La nueva CiU también tiende la mano al PP: «Pactaremos con Feijóo si no se alía con Vox»
El PDeCAT une fuerzas con otros partidos catalanistas para confrontar a Junts en las elecciones generales
Roger Montañola (Premià de Mar, Barcelona, 1986) vuelve a la política después de ocho años en el sector privado, donde, entre otras aventuras empresariales, lideró una empresa junto a Xavier Cima, marido de Inés Arrimadas. Pese a su juventud, Montañola ha mantenido una coherencia en sus posiciones sobre la independencia que se alejan de las de su generación: nunca ha sido independentista, aunque sí nacionalista. Fue diputado de la extinta CiU hasta 2015 y reivindica el legado de esa coalición hasta el punto que ha decidido ser el candidato del PDeCAT-Espai CiU en las próximas elecciones generales.
El partido ha logrado que la Junta Electoral Central les otorgue todos los derechos electorales de la coalición Junts per Catalunya después de que sus enfoques discrepantes sobre el procés precipitara su divorcio en el Congreso. Montañola aspira recoger parte del electorado de centro crítico con Junts porque afirma que «en Cataluña hay que volver a la realidad».
PREGUNTA.- Se viralizó un video suyo en el que decía que no le compensaba entrar en política porque los sueldos eran bajos. Sin embargo, ha decidido volver.
RESPUESTA.- Sí, yo hago política por vocación, por dinero no me sale a cuenta.
P.- ¿Está mal pagada la política?
R.- Creo que está mal pagado que el presidente del Gobierno gane 80.000 euros.
P.- Ahora se presenta por Espai CiU, el nuevo nombre del PDeCAT. ¿Hay espacio para que vuelve la extinta CiU?
R.- Creo que hay mucho espacio que no se ha sabido capitalizar. Y ahora es un buen momento. La gente se ha dado cuenta de que la vía que en los últimos años han emprendido la mayoría de partidos no ha conllevado resultados. Hace falta cambiar y volver a la realidad, asumiendo que estamos en un nuevo tiempo, y que es necesario hacer política, que significa hablar, transaccionar, negociar… Y no significa prometer grandes gestas que luego llevan a la frustración.
P.- ¿Esta moderación no la encarna ahora el PSC? Pese a las diferencias, se ve como el voto útil en este sentido.
R.- Depende del eje de la campaña. Es cierto que el PSC lo ha intentado, pero también es un partido muy intervencionista que ha hecho crecer el peso del sector público en el PIB mucho en los últimos años. Nosotros, en cambio, somos liberales. Estamos a favor de impuestos bajos y de facilitar la actividad económica de la gente. Ideológicamente somos muy distintos. Si bien les reconozco que los indultos fueron bien para bajar la tensión, el modelo económico que defendemos nosotros es muy diferente.
P.- ¿No puede ser que este voto liberal lo recoja el PP en Cataluña el próximo 23 de julio?
R.- Podría ser, pero hay dos cuestiones. La primera es que los votantes del PP no entienden cómo, cuando ya ha finalizado el procés, han priorizado un alcalde que es de izquierdas con el apoyo de Podemos. Está claro que les puede más la bandera que el modelo de sociedad. Y la segunda es que tienen como candidato a alguien con quien yo tengo una gran relación personal, pero que hace dos semanas era el presidente de un grupo parlamentaria que era el más procesista de la historia de la humanidad: Ciudadanos, un partido que ha vivido del procés, que solo iba a la confrontación. Yo estaba en el sector privado y no salto de un partido a otro. Estoy en el mismo sitio donde he estado siempre.
«Los votantes del PP no entienden que se haya priorizado un alcalde de izquierdas en Barcelona al modelo de sociedad»
P.- ¿Quién engloba Espai-CiU?
R.- El PDeCAT y muchos partidos pequeños que se han hecho en los últimos tiempos, como Partit Nacionalista de Catalunya, Lliures, Centrem… También entidades y asociaciones. Nos hemos unido partidos catalanistas, independentistas y no independentistas que compartimos que no habrá independencia en los próximos años. Este no puede ser el eje de debate, nos debemos centrar en defender los intereses de Cataluña desde el realismo y no desde las promesas épicas que no dan resultado.
P.- El papel ahora de ERC es precisamente el de posponer la independencia…
R.- Según el día… Yo en cambio siempre digo y pienso lo mismo.
P.- ¿Sois partidarios de dar apoyo externo a un gobierno liderado por Alberto Núñez Feijóo?
R.- Tenemos unas condiciones. La primera, que nadie más incendie Cataluña para sacar votos en otras partes de España. La segunda, rebajas fiscales generalizadas y, por último, un sistema de financiación que sea justo y siga el orden lógico de lo que produzca cada comunidad autónoma. Yo hablaré con todos si salgo diputado, menos con Vox. Es decir, pactaríamos con Feijóo si es sin Vox. Si es por los intereses de Cataluña, hablaré. Ya sea con el PP o el PSOE.
P.- ¿Incluiréis un referéndum de independencia en vuestro programa electoral?
R.- No lo hemos puesto. Yo defiendo la política real y realista, que toca de pies en el suelo. Todos sabemos que esto no se producirá en los próximos años y por lo tanto no será una prioridad de nuestro programa.
«No vamos a incluir un referéndum en nuestro programa electoral. No es realista»
P.- ¿Cree que Oriol Junqueras y Carles Puigdemont están amortizados como líderes políticos?
R.- Creo que sí, que son sobre todo un lastre.
P.- ¿Cree que Cataluña ha entrado en decadencia o que es un eslogan de Madrid?
R.- No, no, ha entrado completamente en decadencia. Por decadencia quiero decir también que mucha gente tiene miedo y para quedar bien no dice lo que piensa en público. El debate público y la cultura política catalana se ha escorado a la izquierda y ya nadie se atreve a cuestionarlo en público. Esto es una señal de decadencia. En cambio, yo estoy a favor de la ampliación del aeropuerto y de todos los proyectos que generen prosperidad y empleo para Cataluña.