Ciudadanos oculta la dimisión de su tesorero mientras su hucha cae a los dos millones
El parlamentario vasco José Manuel Gil renunció a su puesto de secretario de Finanzas tras el último ERE
Adrián Vázquez y Jordi Cañas, secretario general y portavoz político de Ciudadanos. | Foto: Alberto Ortega (EP)
Ciudadanos oculta desde hace varias semanas la dimisión de su secretario de Finanzas, el parlamentario vasco José Manuel Gil, tras una serie de discrepancias con la dirección del partido, liderado por Adrián Vázquez, con los términos del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de finales de 2023 que afectó al 60% de su plantilla, según desvelan fuentes de la formación naranja a THE OBJECTIVE.
El coordinador nacional, Carlos Pérez-Nievas, ha asumido el mando de la tesorería en Ciudadanos, mientras que Gil ha salido del Comité Permanente una vez que su puesto ha quedado amortizado. El primero comunicó al Consejo General de finales de enero los cambios en este área.
El ERE de finales del año pasado supuso el despido de 23 de sus 39 empleados en la sede de Madrid junto con varios puestos que se extinguieron en sus delegaciones territoriales de Andalucía, Baleares, Murcia y Cantabria. En total, la cifra de afectados rondó la treintena.
La formación naranja negoció con un comité de empresa que se formó expresamente para este ERE. De inicio, el secretario de Finanzas puso sobre la mesa el pago de 25 días por año trabajado, mientras que los trabajadores exigieron llegar a los 33 días como ha ocurrido con despidos individuales que había habido a lo largo de 2023.
La disparidad de cifras generó incertidumbre y malestar entre los trabajadores, sobre todo porque el partido tenía en ese momento las cuentas saneadas y con una hucha suficiente para aplicar un ERE como el que se estaba negociando. Además, Pérez-Nievas había prometido a los empleados que la formación tendría un gesto con ellos por los años trabajados. Muchos de ellos entraron a trabajar en la sede nacional en la etapa de Albert Rivera.
Al final, la dirección nacional aceptó las pretensiones de los trabajadores e, incluso, en algunos casos se superó los 33 días por año trabajado, por lo que Gil se sintió desautorizado tras la negociación y decidió apartarse. Además, el parlamentario vasco destacaba por sus conocimientos en Recursos Humanos a la hora de elegir las personas que se tenían que quedar en la formación, y no tanto por la gestión económica.
Ciudadanos ha visto como su saneada hucha se ha reducido notablemente en el último año. En enero de 2023, cuando aún Inés Arrimadas estaba al frente de la formación naranja, el partido contaba con 11,1 millones en la caja para afrontar el ciclo electoral de municipales, autonómicas y generales tras haber cerrado el año 2022 con un superávit de 430.000 euros, si bien tras el revés del 28-M decidió no concurrir a los comicios adelantados del 23-J.
La cifra de 11.104.440 euros con la que Ciudadanos afrontó de inicio el 2023 era ligeramente inferior a la que hubo al cierre de 2021 (un total de 11,5 millones). Lejos quedaba el tope histórico de 2020 con 13,2 millones. Todo ello, sin deuda con los bancos tras haber devuelto los créditos que pidió para el ciclo electoral de 2019.
Sin embargo, en el último año se ha reducido la caja hasta los dos millones de euros, según admiten las citadas fuentes, ante la falta de ingresos que llegaban desde los grupos parlamentarios y la caída en la afiliación. «Ya solo quedamos los de sangre naranja», subraya un dirigente madrileño. Con ese montante, el partido centrista quiere afrontar los desafíos electorales en el Parlamento Europeo y Cataluña, los dos sitios donde aún conserva un número significativo de representantes parlamentarios.
