El número dos de Rocío Monasterio abandona Vox para volver a la empresa privada

Continúa el éxodo de talento en Vox. El número dos en la Comunidad de Madrid, y mano derecha de Rocío Monasterio, José Luis Ruiz Bartolomé, abandona el partido para volver a la empresa privada, según ha confirmado el interfecto en la red social X. Su marcha se suma a la interminable lista de dirigentes que se han dado de baja en los últimos meses, entre los que se incluye Iván Espinosa de los Monteros, y que es especialmente larga en esta región.

«Concibo la vocación de servicio público de ida y vuelta. Mi viaje en la Asamblea de Madrid termina y vuelvo al sector privado, donde defenderé los mismos principios», se ha despedido Ruiz Bartolomé. El partido, por otro lado, no se ha pronunciado. Se prevé que la propia Rocío Monasterio explique esta circunstancia en la rueda de prensa que dará a las 11.30 horas en la Cámara de Vallecas.

Su salida se produce tan sólo siete meses después de recoger su acta como diputado, cargo que ha ostentado en los últimos cinco años después de una larga carrera en el sector inmobiliario, al que ahora se reincorpora. Tampoco pasa desapercibido que haya elegido este jueves para anunciar su decisión, ya que el sábado se celebra la Asamblea General Extraordinaria que ratificará a Santiago Abascal como presidente de Vox hasta, al menos, 2028.

De este modo, se suma al goteo de salidas que, de un tiempo a esta parte, se produce dentro del partido, que niega cualquier crisis, pese a que hay voces internas que critican la progresiva «bunkerización» de la dirección nacional. El proyecto en Madrid, concretamente, también ha sufrido numerosas deserciones, como las de Jaime de Berenguer, Gádor Joya o Alicia Rubio, que en este caso se tiraron del barco antes de los comicios autonómicos.

Ahora todas las miradas se dirigen a Rocío Monasterio, condenada a la irrelevancia. La líder de Vox Madrid, también portavoz en la Asamblea, no ha sido escogida por Santiago Abascal para componer el nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Este medio adelantó la voluntad de la cúpula de «dejarla morir» sin necesidad de desplazarla. Cada vez son más las voces que apuntan a que esta termine tomando la misma dirección que Espinosa de los Monteros, su marido, o Ruiz Bartolomé, su mano derecha. Y es que cada vez está más sola.