Sánchez alerta de que el «ridículo» de Yolanda Díaz puede «poner en peligro» la investidura
El presidente confesó a un grupo de fieles que la vicepresidenta está elevando las expectativas sobre la amnistía
Llueve sobre mojado pero con más intensidad. El malestar del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, va en aumento por su búsqueda de protagonismo en la negociación para la investidura. Como adelantó THE OBJECTIVE, el enfado del núcleo duro de Sánchez con Díaz es notable y ha provocado un alejamiento progresivo entre los dos socios de la coalición, donde unos negocian y los otros se resignan al rodillo del ala socialista.
Muestra de ello es lo que ocurrió el pasado lunes en la reunión de la Ejecutiva federal del PSOE en Ferraz. Terminada la reunión, el presidente Sánchez se acercó a un grupo de fieles de su dirección con quienes comentó los últimos movimientos de Yolanda Díaz al presentar el dictamen de su grupo de expertos para la elaboración de la futura ley de amnistía. Según ha podido saber este diario, Sánchez comentó que la vicepresidenta Díaz «está haciendo el ridículo» en su búsqueda del foco mediático y alertó de que «si continúa, puede poner en peligro la negociación».
Unas afirmaciones que, según fuentes de Ferraz, profirió con rictus «tranquilo y sereno», sin ápice de preocupación porque los contactos para la investidura pudieran descarrilar, pero con el ánimo de evidenciar el «nerviosismo de Yolanda, que está operando como Pablo Iglesias en el pasado», preocupada por apuntalar su posición en el Gobierno ante la tensión de los cinco parlamentarios de Podemos en el seno de su grupo. Una tensión interna en el espacio morado que inquieta al PSOE de cara a la legislatura pero no de cara a la investidura, en la medida en que los integrantes de la llamada alianza Frankenstein no hacen seguidismo de Díaz ni le dan importancia a sus propuestas.
Moncloa niega conversaciones
Los desplantes de los socios de la coalición no consistieron sólo en su plantón al acto convocado en el Ateneo de Barcelona. Tanto el portavoz del PNV, Aitor Esteban, como el republicano, Gabriel Rufián, despreciaron el dictamen hecho publico por Sumar este martes en la Ciudad Condal. El primero de ellos denunciando, tras su reunión con Pedro Sánchez, que a Díaz le gusta ser «el perejil de todas las salsas»; el segundo, Rufián, manifestando con sorna que «nos suena la propuesta política de Sumar porque es exactamente la misma que la nuestra en el año 2021». Y añadió: «Desconfíen de quien habla mucho».
Ambos desplantes de los socios con Díaz se produjeron tras sendos encuentros con Pedro Sánchez. Las fuentes gubernamentales consultadas revelan a THE OBJECTIVE que el presidente en funciones desvela en privado su malestar con Díaz «porque busca un protagonismo que no tiene» y que ha sido ella quien ha rebajado su papel en la presentación de su propuesta de amnistía porque «sabe que está haciendo el ridículo». En Moncloa niegan tajantemente que nadie haya telefoneado a Díaz para reconvenirle en su papel protagonista, porque eso sería «darle más importancia».
En lugar de la presión, el castigo a Yolanda Diaz es el silencio del presidente, la falta de comunicación y de información sobre el devenir de las negociaciones; y, al tiempo, las críticas de los socios preferentes del Ejecutivo, entre quienes se encuentran viejos rivales de la líder de Sumar. Es el caso de Gabriel Rufián, quien afirmó este miércoles: «Tengo que tener cuidado cuando hablo de Sumar… Nosotros no necesitamos de intermediarios para hablar con el PSOE y creo que todo el mundo entiende esto».
El PSOE rechaza la ‘represión policial’
Sin embargo, mientras el Gobierno resta importancia a la propuesta de Sumar, el PSOE manifiesta preocupación por el fondo del dictamen porque «puede elevar las expectativas de sus socios en cuestiones fundamentales». Por ejemplo, respecto a la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque «el reproche de su actuación los días posteriores al 1-O y el uso de la fuerza contra la población supone el reconocimiento implícito de que el Estado se excedió, que no actuó con proporcionalidad y que, en consecuencia, aquí sí hay presos políticos».
Como reconoce Rufián, la propuesta de Sumar se alinea con la proposición de ley presentada por las formaciones independentistas en mayo de 2021, que fue tumbada por los letrados del Congreso. Y esto pudiera dar alas a los interlocutores de ERC y Junts, pese al rechazo del PSOE a admitir una redacción similar. Fuentes socialistas explican que «bajo ningún concepto se puede admitir negligencias de los agentes policiales, ni incluirles entre los amnistiados», como sí pide Sumar, porque «esto supondría admitir que no actuaron conforme a derecho» y los condenados podrían pedir incluso indemnizaciones económicas por sus actuaciones.