Igualdad gastó 31.000 euros en un acto para pedir que la memoria democrática sea feminista
El Instituto de las Mujeres alquiló el Círculo de Bellas Artes de Madrid para reivindicar que «este país tiene una deuda pendiente con las mujeres»
El acto tuvo lugar el pasado 24 de marzo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, bajo el título Feminismo y memoria democrática. Sin memoria no hay futuro. La ministra de Igualdad, Irene Montero, se congregó junto a otras activistas feministas para reivindicar que «este país tiene una deuda pendiente con las mujeres». El evento, según ha podido saber THE OBJECTIVE a través del Portal de Transparencia, costó un total de 30.917,86 euros procedentes del erario público.
El desglose de la ceremonia, facilitado por el Instituto de las Mujeres a este medio, es el siguiente: 12.695,63 euros en el alquiler de la sala, el servicio de guardarropía, y el servicio de piano (alquiler y afinación); 10.347,32 euros en la contratación de técnica complementaria (iluminación, sonido y vídeo); 4.840 euros en regiduría y coordinación del evento; 1.220,10 euros en desplazamientos; 605 euros a la actriz María Teresa León por su lectura dramatizada de textos; 412,37 euros en el alojamiento de ponentes; 250,97 euros en el servicio de interpretación en lengua de signos; y 161,17 euros en gráfica.
Las ponentes que acompañaron a Irene Montero fueron Taty Almeida, miembro de las Madres de la Plaza Mayor de Argentina, Ana Pomares, superviviente de La Desbandá, María José Picó, víctima de la trama de bebés robados, las activistas feministas Justa Montero y Consuelo G. del Cid Guerra, Nati Camacho, histórica dirigente de CCOO y Toni Morillas, de Unidas Podemos.
En plena polémica por la ley del sólo sí es sí, que seguía sin ser reformada pese a que cientos de delincuentes sexuales habían ya sido beneficiados (vía rebaja de penas y/o excarcelación), la ministra de Igualdad se dio un baño de masas reivindicando que España tiene «una deuda pendiente muy grande con la memoria democrática», particularmente con «la memoria democrática de las mujeres».
En las más de dos horas de sororidad compartida, destacó la intervención de la histórica sindicalista Nati Camacho, que se ganó a los presentes cuando afirmó que «toda esta memoria ha sucedido porque el feminismo y el sindicalismo conseguimos entender que el patriarcado era transversal, que el capitalismo era despiadado, que la explotación la llevaban a sus últimas consecuencias».
También se compartieron historias personales como la de Ana Pomares, que relató cómo cuando tenía nueve años sintió miedo en la carretera Málaga-Almería. La Desbandá, aseveró, fue un «crimen de guerra» en el que «se atacó a personas indefensas, mujeres y niños, porque los hombres estaban en la guerra».
Por su parte, Consuelo García del Cid Guerra pronunció otra frase lapidaria: «El país entero se va a enterar de lo que nos han hecho». Aplauso atronador para esta reivindicación de la memoria histórica feminista. Visiblemente emocionada tras escuchar estas proclamas, Irene Montero clausuró el acto advirtiendo de que nuestro «tiene una deuda pendiente muy grande» con la memoria democrática de las mujeres. Y por eso destinó 31.000 euros a un acto pionero en este sentido.