Las feministas piden a Ayuso que cree una unidad médica para 'trans' arrepentidos

Las feministas clásicas, aglutinadas en la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, han pedido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que cree Unidades de Atención para las personas que destransicionan, argumentando que «su número irá en aumento», en las que reciban «el apoyo y los cuidados que necesitan». Esta petición se enmarca dentro del debate que existe en la región en torno a la reforma de la ley trans autonómica.

Las feministas contrarias a la teoría queer, que es la que preconiza la «autodeterminación de género», han salido en defensa de la modificación de la norma, aunque piden que la presidenta madrileña vaya más allá en algunos puntos. «Las modificaciones son un paso positivo que introduce el principio de prudencia a la hora de tratar la disforia de género en menores», arguye la alianza, que, sin embargo, exige a Díaz Ayuso que sea más ambiciosa, pese a las presiones que ha sufrido en las últimas semanas por parte del colectivo LGTBI.

En concreto, plantean que «aproveche su reforma para establecer la creación de unidades de apoyo a las necesidades médicas y psicológicas específicas de las personas que destransicionan, dado que actualmente no existe un modelo de atención para ellas», cuando «merecen el mismo nivel de atención sanitaria que recibieron cuando se identificaron como trans e iniciaron la transición médica».

Estos casos son, a juicio de las feministas, «cada vez más frecuentes dada la implosión de adolescentes, especialmente chicas, que se autodiagnostican como trans como consecuencia del contagio social». Para más inri, denuncian que las destransicionadoras «quedan en el más absoluto desamparado, desatendida su salud física y psicológica y expuestas a los ataques y estigmatización social que promueve contra ellas el activismo transgenerista».

Batería de medidas

La Alianza Contra el Borrado de las Mujeres no sólo solicita la creación de Unidades de Atención para las personas que destransicionan, en las que reciban el apoyo y los cuidados que necesitan, también piden «ampliar los indicadores de los registros estadísticos y a hacer publicas las informaciones sobre las características de edad, sexo, perfiles sociales, económicos, educativos y todos los datos relevantes que ayuden a un mayor conocimiento sobre esta problemática».

«Animamos a establecer una batería de indicadores específicos sobre las personas detransicionadoreas, dado que no hay cifras oficiales y no existe un seguimiento riguroso, porque en ocasiones estas personas simplemente abandonan el tratamiento con estrógenos o testosterona sin comunicarlo a la clínica que suministra las recetas», explican las feministas clásicas, que zanjan: «Estos casos deben contabilizarse al igual que aquellos arrepentimientos que no van acompañados de la interrupción de las terapias hormonales».

Las feministas, con Ayuso

Las feministas clásicas están contentas con las otras reformas de la ley trans autonómica impulsadas por Isabel Díaz Ayuso. En concreto, consideran que «son un paso positivo que introduce el principio de prudencia a la hora de tratar la disforia de género en menores y permitirán que profesionales cualificados realicen un acompañamiento que evite decisiones en base al autodiagnóstico del menor o valoraciones que ignoran la existencia de otras problemáticas que nada tienen que ver con la transexualidad», tales como «los trastornos del espectro autista, entre otras, señaladas por numerosas investigaciones».

En este sentido, cada vez son más las voces autorizadas que alertan de que se está produciendo un «contagio social» facilitado a posteriori por las terapias afirmativas. Esto se suma a numerosas investigaciones que apuntan a que el perfil de quienes demandan hoy hacer la transición médico-quirúrgica ha cambiado, y ya son en su mayoría chicas adolescentes. Esto permite afirmar, a juicio de la alianza, que «las cifras de destransiciones irán en aumento».

El contagio social

El «contagio social» es ya una realidad en España. Entre 2017 y 2021, en cinco años, un mínimo de 20.755 personas fueron atendidas por las unidades especializadas en el tratamiento de la identidad de género que existen en trece regiones. Y eso que hace tan sólo un lustro se estimaba que habría un máximo de 10.000 trans en nuestro país. Así se extrae del informe publicado el año pasado por Confluencia Movimiento Feminista: Las leyes trans y el modelo afirmativo en España.

Los datos que anidan en el estudio revelan un aumento exponencial del número de personas trans en todas las regiones. En la Comunidad Valenciana, el número de personas atendidas ha crecido más del 10.000% entre 2016 y 2021. En Cataluña, el crecimiento es del 7.000% entre 2012 y 2021, tal y como adelantó THE OBJECTIVE. También de un año a otro, en Madrid, las primeras visitas al Hospital Ramón y Cajal se duplicaron entre 2021 y 2022, llegando a más de 800 entre enero y julio.

El análisis también muestra de forma clara y general que este aumento tiene un perfil muy concreto: mujeres en edad de 14 a 25 años. Ante esta realidad, las feministas piden que se creen Unidas de Atención para quienes se arrepientan.