El próximo alcalde de Pamplona dejó de condenar a ETA cuando entró en Bildu
Joseba Asiron firmó un manifiesto por el asesinato de Tomás Caballero del que luego renegó: «Pues no me acuerdo»
El futuro alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, es uno de los perfiles más aseados dentro de EH Bildu, pero eso no implica que su historial esté exento de manchas. El historiador y profesor de ikastola firmó un manifiesto condenando a ETA en 1998, con motivo del asesinato del concejal de UPN Tomás Caballero. Sin embargo, tan pronto como ingresó en las filas de la coalición abertzale dejó de hacerlo, tal y como atestigua la hemeroteca.
El 18 de mayo de 2015, ya como alcaldable de Bildu, concedió una entrevista a Diario de Navarra en la que respondía con un «pues no me acuerdo» al periodista que le recordaba que en 1998 firmó un manifiesto condenando el asesinato del concejal de UPN a manos de la banda terrorista, y exigiendo que se abandonara la lucha armada. «No recuerdo en qué contexto fue», insistió Asiron, que reconoció que ya no usa la palabra «condena» porque no le gusta «esa dinámica de condenas».
«En cualquier caso, por sistema, estoy en contra de cualquier tipo de violencia, y violencia hay en muchas situaciones. Si en algún momento me posicioné en contra de la muerte de una persona, no ha sido en contra de una sola, sino en contra de muchas. Creo que se ha hecho un proceso de reflexión y de autocrítica más que suficiente, y lo espero también por parte del Estado», divagó el alcaldable con circunloquios para contentar así al electorado de extrema izquierda abertzale.
Unas palabras que chocan con aquellas a las que se adhirió a finales del siglo XX. Él fue una de las 134 personalidades de la cultura vasca y navarra que firmaron un comunicado que decía lo siguiente: «Nosotros, euskaldunes navarros en el umbral del siglo XXI, ante el criminal atentado cometido en Pamplona, queremos manifestar nuestra más firme y total condena del injustificable asesinato de Tomás Caballero». Dicho texto estaba refrendado por profesores, escritores, músicos, gente del teatro, bertsolaris o periodistas del País Vasco y Navarra.
«Es evidente el daño que esos procedimientos infligen a la convivencia, el dolor que producen en la sociedad y las secuelas de dolor e indignación que llevan aparejados», decía también el texto, que aunaba a perfiles de distintas ideologías.
Pero este posicionamiento cambió cuando el profesor de la Ikastola San Fermín (escuela privada de enseñanza en euskera) dio el salto a la política. Durante su etapa como alcalde de Pamplona, entre 2015 y 2019, sin el apoyo del PSN, usó la fórmula de «todas las víctimas» para referirse al terrorismo de ETA y al Estado español, retiró del Ayuntamiento la foto del Rey emérito, defendió la oficialidad del euskera en Navarra y se mostró ambiguo sobre el debate de la tauromaquia, un asunto capital en Pamplona con los Sanfermines, que ahora quiere «despolitizar».
Pacto sin condena
En este sentido, el acuerdo suscrito con el PSN para retomar la Alcaldía de Pamplona no incluye la palabra condena. Habla, eso sí, de trabajar «para generar un clima político de entendimiento que mire al futuro, sin olvidar el pasado, desde la convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las víctimas generadas por la violencia de ETA, evitando en todo momento que se puedan generar situaciones de humillación, así como manteniendo en buen estado los elementos de recuerdo y homenaje a las víctimas del terrorismo».
Tampoco incluye la palabra terrorista. Y, sin embargo, socialistas y abertzales se comprometen a la «memoria, justicia y reparación» de las «víctimas generadas por la violencia de ETA». No recoge una condena a la banda terrorista, lo que era el principal motivo que ha esgrimido estos años el Partido Socialista para no llegar a determinados pactos con Bildu como el de facilitarle la alcaldía de Pamplona. Ambos se comprometen a desarrollar la ley de «víctimas de motivación política».