Feijóo y Abascal llevan ocho meses sin hablarse tras su única reunión secreta en un hotel
Los líderes de PP y Vox llegan al 28-M sin ninguna conversación telefónica ni una reunión a solas desde la celebrada el 22 de septiembre
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal conversan durante el último desfile del 12 de octubre. | Rodrigo Jiménez (EFE)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el de Vox, Santiago Abascal, no han tenido ninguna conversación telefónica ni una reunión a solas desde el 22 de septiembre del pasado año, fecha en la que ambos mantuvieron un encuentro secreto en un hotel de Madrid, según coinciden fuentes de las direcciones nacionales de ambos partidos a THE OBJECTIVE.
Feijóo y Abascal se citaron hace casi ocho meses en el edificio Eurostars, ubicado en la zona de las cuatro torres del distrito financiero de la capital, dentro de una ronda del presidente del PP con dirigentes de otras formaciones políticas. Aquel encuentro de dos horas se ocultó inicialmente a la opinión pública y cuando se supo unos días después, fue calificado de «formal» por ambas partes.
Los dirigentes de PP y Vox conversaron acerca de la situación política de España, compartiendo «el diagnóstico sobre el contexto político nacional» pero difiriendo «en la manera de afrontarlo», según precisaron fuentes de Génova. Tras ello, Feijóo y Abascal hablaron brevemente durante el desfile militar del 12 de octubre en las calles de Madrid. Fue la última vez que se les ha visto juntos en público.
Desde entonces, se han cortado las comunicaciones al más alto nivel e impera el silencio. En enero hubo un momento de gran tensión por el plan de natalidad que ambos partidos habían aprobado en Castilla y León y que provocó una virulenta reacción del Ejecutivo central y las formaciones de izquierda. Aquel encontronazo llevó a que se especulase con el adelanto electoral en esta comunidad autónoma, pero Alfonso Fernández Mañueco limó asperezas con Vox y a principios de abril descartó apretar el botón de la convocatoria para que cayese el 28-M con el resto de autonómicas y municipales.
En Vox no dudan ahora en hablar de «ruptura» entre los máximos dirigentes de ambos partidos, pero culpan de esta situación a la estrategia «unidireccional» del PP de evitar hablar de pactos hasta después de las elecciones municipales y autonómicas. «Ahora no hablan de nosotros; en enero, febrero y marzo nos insultaban…», rememoran en la sede de Bambú.
Si bien la formación de Abascal está dispuesta al entendimiento poselectoral, en aras de su objetivo de «evitar que gobiernen los socialistas, comunistas y separatistas», también lanza una advertencia a Génova: «No vamos a regalar nada; nuestros votantes quieren que cambiemos las políticas» de la izquierda. En la sede nacional del PP, por su parte, evitan entrar al choque: «Nuestra relación con todos los partidos es correcta», indican a este diario.
Desde que Feijóo fue designado al frente de los populares en el congreso de Sevilla de hace más de un año, el expresidente gallego deslizó una posible reunión con Abascal, aunque tardó en llegar. Ambos rehuyeron el primer encuentro después de los guiños del primero al nacionalismo vasco y los reproches del líder de Vox hacia su rival en la derecha por su política de pactos con el PSOE. En este sentido, Abascal avisó al líder de los populares en su reunión del Eurostars que su formación nunca apoyará un Gobierno que también cuente con el aval del PNV y le recordó que esta premisa política está incluso contemplada en los estatutos del partido verde.
Vox venía de una relación con el PP de Pablo Casado que había sido muy mala, sobre todo por el voto en contra en la primera moción de censura de Abascal contra Sánchez. Feijóo pasó a la abstención en la segunda moción que tuvo a Ramón Tamames de candidato, pero ese gesto no ha servido aún para escenificar la distensión.
