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Política

El 'dos' de Maroto cesó a la cúpula de Industria tras negarse a colocar al marido de Calviño

El cerebro de la operación fue el entonces jefe de gabinete de la ministra, Juan Ignacio Díaz Bidart

El ‘dos’ de Maroto cesó a la cúpula de Industria tras negarse a colocar al marido de Calviño

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. | Europa Press

La historia trasciende a las maniobras de la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, para colocar a su marido en un organismo público, pero tiene en estos movimientos el epicentro de la cascada de ceses que se produjo en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo entre diciembre del 2022 y febrero del 2023, justo antes de la salida de Reyes Maroto del Ministerio. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el cerebro de la operación fue el entonces jefe de gabinete de la ministra, Juan Ignacio Díaz Bidart, hoy Director General de la Escuela de Organización Industrial (EOI).

Como adelantó el diario Vozpópuli, antes de intentar colocar a su marido en Patrimonio Nacional, Calviño maniobró para hacer lo propio en la EOI, con escaso éxito. Según este diario, la intención era colocarlo en un puesto de alta dirección vinculado a las tareas de Marketing, ya que en diciembre del 2021 había quedado vacante de Dirección de Comunicación y Marketing con la salida de Tíscar Lara, y en paralelo se elegiría a un Director de Comunicación. Sin embargo, fuentes de Industria aseguran a THE OBJECTIVE que el puesto al que aspiraba Ignacio Manriquez de Lara era la Dirección de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales, un puesto distinto al anterior y cuyo proceso de selección se había ofertado meses antes de la salida de Tíscar, en marzo del 2021, y se cubrió meses después, en enero del 2022 tras el fracaso del intento de Calviño. 

Calviño contactó a Bidart

La operación fallida provocó el malestar de la vicepresidenta del Gobierno, quien encargó al jefe de gabinete de la ministra el intento del fichaje de su marido. Según las fuentes de Industria consultadas por THE OBJECTIVE, «Calviño se puso en contacto con Bidart porque él era el ministro en la sombra, quien realmente sabía y controlaba el ministerio en lugar de Reyes Maroto». Porque, más allá de la cercanía con Pedro Sánchez por los constantes viajes internacionales a los que acompañaba al presidente, «Maroto desconocía totalmente los temas» de lo que acontecía en su cartera y «tenía una dependencia y confianza total en su jefe de gabinete. Hay jefes de gabinete que trascienden a la figura del ministro y éste es el caso. Cuando alguien quería algo de Industria no llamaban a Reyes sino a Bidart». 

La sugerencia de Calviño a Bidart para que el marido de Calviño se hiciera con la plaza de la EOI se trasladó aa dos personas: el secretario general de Industria, Raül Blanco, y el director general de Industria, Galo Gutiérrez. El primero de ellos, era a su vez presidente de la EOI, organismo dependiente orgánicamente de la secretaría general de Industria. Según confirman múltiples fuentes de Industria a este diario, Blanco se negó a ejecutar la orden de Calviño y trasladó a la entonces responsable de la EOI, Nieves Olivera, su posición contraria. Olivera también «se negó tajantemente» a maniobrar en modo alguno porque ello supondría «interferir en un concurso» para elegir la plaza vacante de Director de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales del organismo.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ex ministra d Industria, Reyes Maroto, en un acto de emprendimiento en Moncloa con el presidente, Pedro Sánchez.

«Blanco y Olivera se negaron»

Diferentes departamentos dependientes de Industria, así como fuentes ministeriales, aseguran a este periódico que tanto Blanco como Olivera «presumen de haberse negado a ejecutar la orden de Bidart», lo cual supuso una «quiebra de confianza» que traería consecuencias un año después. A partir de ahí se hicieron «bandos en el Ministerio» y la cúpula del Ministerio hizo pinza contra el responsable del gabinete de Maroto. Hasta el punto de que, pasados unos meses, el secretario de estado de Turismo, Fernando Valdés; el secretario general de Industria, Raül Blanco; y el director general de Industria, Galo Gutiérrez, se reunieron con la ministra Maroto para quejarse de «la agenda de locos» de su jefe de gabinete, sus formas y su desdén hacia los criterios técnicos que se trasladaban. Valdés, Blanco y Gutiérrez le trasladaron un ultimátum: «O Bidart o nosotros». Y perdieron.

Apenas habían pasado quince días desde el anuncio formal de la candidatura de Maroto el 14 de noviembre, cuando se ejecutó la primera salida: la del secretario de estado de Turismo, Fernando Valdés, el 5 de diciembre. Quince días después, vinieron los dos restantes de Blanco y Gutiérrez. Exactamente el mismo día en que el marido de Calviño renunció a la plaza en Patrimonio, el martes 23 de diciembre, el Consejo de Ministros cesaba a Raül Blanco y Galo Gutiérrez, los dos altos cargos que se habían negado a «ejecutar la orden» para colocar a Manríquez de Lara en la EOI. El Consejo de Ministros de ese día, nombró a Raül Blanco director general de la EOI, forzando la salida de Nieves Olivera, damnificada pese a negarse también a ejecutar esa directriz.

«En política, hay que ayudar a tu gente»

Fuentes de Industria relatan también a THE OBJECTIVE la justificación que recibieron en privado los cargos salientes del Gobierno. Pese a que «la comunicación formal de su cese se la dio la ministra Reyes Maroto», el propio Bidart mantuvo una conversación con Raül Blanco en la que le anunció que vincularía su salida a la gestión del Perte del coche eléctrico, pero en la que vinculó su perdida de confianza a otros asuntos como su negativa a maniobrar en favor del marido de la número dos del Gobierno. «En política no sólo se está para gestionar, también se está para ayudar a tu gente», le atribuyen en esa conversación fuentes cercanas a sus protagonistas. 

El cese de Blanco y Gutierrez se produjo un año después de que ambos se negaran a participar en la contratación del marido de la vicepresidenta económica (diciembre de 2022 frente al enero de 2022, cuando se cubrió la plaza). Según las citadas fuentes ministeriales, cuando la «injerencia» se produjo «Reyes y Bidart no tenían fuerza para cesar a la cúpula del ministerio un año antes. Pero cuando el presidente le ofreció a Maroto ser candidata a la alcaldía de Madrid en el mes de noviembre, Bidart le pidió a cambio hacer cambios en los altos cargos del ministerio y en Moncloa se le dio el plácet». 

La ex ministra de Industria, Reyes Maroto, junto a la actual secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, en imagen de archivo.

Bidart quiso suceder a Xiana Méndez

Pero la gota que rebasó el vaso llegó con el cuarto y último movimiento que hizo saltar las alarmas en Moncloa. Tres semanas después, el lunes 16 de enero, víspera de la reunión del Consejo de Ministros, la todavía ministra de Industria llamó a su despacho a su secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez. «Mañana te voy a cesar», le dijo, «a José Ignacio le hace mucha ilusión ser secretario de Estado». Unas intenciones que adelantó este diario y que estuvieron a punto de consumarse. Bidart había conseguido que la ministra accediera a nombrarle secretario de Estado de Comercio, pese a las reticencias que el propio Bidart despertaba en Moncloa y en Ferraz donde lo describían como «un tipo extraño y complicado» que «tiene problemas con mucha gente». Y eso fue precisamente lo que impidió su nombramiento al día siguiente. 

Según ha podido saber este periódico, Xiana Méndez reunió en al tarde del lunes a su Comité de Dirección en el Ministerio para comunicarles la decisión de la ministra y todos coincidieron en calificar de «barbaridad» el movimiento y elevar la cuestión a Presidencia. La secretaria de Estado telefoneó a Manolo de la Rocha, director de la oficina económica de Moncloa y amigo personal de Méndez. Las fuentes consultadas aseguran que De la Rocha respondió a Méndez: «Tranquila. Hasta aquí hemos llegado».

THE OBJECTIVE adelantó el martes 17 el freno de Moncloa al nombramiento de Bidart, pocos días después de que los enfrentamientos de éste con el recién nombrado jefe de campaña de Maroto, Luis Arroyo, en su carrera a la alcaldía de la capital, forzara la renuncia de éste y su sustitución por Enma López. Un mes después, el 20 de febrero, la dimisión de Isaías Taboas e Isabel Pardo de Vera como presidente de Renfe y secretaria de Estado de Transportes por la polémica en tono a los trenes de Asturias y Cantabria, permitió a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, impusiera la fuerza de la cuota catalana del PSC para rescatar a Raül Blanco como nuevo presidente de Renfe. «Le rescató el PSC, del que es su protegido», explican estas fuentes. La cuadratura del círculo fue la apertura de la puerta de la EOI a Juan Ignacio Díaz Bidart, el mismo que intentó ejecutar los planes de Calviño en el organismo dependiente de Industria que acabado dirigiendo él personalmente tras fracasar en su intento de ser secretario de Estado de Comercio. Un puesto que ocupó durante apenas dos meses Raül Blanco tras desalojar de su puesto a quien había dirigido durante cuatro años, Nieves Olivera, quien «actualmente está en paro».

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