THE OBJECTIVE
Elecciones 23-J

Un sector de Sumar plantea abstenerse si Feijóo gana el 23-J para que no pacte con Vox

Existe un debate interno en Sumar sobre una abstención táctica para demostrar que el partido es útil a la sociedad

Un sector de Sumar plantea abstenerse si Feijóo gana el 23-J para que no pacte con Vox

La candidata de Sumar a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz. | Europa Press

La metáfora más adecuada es la del río subterráneo, un flujo de agua que no se aprecia desde la superficie pero que puede modificar la geografía desde abajo. Así es cómo está fluyendo internamente en Sumar un debate algo oculto, pero que aspira a poner sobre la mesa la posibilidad de una abstención táctica después de las elecciones del 23 de julio para impedir, si Pedro Sánchez fracasa, un pacto de gobierno entre el PP y Vox. Quien lo está proponiendo, de puertas muy adentro, es un segmento muy cercano a la candidata, según afirman diferentes fuentes de dicho espacio a THE OBJECTIVE. El enfoque general pasa por dejar al PSOE la carta del «no es no» y ofrecer a la ciudadanía la imagen de una nueva izquierda «responsable». En Podemos recuerdan que tuvieron un debate parecido en 2016.

Existen muchas variables. Y la principal es, sin duda, la del el resultado de las urnas. Pero lo cierto es que aunque el equipo de campaña de Sumar pone toda la carne en el asador para buscar la «remontada», hay también quien mira ya a la mañana siguiente a los comicios. El sanedrín de campaña de Díaz, acostumbrado a guardar la máxima confidencialidad, no quiere desanimar a sus votantes. Así que la orden oficial es evitar abrir cualquier tipo de debate público sobre la fase poselectoral. Pero algo se mueve, y la pregunta sobre el qué hacer en caso de doble derrota de la izquierda existe.

Una primera pista la dio la propia Díaz el pasado 27 de junio. La candidata acudía al plató de La Sexta para una entrevista con Ana Pastor. Justo al final de la misma, ante la pregunta de si era conveniente una «abstención» del PSOE para evitar la entrada de Vox entre en el Gobierno, Díaz afirmó: «Lo que creo es que vamos a ganar las elecciones, no hay ninguna duda, ya que Feijóo va a gobernar con Abascal de vicepresidente». Pero tras la repregunta, especificó: «Y si no es así, la política se dirime con programa político, allí es donde tenemos que coincidir o no coincidir. La política se dirime con propuestas, pero insisto, vamos a ganar las elecciones». 

Yolanda Díaz e Íñigo Errejón hablan en el Congreso
Yolanda Díaz e Íñigo Errejón hablan en el Congreso. | Europa Press

Un debate que «se va a dar»

La falta de contundencia ante una pregunta que, de entrada, parecía tener una respuesta obvia fue la primera pista de que algo estaba pasando. Y el hecho de que ahora se va afianzando el temor a un resultado negativo refuerza a los que sostienen que hay que abordar un debate que «se va a dar». Tanto en Sumar como en el PSOE, lo especifican. Los números decretarán el escenario. Si, por ejemplo, Feijóo alcanza los 160 escaños, no hará falta plantear ninguna abstención táctica en la investidura. La fuerza electoral del PP será incuestionable y su llegada a la Moncloa indiscutible, creen algunas fuentes consultadas. Pero si Feijóo gana, el PSOE sufre un batacazo y Vox puede aspirar a sentarse en el Consejo de Ministros, entonces Sumar podría ser determinante para evitarlo.

Díaz y Sumar están concentrados en obtener cuantos más votos posibles. Y esto pasa por asociar el proyecto político de Alberto Núñez Feijóo con el de Santiago Abascal. Sumar coincide con el PSOE, pero se trata de trazos gruesos de campaña electoral. Díaz conoce bien a Feijóo de la etapa gallega. Su oposición fue muy dura, pero de los dos también se recuerdan fotos y gestos amables una vez salidos del hemiciclo. Estas cosas quedan.

Además, Sumar necesita y quiere desmarcarse del PSOE. Errejón y los suyos son los que subrayan la necesidad de diferenciarse del hermano mayor. Ahora lo está planteando de manera tibia. Por ejemplo, en los asuntos económicos, lanzando algunos dardos a la ministra de Economía, Nadia Calviño. La relación entre Díaz y Calviño es mejorable, aunque la candidata de Sumar no quiere que trascienda nada sobre Pedro Sánchez. Los dos quieren ofrecer a la ciudadanía la idea de «bloque». Y es plausible que la entente se mantenga hasta el día 23 de julio. Después, cada uno seguirá su camino.

Errejón y el antecedente de 2016

En Podemos, partido que se adscribió a Sumar a regañadientes hace unas semanas, no descartan golpes de efecto de Díaz. Es un matrimonio de conveniencia, pues los morados esperan una derrota de Sumar. Pero no quieren que sea fragorosa. Ellos también se juegan escaños importantes como el de Ione Belarra (número cinco por Madrid) y de Lilith Verstrynge (número cuatro por Barcelona), altos cargos de la dirección estatal que deben entrar en el Congreso. El pasado jueves, después de semanas de silencio, el partido morado pidió oficialmente el voto para Sumar. Lo hizo con un tuit. Nada más.

Ante las preguntas sobre posibles abstenciones tácticas de la coalición que dirige Díaz, en Podemos no niegan esa opción. Es más, recuerdan que en 2016 vivieron un debate parecido. Entonces Sánchez planteaba formar un gobierno con Albert Rivera, e Íñigo Errejón abría a ello. Se generó un cisma interno. Iglesias entendía que su número dos quería desautorizarle, afianzando una nueva línea estratégica. El choque acabó en guerra interna, que se resolvió un año después con el congreso de Vistalegre II y la defenestración de la corriente errejonista.

Es por eso por lo que, según las fuentes de Podemos consultadas, también ahora son los miembros del grupo errejonista los que están susurrando al oído de Díaz la posibilidad de permitir una investidura a Feijóo para evitar la entrada en el gobierno de Vox. Pero representantes de otras formaciones que participan de la coalición, y que aseguran que existe dicho debate interno, prefieren no detallar los promotores del mismo.

Reacción rápida

Las fuentes consultadas pronostican que ese mismo debate se abrirá en el PSOE. Calculan que los adversarios internos de Sánchez (y sus grupos de presión) intentarán que el líder del PSOE apueste por la vía de la responsabilidad. Al fin y al cabo, ha repetido el candidato socialista que hasta en la Unión Europea están alarmados por la entrada de Vox en el Ejecutivo. «Hablaré con el PSOE», ya adelantó el candidato del PP en el último cara a cara televisivo del lunes.

No obstante, la reacción de los socialistas puede ser más lenta e farragosa. Si Sánchez pierde el Gobierno, sufrirá una avalancha de reproches y ataques, pero en Sumar recuerdan que el actual secretario general del PSOE ha redactado unas listas electorales de fieles que seguirán sus órdenes. Algunos de sus actuales colaboradores de Gobierno, por ejemplo, ya piden no claudicar.

Responsabilidad y utilidad

Eso permitirá a Sumar tener margen de maniobra. Y, tal vez, adelantarse al PSOE. Teniendo siempre claro cuál es el objetivo político de Yolanda Díaz: aguantar como lideresa del espacio de la izquierda durante años. Su planteamiento, el de convertirse en ser la «primera presidenta» mujer de España, es firme. Y para ello puede resultar «útil» ofrecer a la ciudadanía la idea de una izquierda responsable, centrada en evitar la llegada al poder de la «ultraderecha», máxime si el resultado electoral es decepcionante. ¿Podrá pedir algo a cambio a Feijóo en esa extraña negociación? Nadie descarta nada.

En términos de relato, el sacrificio para evitar que Vox entre en el Gobierno puede cuajar. Y eso permitiría a Díaz modificar el marco del debate público si su opción electoral resulta poco satisfactoria (tal y como ya temen algunos en la formación). Dos pájaros de un tiro. Y, sobre todo, erigiría a Díaz en protagonista de un nuevo ciclo que puede enterrar el esquema frentista que se inauguró con el auge de Podemos y cristalizó con fórmulas y eslóganes como la del «no es no».

De momento, es tan solo un esbozo de debate interno, una reflexión de algunos altos cargos, pero las fuentes consultadas aseguran que ha llegado a la mesa de la candidata. Quedan diez días para los comicios, y lo único cierto es que Díaz no quiere que al día siguiente se empiece a cuestionar su liderazgo. Las sorpresas en política a veces sirven para abrir nuevos ciclos, y también para desviar los focos de resultados insatisfactorios.

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