El independentismo catalán celebra dividido una Diada con gritos de «traidor» a Aragonès
La Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado en 115.000 personas los asistentes
Personas en las calles de Barcelona durante la Diada de este 2023. | EFE
A pesar del momento dulce que parece atravesar políticamente el independentismo por su papel clave en una posible investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, la celebración este 11 de septiembre de la tradicional Diada catalana ha servido también para demostrar la profunda división que sigue reinando en su seno. De hecho, los diferentes actos de la fiesta han estado protagonizados sobre todo por las acusaciones cruzadas. Por un lado, ERC, que ha hecho un llamamiento a rehacer la unidad del independentismo «para trabajar con la máxima coordinación y complicidad» y por el otro, JuntsxCat, que ha acusado al partido de Pere Aragonès de «vetarles para formar parte de cualquier negociación con el Estado español».
Una división que parece haber hecho mella en la motivación independentista, al menos a la hora de manifestarse. La Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado en 115.000 personas los asistentes a la manifestación de la ANC por la Diada, 35.000 menos que el pasado año, aunque la propia asociación eleva el número de asistentes a los 800.000. Las cifras de la policía parecen muy lejanas de las de los máximos años de movilización independentistas, cuando la propia Guardia Urbana llegó a contar hasta 1.800.000 asistentes en 2014. La última Diada antes de la pandemia, en 2019, movilizó a 600.000 personas.
«Bienvenido el cambio de posición de ERC, hace seis años que se nos ha vetado de formar parte de cualquier negociación política», ha apuntado el secretario general de Junts, Jordi Turull, en referencia a la mesa de diálogo que el Govern de la Generalitat tiene acordada con el Gobierno. Además, mientras reconocía conversaciones con el PSOE para una posible investidura de Sánchez, ha lanzado otro dardo a ERC haciendo un llamamiento a «no caer en la ingenuidad a la hora de negociar cualquier cosa» con el Estado.
La tensión en las filas independentistas se ha hecho sobre todo palpable en el acto oficial del Govern, cuando la delegación de ERC que ha realizado este lunes la ofrenda al monumento de Rafael Casanova por la Diada ha sido recibida con algunos silbidos y gritos de ‘Botiflers’ y ‘Fuera’ de personas que han acudido a ver el homenaje, aunque también ha habido aplausos.
Ante esta situación, el presidente de la Generalitat y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, ha reivindicado ERC ha «abierto camino» hacia la amnistía y la autodeterminación gracias a su apuesta por la vía de la negociación con el Gobierno. «Quien marca paso para que mucha gente se pueda añadir normalmente es el que más heridas recibe», ha dicho en un acto con militantes de ERC por la Diada en Barcelona, en alusión a las críticas que recibieron los republicanos por parte de Junts y otras organizaciones independentistas.
ERC intenta ignorar las críticas
Ante las negociaciones para investir al candidato socialista, Pedro Sánchez, Aragonès ha llamado a abrir una «nueva fase en el proceso de resolución del conflicto que lleve definitivamente a la amnistía y a la autodeterminación». Estaba previsto que también interviniera el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que finalmente no ha podido asistir tras dar positivo en covid-19.
En general, los republicanos han intentado ignorar los dardos de Junts y los abucheos en la calle, al menos de forma oficial, haciendo en su lugar diversos llamados a la unidad. La portavoz, Marta Vilalta, aseguró que la prioridad de su partido es rehacer la unidad del independentismo «para trabajar con la máxima coordinación y complicidad y defender los objetivos que queremos: la república catalana». En este sentido, ha defendido la amnistía «para que se acabe la represión y la autodeterminación para poder pactar cuándo y cómo celebraremos el referéndum de independencia».
La movilización, bajo el lema ‘Via fora’ –un histórico grito de alarma en la Cataluña medieval–, ha llegado a la plaza, donde las cuatro pancartas se han girado para mostrar un mosaico con la leyenda ‘Por la independencia, via fora’. Las cuatro columnas han llegado entre gritos de ‘Independencia’ de los miles de personas que ocupan la plaza, donde se encuentra el escenario desde el que se leerá el manifiesto y se realizarán distintas intervenciones.
La ANC pide negociar solamente la independencia
La presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, ha exigido a ERC y Junts que la negociación para la investidura del presidente del Gobierno únicamente sea para que el Estado permita una independencia de Cataluña: «¡Independencia o nada! ¡Independencia o elecciones!».
En su discurso, que ha culminado la manifestación independentista de la Diada, en el que cuatro columnas de manifestantes han confluido en una concentración en la Plaza España de Barcelona, Feliu ha vuelto a presionar a las fuerzas independentistas.
«Ha de quedar claro que cualquier pacto en Madrid solo sirve si tiene efectos directos para conseguir la independencia», ha señalado Feliu, que ha avisado a los partidos independentistas de que «si no se atreven, que dejen paso y convoquen elecciones», para las que ha recordado que la ANC presentará una lista cívica independentista.
Queman una imagen de Aragonès y Collboni en la marcha
Unos cinco encapuchados han quemado este lunes por la tarde una gran imagen boca abajo del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante la manifestación de la Esquerra Independentista por la Diada.
Sobre las 19.10, los encapuchados han rociado la imagen con alcohol y han quemado la imagen de los políticos entre el paseo Lluís Companys y la calle Comerç. Han puesto la imagen boca abajo mientras ardía y algunos asistentes han impedido a los medios gráficos capturar el momento.
