González exige a Sánchez no ceder al «chantaje» de «minorías en vías de extinción»
El expresidente afirma tajante que «no puede haber amnistía porque es inaceptable y no cabe en la Constitución»
Felipe González, durante el acto de presentación del libro de Alfonso Guerra. | EFE
El expresidente del Gobierno fue el último en intervenir, pero no quedó a la zaga de quien fuera su número dos en el Gobierno durante casi una década. En la presentación del libro de Alfonso Guerra La rosa y las espinas, en el Ateneo de Madrid, Felipe González dejó claro que la amnistía «es inconstitucional» y que Pedro Sánchez no puede concedérselas a las formaciones independentistas catalanas porque sería ceder a un «chantaje inaceptable».
«No puede haber amnistía porque políticamente es inaceptable y no cabe en la Constitución», afirmó con rotundidad. «No es que perdona al delincuente sino que lo borra, de forma que lo que hizo el delincuente es lo que queda como legítimamente hecho y quienes estuvieron en contra quedan como represores. Los represores son los que trataban de cortar ese acto de rebeldía de quienes en dos días se cargaron el Estatuto de Autonomía, se cargaron la Constitución, en dos días, convocaron un referéndum y proclamaron la república catalana, porque yo creo que Puigdemont ya estaba buscando el cajón para salir. (…). Les quita legitimidad a los que trataron de defender la legalidad», defendió González.
Pero el agravante para el predecesor de Sánchez en los 80 y 90 es que esta medida de gracia se negocie con formaciones políticas que se han envalentonado como socios de Pedro Sánchez pese a su sonado batacazo electoral en Cataluña el 23-J, erigiéndose en una minoría de bloqueo. «Mientras más pierden, más chantajean. No podemos dejarnos chantajear por nadie. Y mucho menos por minorías en vías de extinción. No es posible. Las mayorías se tienen que respetar a sí mismas».
En un acto cargado de gran simbolismo, de reconciliación pública entre González y Guerra, que llevaban años sin compartir escenario, el expresidente del Gobierno también hizo una defensa del entendimiento entre los dos grandes partidos y la posibilidad de alcanzar acuerdos entre PP y PSOE. Y desmontó el mantra de que un Gobierno apoyado en los independentistas sea lo que emanaron las urnas el 23-J: «¿Ésa la voluntad de los votantes? No se quién hace el escrutinio de los votantes, pero lo que yo oigo es que la gente está en ‘pónganse de acuerdo y no nos trasladen sus problemas’ (…) Aquí no hay ninguna posibilidad de hacer ninguna reforma sin los dos grandes partidos».
Contra Yolanda Díaz y Zapatero
Una intervención que comenzó atizando a dos dirigentes cercanos al presidente Sánchez. Primero a su número tres en la coalición, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, a quien se refirió como «esa gente que no ha ganado nunca las elecciones y está dando lecciones de cómo hacer política. La vicepresidenta se destaca mucho en eso». Y en una referencia velada a Feijóo, se preguntó: «¿Cómo se atreve a darle lecciones a quien le ha ganado elección tras elección y le ha dejado sin escaño en Galicia?». No fue la única vez que se refirió a ella. Al término de su intervención añadió otra reflexión: «No es digno trasladarnos a Waterloo como si uno fuera a ver al emperador del Paralelo pero en la otra dirección».
También se refirió al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, con quien González y Guerra compartieron actos de campaña electoral en el pasado y a quien dirigió el siguiente mensaje ante la deriva del mismo en la última campaña al 23-J: «No sé si me estoy arrepintiendo de haber hecho campaña con él». Las risas del auditorio se repitieron con la tercera cita, al presidente manchego, Emiliano García-Page, de quien dijo: «O nos metemos todos bajo la cobija de García-Page o no se dónde vamos a ir».
De hecho, Page se convirtió en la presencia más destacada del evento, entre las fuerzas vivas del PSOE, representantes de la vieja guardia y exministros, sólo acompañado por el expresidente aragonés, y todavía secretario general del PSOE de Aragón, Javier Lambán. Sin embargo, todas las miradas y las preguntas se concentraron en el barón manchego, quien se marchó con una sonrisa sin mojarse sobre la amnistía: «Yo no voy a especular, ya veremos cuando se enseñen las cartas y veamos exactamente de qué se está hablando. Si algo nos enseña la política reciente es que puede pasar una cosa y la contraria y además en el mismo día».
