PSOE y Bildu pactaron Pamplona tras el 28-M, pero los socialistas pidieron esperar un tiempo
El pacto «se venía fraguando desde hace tiempo», en clave «estrictamente local» y no nacional
La entrega del Ayuntamiento de Pamplona a EH Bildu por parte del Partido Socialista de Navarra (PSN) se pactó tras las elecciones municipales y autonómicas del 28-M, pero se retrasó por la convocatoria de elecciones generales que Pedro Sánchez hizo al día siguiente. Según confirman fuentes de ambas formaciones a THE OBJECTIVE, el pacto «se venía fraguando desde hace tiempo», en clave «estrictamente local» y no nacional, aunque al mismo tiempo en Bildu admiten que el PSOE pidió retrasarlo: «No querían entonces porque había generales en julio» y temían el coste que la cesión de la codiciada «perla de Navarra» pudiera tener en la expectativa de voto socialista.
Desde la formación abertzale aseguran que «había que elegir el momento, hacerlo a su tiempo», tras conocer el resultado de las urnas a finales de julio y «sin las prisas, como hizo el PP en Valencia», haciéndose con el Ayuntamiento de Valencia, gracias a un pacto con Vox antes del 23-J que provocó un boquete electoral en las perspectivas populares.
«Estaba cantado»
Tanto el PSOE como Bildu defienden que este pacto «estaba cantado» y se extrañan de la impostada sorpresa del PP, Vox y UPN: «No sé de qué se echan las manos a la cabeza… Todo el mundo sabía que esto iba a pasar» y, según ambas formaciones, no guarda relación alguna con la investidura, ni de Pedro Sánchez, ni de María Chivite. «Desde allí se ve de otra manera, como un acuerdo mucho más municipal», sostienen estas fuentes. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, copartícipe del acuerdo en la medida en que Geroa Bai participa del acuerdo para desalojar a la alcaldesa, Cristina Ibarrola, ha deslizado el pacto oculto suspendido hasta después de las generales.
«Esto iba a pasar y tenía que pasar. La alcaldesa no ha conseguido ni siquiera presentar un borrador de presupuestos. Es ingobernable, una situación de absoluta inacción. Lo natural es que hubiera habido otra elección de alcalde», como en otras ciudades tras el 28-M. «Bueno, había otras elecciones y habría que preguntarle al PSOE más que a nosotros…», insinuó el portavoz jetzale con una amplia sonrisa.
Esteban dijo no estar preocupado porque este acercamiento de PSOE y Bildu pueda traducirse en un pacto con los abertzales en el País Vasco tras las elecciones autonómicas de principios del 2024. «Fíjese qué temor tengo», ironizó Esteban a sabiendas de que PSOE y PNV tienen un compromiso de revalidar su acuerdo, aunque Bildu gane las elecciones, como adelantó THE OBJECTIVE.
Reunión de Aizupurua con Cerdán y Montero
Aproximadamente a la misma hora en la que hablaba Esteban en los pasillos del Congreso, la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, salía del Hemiciclo en dirección al área de gobierno del Congreso de los Diputados, donde entraba con normalidad. Según fuentes parlamentarias, Aizpurua entró «como Pedro por su casa, con descaro y obscenidad» a una zona reservada sólo a ministros y asesores del Ejecutivo, y donde mantuvo una reunión con la vicepresidenta cuarta del Gobierno, María Jesús Montero, y el secretario de organización del PSOE, el navarro Santos Cerdán.
Ambas partes alegaron que el encuentro se enmarcó en la negociación de presupuestos. Sin embargo, el Gobierno todavía no ha aprobado el anteproyecto de Ley de Presupuestos, ni siquiera los ha presentado en el Congreso, ni el techo de gasto y la senda de estabilidad, y mucho menos ha empezado a negociar con sus socios sobre el cuerpo de una ley que no existe. De hecho, Bildu fue el único grupo parlamentario a quien se le vio desfilar hacia el interior de las dependencias gubernamentales del Ejecutivo. Tanto PSOE como Bildu negaron que se hablara del Ayuntamiento de Pamplona, del que se desvincularon totalmente.
El «detonante» de los presupuestos
Coincidieron también sus versiones en que el momento elegido para consumar la presentación de una moción de censura tiene en los presupuestos del consistorio el principal «detonante». Concretamente, según desvelan fuentes de UPN a THE OBJECTIVE, el pasado lunes se celebró una junta de portavoces en el ayuntamiento y allí la propia alcaldesa desveló que no presentaría el borrador de Presupuestos hasta el mes de enero, a la vuelta de las vacaciones navideñas. Fue entonces cuando PSN, Bildu y Geroa Bai activaron la maquinaria. Este jueves estaba previsto un pleno en el consistorio a las 17.00 horas que ha sido suspendido.
El PSOE sostiene que la decisión «surge de la ciudad», no de las cúpulas nacionales ni autonómicas de los partidos implicados, porque «el ayuntamiento es un desastre. Llevan tres años sin presupuestos. Los últimos lograron aprobarlos porque el PSN fue responsable en pandemia. Si no, llevarían más todavía. La alcaldesa tiene nueve concejales de 27, no habla con nadie, ni con el PP». Pero tanto la formación abertzale como otros portavoces del PSOE parecían desmentir la entidad local de este acuerdo. En la sesión de control al Gobierno, el ministro de Transportes, Óscar Puente, destapó sus preferencias al asegurar : «Yo le digo sin ningún complejo, ninguno, en que un partido progresista y democrático de este país se haga con una alcaldía de una capital de provincia.(…) En pocos días, habrá en España otra alcaldía más progresista en nuestro país y una menos de derechas».
La salida repentina de Elma Saiz
La clave ideológica del eje izquierda vs. derecha fue también aireada por el aludido partido «progresista» en los pasillos del Congreso. «Esto es un tema de ideologías, de izquierda y derecha… Luego está lo demás. Nosotros somos un partido de izquierdas», lo cual supone que hay que «naturalizar» la relación entre ambos partidos, cuyos rivales ideológicos están en la otra acera política. Desde EH Bildu también deslizan la importancia de que la nueva ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, excandidata del PSN al ayuntamiento de Pamplona, haya abandonado su tierra para integrarse en el Consejo de Ministros. «Es clave la salida de Elma. Ella se presentó prometiendo que no apoyaría a Bildu ni a UPN», con lo cual interpreta el socio del Ejecutivo que Elma Saiz fue fichada como ministra para buscarle una salida y porque su posición en Pamplona quedaba en entredicho.