Dos abertzales 'okupan' un local parroquial en Zestoa y el alcalde insta a la Iglesia a cederlo
El Partido Popular condena las «coacciones» de la Gazte Asanblada de Zestoa y defiende el derecho a la propiedad privada
El pasado mes de febrero, un grupo de jóvenes abertzales -del grupo Gazte Koordinadora Sozialista (GKS)– de la localidad de Zestoa (Guipúzcoa) ocuparon un local de la Iglesia para convertirlo en un ‘gaztetxe’. Con el objetivo de recuperar su propiedad, la Diócesis de Gipuzkoa presentó una denuncia de desalojo, cuyo juicio estaba fechado para el 23 de enero (ayer). Además, los dos jóvenes fueron acusados de un delito de usurpación.
La reacción de este grupúsculo de ideología comunista se produjo el pasado domingo, cuando siete personas irrumpieron en la parroquia de Zestoa mientras se celebraba la Santa Misa con los rostros ocultos tras caretas blancas y vestidos con buzos blancos. Allí, desplegaron una pancarta en la que acusaban a la Iglesia de avariciosa «diruzale» y especuladora «espekulatzaile». Los intrusos llegaron hasta el altar sorprendiendo a las decenas de fieles que asistían atónitos a la acción. También arrojaron billetes de euros falsos.
Ahora, el alcalde de la localidad, Mikel Arregi (EH Bildu), se ha erigido como ‘mediador’ para solucionar el conflicto criticando el «error inadmisible» de los jóvenes que acudieron a la parroquia el pasado domingo pero instando a la Iglesia a cederles el local: «La Iglesia ha acumulado bienes que deberían ser de dominio público», ha sentenciado insinuando que su objetivo es que el ‘gaztetxe’ pase a ser gestionado por Bildu como local juvenil.
El PP condena las «coacciones»
La presidenta del Partido Popular de Gipuzkoa, Muriel Larrea, ha expresado su «rechazo y condena más rotunda» ante las «coacciones» con las que Gazte Asanblada de Zestoa trata de «intimidar» a la Diócesis de Gipuzkoa y a la propia sociedad para «apropiarse de un local que no les pertenece». En esa línea, ha reclamado a EH Bildu un pronunciamiento público ante estos hechos y se ha preguntado si «entrar en iglesias con capuchas responde a los nuevos tiempos».
Larrea ha manifestado en un comunicado estar «muy preocupada ante estos brotes de intimidación y coacción con los que un determinado sector de la izquierda abertzale insiste en promover ante una sociedad que trata de recuperarse de estos métodos que tanto dolor, sufrimiento y miedo impregnaron en un pasado no tan lejano al conjunto del país».
Por ello, la dirigente popular ha reclamado a «quienes definen el presente de nuestra sociedad como un nuevo tiempo» a que condenen «estos métodos y actos de intimidación, que no tienen encaje en una sociedad normalizada»: «Una sociedad moderna y avanzada, como queremos que sea Euskadi, alberga cauces de expresión democráticas contrapuestas al hecho de que una serie de encapuchados irrumpan en un acto religioso, lo boicoteen y desplieguen consignas, pintadas, candados o silicona, tal y como este movimiento ha hecho en los últimos días», ha resaltado Larrea.
Tras remarcar que «el diálogo y la negociación están muy lejos de la intimidación y la coacción», la presidenta de los populares guipuzcoanos ha defendido a la Diócesis de Gipuzkoa en la gestión de su patrimonio privado frente al intento de «okupar» sus propiedades.
«Las instituciones, y nosotros como representantes públicos, tenemos la obligación de defender el derecho a la propiedad privada, que en el fondo es la base de nuestro ordenamiento jurídico, económico y social», ha concluido.