La ley de vivienda culmina la legislatura y deja a Sánchez «tres meses más de autobombo»
La oposición atisba el ‘desierto parlamentario’ tras el 28-M: disolución el 9 o el 16 de octubre y «sólo tres meses hábiles».
La ley de vivienda enfila el fin de su tramitación parlamentaria y, con ella, el cierre de la agenda legislativa del Gobierno. Un proyecto de ley que, según fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE, recibirá la luz verde del Senado la tercera semana de mayo, previsiblemente el martes 16, coincidiendo con el inicio de la campaña electoral para las municipales y autonómicas del 28-M. Un «hito de la legislatura y de la democracia», en palabras de Pedro Sánchez, que corona el plan normativo previsto para este mandato y que, en el debe, tiene en la ley mordaza el principal fracaso de negociación con sus socios de Podemos.
En Moncloa consideran que esto permite cumplir con las previsiones gubernamentales en el plano legislativo, habiendo despejado las leyes más políticas y espinosas para antes de las elecciones, y de ese modo, poder enfilar sin lastres lo que resta de legislatura en clave económica. Se trata de un periodo que la oposición denomina el ‘desierto parlamentario’ porque, a partir de ahora, el Gobierno comenzará a desaparecer paulatinamente del Parlamento, excusando su asistencia por la campaña electoral y la agenda internacional del presidente.
Como botón de muestra, aportan un dato: en un año desde que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, accedió a la presidencia del partido, se han celebrado solo cuatro duelos parlamentarios entre Sánchez y Feijóo en las sesiones de control del Senado por las constantes suspensiones del presidente del Gobierno, la última para ejecutar la remodelación de su Ejecutivo. Desde el principio de su mandato, el compromiso del presidente fue asistir una vez al mes a las sesiones de control de la cámara alta. En lo que resta de legislatura, «sólo quedan tres» cara a cara Sánchez/Feijóo, según auguran fuentes parlamentarias.
«Sólo tres meses hábiles»
Según las cuentas de los grupos parlamentarios, aunque quedan nueve meses de legislatura, «sólo quedan tres meses hábiles: mayo, junio y septiembre». ¿Por qué? Porque el 30 de junio finaliza el actual periodo de sesiones, que no se retomará hasta septiembre; julio y agosto forman parte del periodo extraordinario, durante el cual no se celebran sesiones de control ni sesiones plenarias, salvo por mandato del máximo órgano parlamentario en periodo extraordinario, la Diputación Permanente; y en julio comenzará la presidencia rotatoria española de la Unión Europea, a la que Pedro Sánchez prevé entregarse en cuerpo y alma, como plataforma de lanzamiento de su candidatura a las elecciones generales.
Una convocatoria electoral cuya fecha no está decidida formalmente, aunque las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE apuntan a los días 3 o 10 de diciembre, sin descartar la posibilidad «menos probable pero en estudio» de que las elecciones pudieran celebrarse por primera vez entre semana y no en domingo. Sea como fuere, los cálculos de la oposición pasan por la disolución de las Cortes los días 9 o 16 de octubre, según establecen los 54 días previos que fija la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg).
El «abuso» y el «autobombo» de Sánchez
En total, «sólo tres meses más de autobombo», cuantifican fuentes parlamentarias de la oposición, donde el hastío por el triunfalismo del Gobierno y su «abuso de las formas parlamentarias» para silenciar a la oposición es generalizado y notable, no sólo en el arco parlamentario de la derecha. Las quejas de los grupos parlamentarios han sido una constante en toda la legislatura: tramitación exprés de proposiciones de ley que camuflaban en el PSOE la iniciativa legislativa del Gobierno, y prórrogas sine die de los plazos de enmiendas en normas que Moncloa quería dejar morir. Pero, sobre todo, el abuso del uso de decretos ley y sus tramitaciones como proyectos de ley durmiendo el sueño de los justos.
Ello, sumado a debates eternos en los que Sánchez toma al pie de la letra la expresión del Reglamento parlamentario para las intervenciones del Gobierno «sin límite de tiempo», ha hecho desear a la oposición parlamentaria la llegada de ese ‘desierto parlamentario’. «Nos va a venir bárbaro», explican a THE OBJECTIVE fuentes populares, porque «los debates parlamentarios siempre los gana el Gobierno porque cierra todas las intervenciones. No se combate de igual a igual. Ahora Feijóo y Sánchez estarán en igualdad de condiciones» durante la campaña electoral.
Sin embargo, el as bajo la manga del presidente será la presidencia europea. Moncloa tiene previsto un tsunami de reuniones del jefe del Ejecutivo español con todos los mandatarios europeos e internacionales, con la que será difícil competir en el plano informativo. Comenzarán en julio y terminarán el 31 de diciembre. No se va a escatimar ni una oportunidad de utilizar la atalaya europea para mostrar músculo internacional, principal fortaleza del presidente del Gobierno, y pretexto perfecto para «desaparecer del Congreso y el Senado», con la excusa de la agenda internacional. Con permiso de las campañas, «la legislatura, de facto, ya ha terminado».