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Política

Iglesias aprovecha la entrevista de Évole para presentarse como víctima frente a Díaz

Los morados sostienen que Iglesias ha logrado imponer su marco, el de la «unidad», en el debate sobre el futuro de Podemos y Sumar

Iglesias aprovecha la entrevista de Évole para presentarse como víctima frente a Díaz

El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, en la Fiesta de la Primavera del partido en Zaragoza. | Marcos Cebrián (Europa Press)

La entrevista de Jordi Évole a Yolanda Díaz que se emitió el pasado domingo sirve a Podemos para volver a esgrimir su discurso victimista. El primer giro en el discurso de Podemos se registró el sábado, en la fiesta de primavera del partido. El ex secretario general Pablo Iglesias rebajó el tono de su ataque a Sumar. Pidió a su partido defender la unidad en la izquierda y hacer caso omiso a los «insultos» y «ninguneos», que, según él, está recibiendo la cúpula morada. En Sumar no se creen esta apelación a la unidad, mientras que en Podemos sostienen que Iglesias está fijando el «marco» del debate. Una pequeña victoria en una situación de objetiva dificultad para los morados.

Después de la presentación de la candidatura de Yolanda Díaz, el pasado 2 de abril, en Sumar se percibía entusiasmo y euforia. El día siguiente, Díaz concedió una entrevista en El País en la que manifestó su disposición a ir a las próximas elecciones generales incluso sin Podemos. La ausencia de los dirigentes morados y los vetos de la dirección a miembros de Podemos sirvió a Díaz para defender la tesis de que son Iglesias e Irene Montero los que torpedean el pacto en la izquierda. En Podemos hubo sorpresa. Mientras, en Sumar y entre los demás aliados de Díaz sostenían que estaban ganando la batalla del relato: «Para los ciudadanos ha roto él, no ella. Pablo no ha sido inteligente», afirmaban. Y añadían: «Pablo ha intentado echar la culpa a una ministra que lo ha hecho bien. Y el público lo ha comprado».

En esos días Podemos difundió un vídeo para reivindicar su legado y aportación futura que, por otro lado, irritó a muchos cuadros de Izquierda Unida. «Es un vídeo triste», comentaban desde este frente, a la vez que uno de los pocos dirigentes que todavía ejerce de puente entre ambos sectores, el exedil de Madrid Carlos Sánchez Mato, se atrevía a cuestionar ese vídeo directamente en el Canal Red de Iglesias.

La ministra de Trabajo y lideresa de Sumar, Yolanda Díaz
La ministra de Trabajo y lideresa de Sumar, Yolanda Díaz. | Europa Press

Dudas sobre la entrevista

En la fiesta de Podemos del pasado fin de semana, Iglesias rebajó la intensidad de su ataque. Dijo que hay militantes que se sienten «ofendidos» y «dolidos», o que exigen «respeto» para la formación morada, pero emplazó a «defender la identidad» del partido, que sigue con la mano tendida aunque no siempre sea «sencillo y fácil». Fue el primer acto de un giro táctico del discurso de Iglesias que se repitió con más contundencia y claridad después de la entrevista de Díaz a Évole.

El pasado lunes Iglesias intentó hacerse pasar como víctima de la «ensalada de hostias» de Díaz. Primero lo argumentó en su tribuna del digital CTXT, y después lo remarcó en la tertulia matinal de la radio catalana Rac1. Díaz dijo en la entrevista que se enfadó «muchísimo» cuando Iglesias la nombró sucesora en la vicepresidencia, y que se había convertido en un político «cascarrabias». «No sé en qué ayuda la ensalada de hostias de ayer a que nos vaya bien en las elecciones municipales y autonómicas», contestó Iglesias.

Las palabras de Iglesias esconden varias derivadas, según reflexionan miembros de Podemos consultados por este diario. La primera atañe a una maniobra para intentar culpar a Yolanda Díaz de un mal resultado en los comicios del próximo 28 de mayo. Y la segunda, de ofrecerse como «poli bueno» en el enfrentamiento con la política gallega. «No creo que ella esté contenta hoy. A todos nos ha pasado lo de hacer una entrevista mala, y eso se vive con mucha amargura después», dijo Iglesias sobre la entrevista de Díaz del domingo.

Así lo confirman otras fuentes de Podemos, que detectan cómo ambos bloques buscan proponerse ante el electorado como «víctima». Creen que la entrevista de Díaz fue un error porque permite a Podemos intentar volver a levantar la cabeza de cara a las elecciones de mayo. Sobre todo, en Madrid. Aunque sobre este punto las fuentes de Más Madrid se dividen entre los que comparten esta lectura y los que, en cambio, vaticinan sin temblar que el partido morado está condenado a quedarse fuera del pleno de Madrid y la asamblea regional. «Si no entran en Madrid, no entrarán en el Estado», zanjan.

Marco favorable a Podemos

Otra clave que destacan en el partido morado atañe a lo que llaman la definición del marco discursivo. Y en esto las fuentes consultadas (a favor de la dirección y también los críticos) coinciden en que Iglesias se está imponiendo porque el debate entre ‘unidad sí’ o ‘unidad no’ le favorece. Razones no le faltan si otros afines a Díaz y hasta exdirigentes de Podemos comentan pública y privadamente que Díaz está cometiendo el error de caer en esa red retórica. Según estas fuentes, Díaz debería sortear las preguntas sobre la unidad, dar ya por roto el acuerdo con Podemos y centrarse en la fase propositiva de su proyecto.

Si Díaz insiste en reconocer a Podemos como actor relevante, y no relega a Iglesias en la historia de la democracia, quedará atrapada en un «marco» favorable a los morados, sostienen. Y el tiempo corre a favor de Podemos, afirman. La presentación de Sumar del pasado 2 de abril fue una cesión a Podemos. Los morados habían exigido a Díaz anunciar su candidatura antes del 28-M, tal y como desveló THE OBJECTIVE. Y algunos en el frente de Sumar creen que la ministra de Trabajo se ha adelantado demasiado, y que debería haber esperado más tiempo para anunciar su candidatura.

Fuentes ministeriales socialistas hacen la misma reflexión, y también lo ha hecho el exestratega de la Moncloa Iván Redondo en su intervención del lunes en Antena 3. Según esa tesis, Díaz se adelantó por las presiones de Podemos, pero esa cesión en lugar de satisfacer a los morados, les dio argumentos para presentar otra exigencia: las «primarias abiertas». Esa maniobra ha enojado a la ministra y ha reafirmado a los que juran que Iglesias y Podemos no quieren llegar a ningún entendimiento. Solo lo harían si eso implica controlar desde fuera a Sumar, algo que Díaz se niega a aceptar en la actual etapa política.

Según Díaz, la petición de primarias abiertas es instrumental, y acusa a Podemos de no querer el acuerdo. «¿Sabes cuándo se llega a acuerdos? Cuando se quiere llegar a acuerdos», dijo a Évole el domingo. «Sé muy bien lo que quieren los partidos políticos. Las formaciones hablan de cuánto dinero y cuántas listas y liberados, y poquito de programa», añadió. Díaz mostró seguridad y habló más claro que nunca, pero esa misma contundencia es lo que ahora quiere aprovechar la cúpula de Podemos para remontar en la batalla del relato, dibujándose como víctimas. Y siempre manteniendo el «marco» de la unidad, el más favorable en un espacio que por definición tiene a los morados como eje de la balanza.

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