Víctimas del franquismo piden a Ayuso un homenaje en Sol tras su visita a Auschwitz
La ARMH reclama una placa en la Real Casa de Correos, donde fueron torturados muchos opositores a la dictadura
Las víctimas del franquismo lanzan un órdago a Isabel Díaz Ayuso. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha aprovechado su visita a Auschwitz para pedirle que coloque una placa en la Real Casa de Correos, el edificio de la Puerta de Sol que hace las veces de sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid. La intención es homenajear a los miles de opositores detenidos y torturados en la Dirección General de Seguridad durante la dictadura. La organización ha registrado una solicitud ante la Consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local en la que recuerda una demanda histórica de quienes padecieron el terror.
«Quienes redactaron la declaración de derechos humanos incluyeron la palabra universal porque eran conscientes de que su universalidad era uno de sus valores principales. Por eso consideramos que es una buena ocasión para recordarle (a Ayuso) que esa universalidad sirve para Auschwitz o para el edificio de la presidencia de la Comunidad de Madrid, que durante el franquismo fue la sede de la Dirección General de Seguridad», esgrime el texto al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
La ARMH recuerda que tras la visita de Ayuso al campo de concentración y exterminio de Auschwitz, donde murieron más de un millón de personas (el 90%, judíos), la presidenta madrileña escribió en su perfil de X (antes Twitter) que «no hace tanto ni tan lejos se cometieron los más graves delitos contra la humanidad. No olvidar para no repetir». Le piden que tenga en cuenta esas palabras y homenajee a las víctimas del franquismo en el edificio que ocupan los presidentes regionales desde 1983.
El anuncio de Ayuso
«En sus sótanos fueron torturadas miles de personas: estudiantes, militantes de partidos clandestinos, homosexuales y disidentes políticos y morales. Además de ser detenidos ilegalmente eran sometidos a torturas y maltratos que les causaron lesiones físicas y psicológicas, en algunos casos de extrema gravedad. Las personas que luchaban por el regreso de las libertades y la celebración de elecciones democráticas fueron recluidas y atormentadas por la policía franquista en ese lugar», subraya la organización, pionera en la exhumación de fosas de represaliados en la Guerra Civil.
La ARMH considera que el sufrimiento de todas esas personas debe servirle a la sociedad «para recordar el daño y el terror que causó la dictadura tras su conquista violenta del poder, su negación a celebrar elecciones democráticas, sin que nada ni nadie se lo impidiera, y su persecución a quienes no compartían su ideario». La asociación pide que se deje de «ocultar la historia» y se coloque una placa en la fachada de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Ayuso anunció el pasado lunes en Cracovia (Polonia) la creación del Museo Hispano Judío de Madrid. El objetivo de esta iniciativa es crear un espacio que convierta a la región en «un icono de multiculturalidad y un atractivo turístico de carácter internacional». La galería estará ubicada en la céntrica calle Castelló, en la antigua subestación eléctrica de Metro, obra del arquitecto Antonio Palacios. La compañía metropolitana adjudicó el inmueble en régimen de alquiler por un periodo de 30 años, por lo que recibirá casi 20 millones de euros.
El proyecto no es nuevo. El Ayuntamiento de la capital anunció hace años contactos con la misma entidad para la cesión de un edificio municipal en el Paseo del Prado, pero se truncó. Las víctimas del franquismo consideran una contrariedad que exista un Museo Hispano Judío y que no sea posible homenajear con una placa a quienes padecieron la dictadura.
«Oportunismo político»
Emilio Silva, presidente de la ARMH, subraya que si el viaje de Ayuso a Auschwitz «no fue simplemente oportunismo político», la presidenta regional «tiene el deber moral de reconocer a las víctimas del franquismo y decir desde su despacho que no hace tanto ni tan lejos se cometieron los más graves delitos contra la humanidad en el mismo edificio en el que ella ejerce sus funciones, porque la primera victoria del nazismo en Europa fue que Hitler ayudase a Franco a conquistar violentamente el poder».
La demandas para colocar un rótulo en la Puerta del Sol en memoria de los torturados no es nueva. La Asamblea de Madrid rechazó la propuesta en 2016 con los votos en contra de PP y Ciudadanos. Cada 15 días, cientos de personas se concentran ante la Real Casa de Correos para exigir un reconocimiento. En algunas ocasiones incluso han colocado carteles emulando una placa, pero las autoridades los retiran inmediatamente.
Acabada la Guerra Civil, la Policía Militar del Ejército del Centro asumió la tarea de mantener el orden público en la capital. Para ello estableció una red de cárceles: 16 estaban destinadas a hombres y otras cinco a mujeres. La mayoría de los inmuebles aún continúan en pie, entre ellos la sede la presidencia de la Comunidad de Madrid. El historiador Antonio Ortiz ubicó los centros en un mapa y advirtió que ninguno estaba señalizado como antigua cárcel de la dictadura. Los denominó «lugares de olvido».
Durante años, organizaciones memorialistas y numerosos artistas han intentado corregirlo lanzando proyectos para reivindicar la memoria. Entre ellos, la estadounidense Ann Burke Daly, que con Media vida: una ciencia forense a simple vista, trató de visibilizar esos lugares. Lo hacía mediante una técnica de desintegración de imágenes de las fachadas de esos inmuebles que luego reagrupa. Su proyecto ha sido expuesto en diferentes museos, tanto españoles como de Estados Unidos.