Sánchez revela cómo se fraguó el «decisivo» papel de Zapatero: «Quería salir a la palestra»

José Luis Rodríguez Zapatero nunca estuvo en las quinielas para convertirse en ministro. Su papel en la última campaña electoral disparó la rumorología. Nada más lejos de la realidad. Pedro Sánchez deja claro en su segundo libro que su implicación fue «de forma desinteresada, por sus convicciones y por España». El presidente del Gobierno reconoce que la intervención de su predecesor fue «decisiva» para mantenerse en La Moncloa, pero rechaza que le consultara la posibilidad de adelantar los comicios.

Sánchez revela en las páginas de Tierra firme (Editorial Península) cómo se fraguó la participación de Rodríguez Zapatero en la campaña. El expresidente del Gobierno le llamó por teléfono en los inicios de la precampaña. No era algo nuevo, ya que durante toda la legislatura «se había mostrado muy identificado con las políticas que estábamos llevando a cabo». El candidato del PSOE reconoce que su predecesor ha ayudado al Gobierno de coalición «en discrepancias no menores, como la ley del solo sí es sí».

«En aquellos días me dijo que quería salir a la palestra, participar en los medios y en los mítines, tener un papel activo en la campaña para contribuir a una victoria del PSOE, que juzgaba necesaria para España y merecida por el Gobierno», afirma Sánchez en el tercer capítulo de su nuevo libro, que salió a la venta este lunes. El presidente reconoce que valoró mucho su gesto, pero que en ningún momento se coordinaron para lanzar mensajes ni aparecer. Eso sí, «su papel fue decisivo».

Sánchez y el ánimo socialista

La primera entrevista radiofónica de Rodríguez Zapatero, que fue presidente entre 2004 y 2011, levantó el ánimo de la parroquia socialista. El exdirigente presumió ante el periodista Carlos Herrera de haber acabado con ETA: «En la historia va a constar así. No pasó con el Gobierno de Aznar ni con otros. Lo reivindico, sí, y me siento extraordinariamente orgulloso». Sánchez sostiene que esa intervención «puso el dedo en la llega denunciando la ignominiosa utilización electoral del terrorismo».

«Nadie podía plantar cara a esa manipulación con más autoridad moral que él: fue bajo un Gobierno socialista, el suyo, cuando ETA anunció el cese de la violencia. Sus palabras despertaron el orgullo socialista», insiste Sánchez. El presidente denuncia en su segundo libro que la derecha utilice el terrorismo para atacarle. Señala al PP por haberse contagiado «de las estrategias disruptivas» de Vox y afea el que en su opinión es el eslogan «más ignominioso que se ha visto en política», el de «que te vote Txapote», del que asegura que ha dividido a las propias víctimas.

Sánchez manifiesta en su último libro que todas las intervenciones de Rodríguez Zapatero resultaron «enormemente valiosas». E insiste: «En algunas desplegó un encomiable sentido del humor». La implicación de su predecesor fue tal que le llegaron a preguntar si iba a nombrarle ministro. El presidente deja abierta la respuesta, no despeja la duda de si llegó a ofrecerle una cartera, pero afirma que su implicación fue desinteresada.

«Dio un ejemplo de compromiso con el país y con nuestras siglas. Sé bien hasta qué punto numerosos militantes y votantes lo agradecen», expone Sánchez. Las buenas palabras sobre Rodríguez Zapatero contrastan con la ausencia de otro referente del socialismo, el expresidente Felipe González. Sánchez apenas le dedica unas líneas al recordar que le conoció cuando le nombraron secretario general del partido y que ha hablado con él en algunas ocasiones aunque, «siempre menos de lo que me gustaría».

El exdirigente sevillano, que permaneció en La Moncloa durante 13 años, se ha manifestado muy crítico con Sánchez en diversas cuestiones. Incluso ha llegado a afear públicamente su decisión de aprobar una ley de amnistía para favorecer a los independentistas catalanes. González ha pedido que vuelva a convocar elecciones para que los ciudadanos decidan si aprueban esa fórmula.