El PP cierra filas en torno a Feijóo y advierte de que «sería un suicidio cuestionarlo ahora»
Dirigentes populares defienden al presidente nacional pero hacen autocrítica sobre los errores de la campaña
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este lunes ante la Junta Directiva Nacional. | Europa Press
El Partido Popular (PP) digiere como puede unos resultados que, a pesar de haber servido para ganar las elecciones de este domingo, han dejado un sabor agridulce entre los cargos del partido y desolación entre los votantes y la militancia, que esperaban sacar unos escaños que les permitieran sumar con Vox y poder desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa. Un día después de la amarga victoria, que se traduce en 136 diputados y 8.089.641 votos, frente a los 89 escaños y 5.047.040 de los comicios de 2019, los populares intentan sacar pecho de un resultado que no ha sido malo, pero muy lejos de las expectativas de las empresas demoscópicas.
Uno de los primeros debates que se ha instalado entre los dirigentes es la posibilidad de que alguien tuviera la tentación de abrir el melón de la sucesión de Feijóo al frente del partido. Los gritos de «Ayuso», «Ayuso» de algunos de los militantes la noche de este domingo, justo en el momento en el que Feijóo salía al balcón de la sede nacional en la calle Génova de Madrid, sorprendió a todos y provocó un gran malestar en los equipos de ambos dirigentes.
«No se va a abrir la sucesión de Feijóo porque sería un suicidio para el partido. Hay que cerrar filas, aunque es verdad que hay alguna gente que está que trina», asegura a THE OBJECTIVE una dirigente regional. «Ha tenido un magnífico resultado y su liderazgo es incuestionable. Ha subido en escaños y hay una sensación de derrota. No nos ha derrotado Sánchez, sino las expectativas de unas encuestas que eran excesivamente optimistas. Al final está claro que no eran realistas», subraya otro dirigente regional.
Estas fuentes señalan que «no sería justo» plantear el relevo de Feijóo porque es «el gran valor que tiene el partido, lo cogió roto y lo ha convertido en la primera fuerza política de España». En este sentido, descartan que Ayuso vaya a optar a la sucesión: «Es una gran líder, pero absolutamente responsable. No es su momento y ella va a ser muy leal con Feijóo, tiene un sentido de partido bárbaro y jamás le va a hacer daño. Le ha acompañado en los momentos más importantes y no hay que dar pábulo a esa posibilidad porque es lo que quiere el PSOE. En el PP ahora hay mucha unidad».
Desde los territorios se defiende con firmeza a Feijóo, pero también cuestionan algunas decisiones de las que se han tomado en la campaña. «La última semana ha sido un desastre», subrayan algunas fuentes populares. «Hay que reconocer errores y no decir que todo ha sido maravilloso. Después del debate nos dormimos y el tema de la foto de Feijóo con el narco nos ha hecho mucho daño. También el discurso del miedo y la actitud que hemos tenido de no movernos para no meter la pata en la última semana de campaña».
La maltrecha relación con Vox es otra de las cuestiones que una gran parte del PP considera que también ha sido la causa de no haber llegado a los 150 escaños para sumar: «Hay que buscar perfiles en las candidaturas para competir con Vox. Hay que comérselo y Borja Sémper no es capaz de comerse a Vox». Asimismo, recriminan al equipo de Feijóo que no han entendido que España no es Galicia».
El ambiente de desazón se vivió también este lunes en la reunión de la Junta Directiva Nacional. Una de las más expresivas fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que a su llegada admitió que «no estamos para fiestas». Feijóo intentó insuflar ánimos en la reunión de la Junta Directiva Nacional y quiso dejar claro que «no voy a renunciar» a lograr un «cambio histórico para el país», aunque es «consciente de la dificultad».
