Exteriores revela que los salvadoreños son los más satisfechos con su democracia
Una fundación vinculada al Gobierno admite que El Salvador tiene los ciudadanos más contentos de toda Iberoamérica
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, durante la Comisión de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, en el Congreso de los Diputados, el 29 de enero de 2024, en Madrid. | EP
La contundente victoria de Nayib Bukele en las elecciones de El Salvador, con más del 80% de los votos, no ha gustado a la izquierda mediática española, que lo ha tildado de «dictador», con el correspondiente reproche del líder salvadoreño. Sin embargo, el Gobierno de España, a través del Ministerio de Exteriores, maneja un informe que evidencia que es el país de América Latina con un mayor grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia entre sus ciudadanos: 3.01 sobre 4 (siendo 1 nada satisfecho y 4 muy satisfecho).
El dato anida en el estudio La inseguridad ciudadana y los riesgos para la democracia en América Latina publicado este lunes por la Fundación Carolina, que comparte sede con José Manuel Albares, y elaborado por José Antonio Sanahuja y Andrea Mila-Maldonado. Este evidencia que los salvadoreños son los más entusiastas con la calidad de su democracia (3,01), muy por encima de los ciudadanos de Uruguay (2,73), Costa Rica (2,47), República Dominicana (2,34) o Argentina (2,26).
En la cola de este índice se encuentran, precisamente, aquellos países latinoamericanos que han implantado políticas socialistas, tales como Venezuela (1,84), Paraguay (1,80), Ecuador (1,70) y Perú (1,69). Este último está dirigido desde diciembre de 2022 por Dina Boluarte, la comunista que sucedió a Pedro Castillo como consecuencia del intento de autogolpe del expresidente al que servía, pero que careció de los apoyos suficientes para llevarse a término.
«Mano dura»
Pese a que los datos de satisfacción que se extraen del último Latinobarómetro dejan en muy buen lugar a Nayib Bukele, la lectura que hacen los analistas contratados por la fundación dependiente de Exteriores es bastante negativo. En primer lugar, alertan de que «América Latina experimenta uno de los momentos más complejos de su historia reciente en términos de descontento y desafección ciudadana hacia la democracia», y en relación con ello, «varios de sus países han visto aumentar los índices de violencia y homicidios, y hay mayor presencia del crimen organizado, con hechos de violencia sin precedentes».
«Sin posibilidad de dar respuesta a corto o medio plazo a los problemas estructurales de desigualdad y debilidad institucional, preocupa que líderes, partidos políticos y gobiernos recurran a políticas ‘de mano dura’, con discursos y prácticas punitivistas, caracterizadas por la espectacularidad, que tienen un fuerte impacto mediático, encuentran altos índices de aprobación de la ciudanía y generan fáciles réditos electorales», sostienen en obvia referencia a Bukele, que ha triunfado electoralmente en el país salvadoreño con una política penitenciaria dura contra los pandilleros.
Conclusiones
A este respecto, la fundación vinculada al Gobierno señala que «no debe obviarse, por otro lado, que los problemas de violencia e inseguridad no se limitan a la delincuencia y el crimen organizado, y también comprende la violencia contra las mujeres, contra activistas, defensores/as de los derechos humanos y del territorio, y periodistas, aunque estas últimas no tengan la misma presencia en las preocupaciones de la ciudadanía».
«Este análisis revisa la correlación entre la inseguridad ciudadana, la insatisfacción de la ciudadanía latinoamericana con el funcionamiento de la democracia, y el apoyo a esta forma de gobierno. Como principal reflexión se concluye que solo el abordaje multisectorial y multidisciplinar permitirá la identificación y el diseño de políticas de seguridad democráticas enmarcadas en el Estado de derecho, sin las que no es posible pensar en la renovación del contrato social en América Latina», zanja el informe, que deja bien parado al Gobierno de El Salvador, recién reelegido.
