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Sánchez dinamita la presidencia española de la UE: estará en funciones al menos dos meses

El adelanto electoral obligará a solapar la campaña con las primeras reuniones de la agenda europea bajo la presidencia española en julio

Sánchez dinamita la presidencia española de la UE: estará en funciones al menos dos meses

Pedro Sánchez en Bruselas. | Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido adelantar las elecciones para el 23 de julio, ignorando, entre otras cosas, que el 1 de julio arranca formalmente el semestre de presidencia española de la Unión Europea. En el segundo semestre de este año, España ejercerá la presidencia del Consejo Europeo, con decenas y decenas de reuniones a los más altos niveles institucionales, ya organizadas, y a las que, al menos hasta el día de los comicios, acudirán los ministros de un Ejecutivo que podría perder el poder a finales del primer mes de su presidencia. Ello abocaría a otros meses de incertidumbre que pueden afectar al desarrollo de la agenda comunitaria.

La decisión anunciada por Sánchez el lunes ha despertado ya el malestar y hasta la «indignación» entre altos funcionarios del Estado, sobre todo en ministerios como Exteriores e Interior, donde están preparando con ahínco todos los dispositivos de cara a las reuniones del semestre de presidencia española. En el ámbito diplomático también confirman que la decisión del presidente puede conllevar a un sustancial colapso de la agenda comunitaria, y dinamitar por ende la esperanza de llegar a importantes acuerdos en temas migratorios y de energía, en medio del conflicto en Ucrania.

Las fuentes gubernamentales consultadas intentan quitar hierro a la decisión. Enmarcan la maniobra de Sánchez dentro de un plan que sirve a afianzar una presidencia española con un Gobierno fuerte y consolidado, sea el del PSOE o de otro partido. Hasta la mañana del pasado lunes, se daba por descontado que las elecciones generales se celebrarían en diciembre, es decir en el cierre del semestre europeo. Ahora, en cambio, toda la hoja de ruta sufre un cambio radical.

Agendas que se solapan

El problema es que la campaña electoral estará muy condicionada por los viajes del presidente y sus ministros. La campaña arranca oficialmente el día 7 de julio, y Sánchez tiene previsto viajar a Estrasburgo el día 13 de julio para exponer las prioridades del Gobierno. Todo ello después de participar en la cumbre de la OTAN prevista el 11 y 12 de julio en Vilna. Del 17 al 21 de julio, mientras tanto, se espera que los ministros de un gobierno que afronta ese ciclo electoral también viajen a Bruselas para explicar las responsabilidades de sus respectivas carteras.

Sánchez hizo una velada mención al semestre europeo durante su anuncio del pasado lunes, tan solo 12 horas después de conocerse el batacazo del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales del domingo. Se desconoce cuál puede ser la reacción en Bruselas: si el ejecutivo comunitario considera el plan de Sánchez como una falta de respeto a unos trabajos ya preparados y anunciados, o si prevalecerá el punto de vista de un presidente que goza todavía de buena consideración en el círculo de poder comunitario.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

También falta por valorar el impacto en la credibilidad e imagen de España ante semejante decisión. Eso es posiblemente lo que más preocupa en Exteriores. Aun así, en el Gobierno recuerdan que no sería la primera vez que se vota en un país que detiene el control de la agenda europea durante seis meses. Ocurrió, por ejemplo, en Francia. El país galo celebró sus elecciones presidenciales en 2022, durante su presidencia del Consejo europeo.

Macron en 2022

Emmanuel Macron, no obstante, fue elegido en un ciclo electoral que estaba ya previsto. En el caso español, en cambio, es el Ejecutivo el que decide adelantar los comicios saltándose el calendario europeo fijado desde hace meses. «Macron hubiera podido hacer lo mismo; es decir, adelantar las elecciones para evitar que coincidieran con el semestre», deslizan fuentes socialistas.

Aunque existe el precedente francés, lo cierto es que la decisión de Sánchez tiene notable relevancia internacional, entre otras cosas porque antes de los comicios generales también se celebrará la cumbre el 17 y 18 de julio entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la primera desde 2015. Pero en general la decisión de Sánchez trastoca inevitablemente el primer mes de semestre europeo de España, y todo apunta a que puede afectar a los demás meses si, por ejemplo, no se llega a una mayoría sólida después de los comicios de julio.

El Ejecutivo estará en funciones a partir del día de las elecciones y hasta que se elija un nuevo Gobierno, lo cual al menos será durante el segundo y tercer mes del semestre europeo, y todo ello si salen de las urnas unas mayorías claras. Porque queda abierta la hipótesis de una repetición electoral si, tal y como ocurrió ya en 2016 y en 2019, las fuerzas políticas no llegan a una investidura rápida y duradera. De ser así, no se perderían solo los primeros meses del semestre español de presidencia europea, sino todo el plazo a disposición para que España marque la agenda comunitaria de aquí a diciembre. O lo que en términos diplomáticos y de política exterior difícilmente se pueden leer como un éxito de los intereses de España y también de Europa.

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