enterrarla y retratarnos»
Moncloa reprocha a sus socios «querer sacar más» y descartan ceder con las pelotas de goma, devoluciones en caliente y autoridad policial
«Es un señuelo». Así definen fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE la reactivación de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada ley mordaza, para el próximo martes. Se trata de una reunión en la que se elevará a votación el dictamen de la ponencia y a la que asisten los socios del Ejecutivo sin acuerdo alguno ni avance en las posiciones, motivo por el cual los socios del Ejecutivo consultados por este periódico aseguran que el PSOE no busca un acuerdo, sino «presionarnos para enterrar la reforma y retratarnos como los culpables».
Así se pronuncian desde Podemos, ERC y Bildu, formaciones que descartan que se vayan a prestar a una rebaja en sus posiciones respecto a los aspectos nucleares de la ley: el uso de las pelotas de gomal la autoridad policial o las devoluciones en caliente, tres aspectos sobre los que se han enquistado las negociaciones a lo largo de toda la legislatura. «Si la ley iba a morir, que la maten y se retraten. Lo peor es muerte por inanición», explican a este diario fuentes parlamentarias recelosas de las maniobras del PSOE al reactivar los trabajos en comisión.
Moncloa admite que las posibilidades son escasas
Las sospechas se extienden al arco parlamentario de la derecha: «Normalmente, el PSOE no reactiva la ponencia si no tiene un acuerdo, pero esta vez es distinto. Todos niegan el pacto» que abona la idea de un movimiento de presión electoral y no una posibilidad para alumbrar un acuerdo. Hasta el propio Gobierno admite la jugada para retratar a los responsables del bloqueo. Fuentes de Moncloa confiesan a THE OBJECTIVE que ven escasas opciones de acuerdo y añaden que «la ley mordaza se puede derogar el martes si hay votos suficientes de los socios».
Pero son los grupos aliados del Ejecutivo quienes deben mover ficha porque «el Gobierno ha retirado todos los aspectos lesivos de la Ley de Rajoy» sobre las libertades y derechos de manifestación. «Pero ellos quieren sacar más», reprochan, «las pelotas de goma, la autoridad policial y las devoluciones en caliente han estado ahí mucho antes de la ley mordaza. Que no nos echen la culpa porque nosotros cumplimos nuestro compromiso».
«Si la ley cae, que expliquen por qué»
En Moncloa creen que «si la ley cae, es responsabilidad de los que voten en contra» de la iniciativa que se elevará a pleno el martes en la comisión de Interior. Se trata de una iniciativa presentada por el PNV en septiembre de 2020 a la que el PSOE votará a favor. Pero aún necesita alguno de los socios habituales para recibir la mayoría simple en comisión y poder ser elevada al pleno para su aprobación y remisión al Senado. Unos pasos improbables a juzgar por el pesimismo de los grupos parlamentarios, que se habían fijado el mes de febrero como fecha tope para la luz verde en comisión y que son conscientes de estar ya en tiempo de descuento.
Si nada cambia, el próximo martes la comisión de Interior certificará la defunción de una iniciativa que pretendía encauzar una promesa electoral de las dos facciones partidistas del Gobierno de coalición, PSOE y Podemos. Ambos son conscientes del coste electoral que podría tener en sus respectivos electorales no haber logrado ponerse de acuerdo en una de las banderas ideológicas de la legislatura. «Fuimos a la última campaña electoral con la promesa de acabar con la mordaza. A ver cómo concurrimos a las próximas elecciones de mayo sin haberlo hecho. Nos van freír», admite un miembro de la dirección morada.
En Moncloa son más optimistas, confiando en que tenga efectos el panel de votaciones que se hará publico el próximo martes. «Nosotros votaremos a favor, Podemos, ERC y Bildu, en contra. Ellos tendrán que explicar por qué». Y confían en que las explicaciones caigan en el saco roto del votante que no atienda a razones o palabras huecas frente a los hechos.
Después de tres años de tramitación parlamentaria, uno de ellos durmiendo el sueño de los justos a base de dilaciones y ampliaciones del plazo de enmiendas, dos años de negociaciones y más de 30 reuniones de la ponencia, el Gobierno y sus aliados de la llamada coalición Frankenstein tendrán el martes una nueva ocasión –a sumar al desencuentro por el solo sí es sí-, para seguir distanciándose y culpándose mutuamente mientras se avecina la campaña electoral.