El PP evita hacer sangre con el caso Espinosa para no comprometer el apoyo de Vox a Feijóo
Génova recibe con sorpresa el adiós del lugarteniente de Abascal, quien optaba a Exteriores en una eventual coalición
El Partido Popular recibió este martes con enorme sorpresa la dimisión del portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, y su decisión de no recoger el acta de diputado para la nueva legislatura que va a arrancar. Lejos de querer hacer sangre con la caída en desgracia del dirigente de la formación rival, desde Génova se dio la orden de guardar silencio y ser «muy respetuosos» con el partido de Santiago Abascal, según fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE, si bien reconocen que Vox ha perdido «a su mejor orador parlamentario» para la nueva legislatura que va a empezar y que el portazo del primero les beneficia de cara a una hipotética repetición electoral.
«Para Vox supone una gran pérdida. Era su diputado mejor formado y muy consistente. Una persona muy válida y en la que se podía confiar en todo momento», constata un diputado del PP que le ha seguido de cerca en el hemiciclo en la última legislatura y que este martes interrumpió sus vacaciones para seguir en directo el adiós del ya exportavoz parlamentario de Vox desde la Cámara baja. «Ahora bien, no cabe ser desagradecidos con ellos en estos momentos», apostilla rápidamente.
En Génova son conscientes de que hay que tener «mucho respeto» con la decisión tomada por Espinosa de los Monteros y de que no es el momento de meterle el dedo en el ojo a la formación de Abascal, sobre todo después de que esta semana regalase sus 33 escaños a Alberto Núñez Feijóo para intentar formar gobierno en solitario y, de esta forma, desbaratar la coalición que intenta Pedro Sánchez con Podemos y formaciones nacionalistas e independentistas.
El partido de Abascal publicó el domingo un comunicado en el que afirmó que apoyará «una mayoría constitucional en la Cámara Baja» para evitar un gobierno del PSOE con sus socios de la pasada legislatura. «Vox no será la excusa de nadie ni el impedimento para evitar un gobierno de quienes pretenden destruir los fundamentos de la Constitución», indicó la formación conservadora en el escrito.
De esta forma, Vox dejó implícita la posibilidad de apoyar la investidura del líder del PP sin la condición de entrar en el Gobierno. Una opción que facilita a los populares la negociación con otros partidos, como Coalición Canaria (CC) o el PNV, que previamente había rechazado dar su apoyo a una posible investidura de Feijóo por la necesidad de que Vox fuera parte del Gobierno para que saliera adelante.
Espinosa, ministrable para Exteriores
Este paso del partido rival fue muy bien recibido por Feijóo, quien gracias a los posteriores apoyos de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y la citada CC -el primero más explícito que el segundo- ya tiene 172 apoyos para su investidura a la espera de los movimientos que realice Sánchez. «Tenemos que seguir a lo nuestro, sin meternos en el mal ajeno (de Vox) ni en nada más», subraya un dirigente de Génova a este periódico después de enterarse de la dimisión de Espinosa de los Monteros.
Este último sonaba como ministrable en un eventual gobierno de coalición entre PP y Vox. Concretamente, del área de Asuntos Exteriores, uno de los llamados ministerios de Estado y en el que su padre -Carlos Espinosa de los Monteros- fue alto cargo de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en su condición de alto comisionado del gobierno para la Marca España. Un departamento sensible para Feijóo, pero en el que el margen de maniobra política es limitado al tratarse de la política exterior.
Además, si en la negociación entre las formaciones conservadoras hubiese caído Exteriores en manos de Espinosa de los Monteros hijo, Vox hubiera tenido muchas dificultades para obtener otros departamentos de mayor contenido ideológico en un Ejecutivo. Pero ese castillo de naipes se derrumbó este domingo con la decisión de Abascal de no entrar en un hipotético Gobierno de Feijóo. Tras ello, su hasta ahora portavoz parlamentario decidió abandonar la primera línea política.