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Pulso entre Robles y su 'número tres' por la elección del nuevo jefe de la Sanidad militar

La subsecretaria propone al director del Gómez Ulla, pero la ministra prefiere al que dirige el Hospital de Zaragoza

Pulso entre Robles y su ‘número tres’ por la elección del nuevo jefe de la Sanidad militar

Margarita Robles y la subsecretaria de Defensa, Adoración Mateos (i), en su última visita al Gómez Ulla. | Foto: Flickr M.Defensa

La elección del nuevo inspector general de Sanidad Militar (Igesan) está provocando un pulso entre la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la subsecretaria de su departamento, Adoración Mateos, según coinciden varias fuentes militares consultadas por THE OBJECTIVE.

Este domingo pasa a retiro el actual Igesan, el general de división farmacéutico Juan José Sánchez Ramos, quien llegó a lo más alto de la Sanidad militar en abril de 2021 cuando aún no había remitido la polémica vacunación contra el coronavirus en enero de ese año. Aquel suceso provocó la dimisión del entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad)Miguel Ángel Villarroya.

Sánchez Ramos tuvo la despedida este jueves entre sus conmilitones de la Inspección General de la Sanidad Militar. Su cese aparecerá en el Boletín Oficial de Defensa (BOD) el próximo lunes y es muy posible que Robles lleve el nombramiento de su sucesor al Consejo de Ministros del martes. Además, la ministra tiene que cubrir la vacante que ha dejado el general Antonio Lobato al frente de la Sanidad militar del Ejército de Tierra, quien también acaba de pasar a retiro recientemente. Así que tiene que mover varias fichas.

El choque entre Robles y Mateos se debe a que la subsecretaria ha elevado «por escrito» su propuesta para el nuevo Igesan. En su opinión, el mejor preparado para suceder a Sánchez Ramos es el actual director del Hospital Militar Gómez Ulla, el general Francisco Javier Areta, a quien ha visitado en varias ocasiones en los últimos meses.

El director del hospital Gómez Ulla, el general Areta, habla ante Margarita Robles y altos mandos de Defensa.

Sin embargo, Robles tiene a otra persona en mente para dirigir la Sanidad militar: el general Juan Antonio Lara, actual director del hospital militar de Zaragoza y que, en palabras de la ministra, está haciendo «un trabajo espectacular» en el último año y medio con la atención a los heridos de guerra ucranianos. Por ello, las fuentes militares creen que la titular de Defensa se inclinará finalmente por Lara.

El criterio de la subsecretaria Mateos sobre Areta lo comparten la mayoría de altos mandos de la Sanidad militar, que destacan de él su formación como traumatólogo, el hecho de haber conseguido la «paz social» con los sindicatos del Gómez Ulla y que en menos de tres años tendría que dejar el nuevo puesto por pase a retiro.

Lara se formó en pediatría y ha centrado su progresión militar en Zaragoza. Su único lunar es que quedó el último de su promoción. Además, si asciende a general de división para dirigir el Igesan podrá estar cinco años en el cargo hasta su jubilación y cortaría el paso a los actuales generales de brigada y a los coroneles que asciendan durante el próximo año, de ahí que algunos de sus compañeros recelen de su posible nombramiento. Sin embargo, otros mandos ven «positivo» que pueda abrirse un largo período para acometer reformas ante la situación que vive la Sanidad militar.

La ministra de Defensa ya ha dado muestras durante sus casi seis años de mandato de no dejarse influir por las eventuales críticas internas. Precisamente, la elección de Sánchez Ramos hace tres años fue muy polémica ya que provenía del colectivo farmacéutico, que apenas cuenta con unos 70 miembros frente al millar de médicos y enfermeros militares que hay en esta rama de los Cuerpos Comunes.

La elección del entonces subdirector general de Apoyo y Ordenación Farmacéutica para dirigir la Inspección General de la Sanidad Militar fue histórica, al no haber precedentes de un farmacéutico al mando de la misma. En aquel momento se estaba aún en medio de una de las olas del coronavirus. «Con este cambio, queremos abrir una nueva etapa, con proyección de futuro, dando un impulso a la innovación, vinculada a la Farmacia Militar y al trabajo de la Sanidad Militar en el ámbito de la UE», justificó el Ministerio de Defensa en plena producción de vacunas contra la covid-19.

La etapa de Sánchez Ramos no ha sido buena, a juicio de varios generales consultados por este diario, quienes le achacan «falta de liderazgo». Tres años «perdidos» que obligan ahora a Robles a elegir con tino a su sucesor. Su elección fue una urgencia, ya que sustituyó a Antonio Ramón Conde Ortiz sin que este último hubiese cumplido dos años de inspector general. El inesperado cese de Conde Ortiz se debió a las 370 dosis suministradas al Estado Mayor de la Defensa (EMAD) al inicio de la vacunación y que salieron de este órgano encargado de coordinar la sanidad militar.

En marzo de 2021, Vozpópuli desveló la orden interna que el EMAD elaboró el 12 de enero de aquel año para sus centros de mando y que unos días después, el 23 de enero, le costó el cargo al máximo responsable de las Fuerzas Armadas, el general Villarroya. El dato más llamativo de la orden bendecida por el Jemad fue su fecha de elaboración: el 12 de enero. Fue un día antes de que la Subsecretaría del Ministerio de Defensa enviase una circular a todos los gabinetes de la cúpula de las Fuerzas Armadas con el protocolo de vacunación que debían seguir los estamentos militares.

Ello supuso que el general Villarroya no tuviese oficialmente las instrucciones para la vacunación cuando elaboró la suya del EMAD, pues su escrito era anterior al que redactó Defensa. De ahí que Robles indicase en el Congreso que el exJemad actuó por iniciativa propia, al tiempo que admitió a los diputados que éste se vacunó tras dictar una orden para la que no tenía competencias, un documento que elaboró sin que ella lo supiera y en la que establecía la vacunación de las citadas 370 personas, quedando el Jemad en primer lugar a la hora de poner el brazo para los pinchazos. Tampoco informó a la entonces subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, que estaba a cargo de la estrategia de vacunación dentro de las Fuerzas Armadas.

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