Los militares retirados que se quejaron al Rey renuncian ahora a hablar de política

Los militares retirados que forman parte de la XXIII promoción de la Academia General Militar (AGM) dejan a un lado los temas de política tras el enorme revuelo que provocó una iniciativa suya en diciembre de 2020, cuando 73 mandos del cuerpo de Infantería enviaron una carta a Felipe VI en la que se cargaba contra la gestión del Gobierno, al que criticaron por ser «socialcomunista» y pactar con «filoetarras e independentistas».

En un email enviado el pasado 10 de junio, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, se recuerda que desde hace casi un año se han agrupado en un grupo de contacto todos aquellos que así lo han deseado «voluntariamente». En total, están 50 de los 114 tenientes que se graduaron «en nuestra querida Academia toledana» en 1968, así como una docena de viudas de fallecidos.

«Ha llegado el momento de hacer un pequeño ‘juicio crítico’. Recordar cuál fue, desde el principio y a día de hoy, su finalidad y cómo debemos comportarnos para que respetemos nuestras diferentes formas de pensar y creer. En este grupo, como tal, no interesa la política, ni lo que pensamos de cada uno de los políticos, ni a quién votaremos en las próximas elecciones», se advierte a los destinatarios.

«Nos parece bien que cada uno piense y opine lo que quiera, faltaría más, pero por favor, no lo hagáis aquí. Hacedlo mejor por mensaje directo al móvil que queráis que llegue. No carguemos la aplicación con informaciones particulares, que no sean de interés al grupo en su conjunto y, por otra parte, intentemos eludir lo que pueda molestar a otros que no piensan como nosotros. Evitemos, con nuestro buen hacer, que se produzcan nuevas bajas. Es complicado, pero creo que todos llegáis a entenderlo», se pide a este grupo de miembros de la XIII promoción de la AGM.

La carta de noviembre de 2020 fue mucho más polémica y tuvo una redacción inicial en la que se sugería que el propio jefe del Estado compartía sus preocupaciones sobre la situación política en España. Este hecho llevó a varios de los 73 firmantes a creer que el monarca o, al menos el palacio de la Zarzuela, eran conocedores de la iniciativa de este grupo de ex altos mandos militares. Por ello, no tuvieron inconveniente en adherirse a ella, según desveló Vozpópuli.

Aquella carta fue redactada en tres páginas. Un total de 73 mandos retirados del Ejército de Tierra -un teniente general, dos generales de división, cuatro generales de brigada y 66 coroneles- expusieron a Felipe VI sus «desvelos» por la situación política que se vive en España, como adelantó El País con el consiguiente enfado de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien arremetió luego contra los autores de la iniciativa.

Estos mandos en situación de retiro hablaron de su «lealtad a la Patria, así como a su Persona [en referencia al jefe del Estado] tal y como juramos ante la Bandera de España en un lejano año 1964» y cargaron contra un Gobierno apoyado por «filoetarras e independentistas» que «amenazan la descomposición de la unidad nacional».

Asimismo, los firmantes manifestaron su preocupación por la situación política –que a su juicio amenazaba los principios de la Constitución– y tildaron al Ejecutivo de coalición de «social-comunista». Además, advirtieron de los «permanentes ataques al Poder Judicial», la «espuria utilización de la Abogacía del Estado», la amenaza de la «libertad de expresión» -mencionaron expresamente a la dirección de RTVE- y cuál sería el objetivo final de algunos de los ministros integrados en el Ejecutivo de Pedro Sánchez -se sugería que los de Podemos-.

«La razón de aquellos», a los que no se citaba, «no es otra que acabar con el ‘arco de bóveda’ que sustenta todo el entramado de la Constitución del 78», en clara referencia al monarca, que a la vez ostenta la máxima jefatura de las Fuerzas Armadas. El último párrafo fue el más controvertido pues la redacción inicial hizo creer a algunos firmantes que la iniciativa era conocida o auspiciada por la Casa Real.

El 15 de noviembre de 2020, cuando circuló por primera vez entre los miembros de la XXIII Promoción de la AGM, se indicaba lo siguiente: «Majestad, expuestas estas nuestras principales preocupaciones que estimamos que en gran parte han de coincidir con las Suyas, al trasladárselas queremos dejar constancia en estos momentos difíciles para la Patria, que siempre estaremos a Su lado y podrá contar con nuestro apoyo y lealtad».

Sin embargo, en la carta que se envió diez días después al jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, ese párrafo quedó más breve y sin la sugerencia de que Felipe VI compartía las preocupaciones de estos militares. «Majestad, expuestas estas nuestras principales preocupaciones, al trasladárselas queremos dejar constancia en estos momentos difíciles para la Patria, que siempre estaremos a Su lado y podrá contar con nuestro apoyo y lealtad», se indicó en la misiva. Este cambio sólo fue comunicado a los firmantes después del envío de la carta a La Zarzuela.

La XXIII Promoción de la AGM comparte desde hace años un grupo de e-mail para recordar efemérides, onomásticas y decesos de alguno de sus miembros. Nunca antes había tenido una iniciativa de contenido político de estas características. Los promotores del manifiesto dirigido al Rey fueron el general de división Francisco Fernández, quien elaboró el texto inicial, y el coronel Juan Albero. Tras circular el borrador inicial, sólo una treintena de sus miembros se sumaron a él.

Ello provocó que el general Fernández lamentase en un segundo correo la falta de implicación de sus conmilitones en un momento tan difícil, en su opinión, por el que pasaba España en aquel momento. Esas duras palabras provocaron que pidiese disculpas en un tercer mensaje, pero en paralelo mandató a otro promotor, cuya identidad desconoce este periódico, para que llamase, uno a uno, a aquellos que no se habían animado a dar un paso al frente, siempre siguiendo el relato de las mismas fuentes. Algunos de los ‘llamados al orden’ equipararon aquellas llamadas telefónicas a un «intento de presión».

Al final, el texto fue suscrito por los citados 73 compañeros de la promoción, menos del 50% de los miembros que seguían con vida, y fue enviado a la Casa Real con el siguiente encabezamiento dirigido a Alfonsín: «Rogamos traslade a S.M. el Rey el texto que a continuación le incluyo y que refleja la preocupación del grupo de Oficiales del Ejército Español que firman esta carta, ante la situación que en estos momentos se vive en nuestra Patria».

Sin embargo, entre los firmantes no estaban los tres primeros de la promoción, los tenientes generales Manuel Bretón, Rafael Barbudo y Pedro Pitarch. Tampoco los número uno de Infantería, Artillería, Ingenieros y Guardia Civil. Sólo aparecía el de Intendencia, el general de división Ángel Gil Barberá. 

Por lo tanto, los representantes con mayor antigüedad de la XXIII Promoción de la AGM no vieron con buenos ojos esta iniciativa, un hecho que causó sorpresa en muchos de los firmantes a posteriori, pues creían que el escrito había sido promovido entre los compañeros que habían llegado más lejos en el escalafón militar.

Los miembros de las Fuerzas Armadas deben guardar «neutralidad política» mientras están en activo, tal y como se articula en la Ley Orgánica 9/2011 de derechos y deberes del personal militar. Una iniciativa colectiva de estas características, estando en activo o en la reserva, hubiera provocado la apertura de diligencias dentro de la Justicia militar por un presunto delito de sedición. No obstante, los firmantes de este documento no se debían a esa máxima de permanecer alejados de cuestiones políticas, al estar ya en situación de retiro.