Puigdemont declara la guerra a Reynders para que no lidere el Consejo de Europa
Junts investiga el pasado del comisario europeo para desacreditarle ante el temor de que torpedee la amnistía
El expresidente de la Generalidad y ahora diputado europeo, Carles Puigdemont, quiere impedir que el comisario europeo Didier Reynders logre hacerse con la secretaría general del Consejo de Europa. Puigdemont y su partido, Junts per Catalunya, han lanzado una campaña a través de sus terminales políticas y mediáticas para que el actual comisario europeo de Justicia no se haga con el control de este organismo internacional. Del Consejo de Europa depende el grupo de expertos jurídicos de la Comisión de Venecia, que podría manifestarse en contra de la amnistía que Pedro Sánchez está elaborando, para evitar que Puigdemont y otros promotores del procés tengan que sentarse ante los jueces españoles.
Reynders es considerado en el entorno de Puigdemont como uno de los principales enemigos europeos para sus intereses políticos y personales. El comisario de Justicia anunció el pasado mes de noviembre su interés por analizar el texto de la amnistía de Sánchez. «Tenemos preguntas sobre la amnistía», declaró por después de reunirse con el ministro Félix Bolaños quien, en cambio, aseguró que la Comisión Europea no manifiesta preocupaciones sobre el nuevo texto legislativo que el Gobierno aspira a presentar en el Congreso en las próximas semanas.
El comisario europeo de Justicia es, de los integrantes del gobierno de Ursula von der Leyen, quien más ha manifestado su preocupación e interés por lo que ocurre en Cataluña. Después del expresidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, Reynders se ha convertido en algo parecido al enemigo número uno de Puigdemont y su círculo, donde temen que pueda torpedear la amnistía, aunque su mandato terminará, según todo pronóstico, a partir de la formación de la nueva Comisión (prevista para noviembre) tras las elecciones europeas de junio.
Comisión de Venecia
El problema para los nacionalistas, y posiblemente también para el PSOE, es que después de ejercer de comisario de Justicia, Reynders acabe liderando el Consejo de Europa. Este organismo intergubernamental no forma parte de las instituciones comunitarias, pero goza de prestigio e influencia en ellas. Sobre todo, por su trabajo de vigilancia activa del cumplimiento de los principios fundaciones del club europeo entre los estados miembros. Una de sus principales funciones atañe al análisis de las cuestiones jurídicas a través de su comité de expertos de la Comisión de Venecia, así como del cumplimiento de los derechos humanos.
Esta comisión de expertos ya se pronunció de forma crítica sobra las maniobras de Puigdemont durante el procés, que acabaron con la celebración de un referéndum ilegal y la proclamación de una declaración unilateral de independencia. Cuando la justicia española se activó, Puigdemont se fugó a Bruselas. Pero la Comisión de Venecia volverá en escena ahora con la amnistía. En diciembre, los juristas de dicha comisión aceptaron la petición del Senado de analizar el texto de la amnistía de Sánchez para aclarar si respeta el Estado de derecho.
La Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa, formada por representantes de los 46 países miembros (entre ellos los 27 de la UE), celebrará una votación para nombrar a su nuevo secretario general en julio, para que su mandato empiece a partir de octubre, por un periodo de cinco años. En 2019, Reynders ya aspiró a ese cargo, que finalmente obtuvo la croata Marija Buric. El exministro estonio, Indrek Saar, y el expresidente suizo, Alain Berset, se medirán con Ryenders para liderar el organismo.
Investigación sobre el pasado de Reynders
Los de Puigdemont están difundiendo a nivel comunitario la tesis de que Reynders no cumple con criterios de independencia para el cargo. Recuerdan que como comisario europeo se reunió con la entidad Sociedad Civil Catalana, mientras que, según sostienen, rechazó hacerlo con Junts per Catalunya y la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Critican su presunta cercanía política al Partido Popular y Ciudadanos, y le califican de «comisario polémico».
Los afines a Puigdemont están también indagando el pasado político de Reynders para deslegitimar su candidatura, desde encuentros con príncipes saudíe, la acusación sobre sobornos en la construcción de la embajada belga en Congo (asunto que estudió la justicia belga pero que acabó archivado), y las críticas de unas ONG por un disfraz durante una marcha que califican de racista.
Estas maniobras tienen el objetivo de desacreditar a Reynders como figura suficientemente súper partes y de prestigio para el cargo de secretario general del Consejo de Europa. Y de ahí intentar influir en la votación que mantendrá la asamblea del organismo, donde cada estado participa entre los 306 parlamentarios. El secretario general es el responsable de la planificación estratégica, de la orientación del programa de actividades y del presupuesto del Consejo. Además de la secretaria, el Consejo tiene un comité integrado por los ministros de Asuntos Exteriores de cada Estado miembro o de sus representantes diplomáticos permanentes en Estrasburgo. Y la asamblea también nombra al Comisario de Derechos Humanos y a los jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, tal vez el foro más prestigioso adscrito al organismo.