Sánchez vuelve a Évole siete años después: estas fueron sus declaraciones más polémicas
El presidente acudía entonces como ex secretario general del PSOE tras haber sido expulsado por sus compañeros y cargó contra los medios y las empresas
Parece que Pedro Sánchez no quiere dejar sin pisar un plató de los programas de mayor audiencia de la televisión española. El presidente del Gobierno ha dejado de lado la política de comunicación mantenida durante los últimos cuatro años de acudir solo a los medios afines y, ante las malas previsiones electorales, se ha lanzado a aceptar entrevistas en algunos de los medios más críticos con su gestión.
Tras pasar por Onda Cero con Carlos Alsina (donde ha admitido que sus «cambios» en cuestiones políticas pueden haber alejado a muchos votantes del PSOE y ha cargado contra la ministra Irene Montero por sus políticas feministas de «confrontación») y prepararse para acudir a El Hormiguero a final de mes, Sánchez, ahora, quiere volver a uno de los programas que le llevó al estrellato y lanzó su figura: el de Jordi Évole.
Así fue la última entrevista de Sánchez con Évole
El secretario general del Partido Socialista ya estuvo frente a frente con el periodista catalán en 2016, cuando fue desbancado de la dirección de la formación por sus propios compañeros tras haber intentado pactar con Podemos, los nacionalistas y los independentistas y por su negativa a permitir una investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Ante él, en un bar, fue muy duro con la parte afín a Susana Díaz en la formación, aseguró que España era una «nación de naciones» y lanzó envites a los poderes mediáticos que se habían opuesto a sus planes para ser investido con el objetivo de reconquistar la dirección de la formación.
Durante la entrevista, un Sánchez en camisa y zapatillas deportivas se lamentaba de no haber recibido mensajes de dirigentes socialistas desde el 1 de octubre de 2016, cuando fue expulsado de la Secretaría General de su partido y reprocha que Susana Díaz quisiera dirigir el partido sin presentarse a los comicios internos: «Creo que tiene la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente en el próximo congreso y presentarse».
Fue entonces cuando el político anunció que volvería a concurrir con el objetivo de retomar las riendas y retaba a la política andaluza que no compitiera contra él tras acusarla de haber intentado acabar con él: «No estoy muerto, estoy aquí. Pero no me gustaron ni las formas ni el fondo, porque el fondo era deponer a un secretario general para facilitar un Gobierno del PP y entorpecer y bloquear un Gobierno alternativo».
También cargó contra los barones socialistas, a quienes reprochó que le marcaran líneas rojas en las negociaciones para conformar una mayoría paralela a la de Rajoy con las fuerzas nacionalistas, y admitió su gran error: alcanzar un acuerdo firmado con Ciudadanos y no hacerlo con Podemos y Pablo Iglesias. Recordó entonces que con Alfredo Pérez Rubalcaba mantuvo varios choques por esta cuestión.
«Con Alfredo Pérez Rubalcaba tuve un punto de discrepancia. Él defendía la abstención porque consideraba imposible un gobierno alternativo y yo creí en ese gobierno alternativo. Luego, efectivamente, la realidad demostró que Podemos no quiso apoyar esa formulación de gobierno que yo planteé en mi discurso de investidura», espetó.
España, una «nación de naciones»
En la entrevista Sánchez sorprendió apartándose de la visión tradicional que su partido había mantenido habitualmente contra el nacionalismo: «España es una nación de naciones. Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer».
El entonces expolítico sostuvo que una parte de su caída debía achacarse a medios progresistas como El País, muy crítico con los acuerdos con Podemos. A Évole fue a quien le confesó que el diario progresista le había advertido que sería crítico con este movimiento: «Los medios han sido especialmente críticos conmigo. Yo te digo las advertencias que tuve [por parte de El País] y las consecuencias que hubo».
Añadió al Ibex a la lista de responsables de su debacle política y señaló a César Alierta y a Telefónica de haber luchado por que se diera un «Gobierno conservador» y ha señalado que hubo «embates de los poderes económicos» que, a través de los medios, habían intentado influir en su decisión política.