Malestar en las filas de ERC por haberse dejado «arrastrar» por la estrategia de Sánchez
Temen que el giro de Aragonès no sea creíble tras cuatro días de solidarizarse con el presidente del Gobierno
Después de que Pedro Sánchez anunciara su voluntad de continuar al frente del Gobierno, los partidos independentistas quieren recuperar el terreno perdido que esta pausa de cinco días ha tenido sobre la campaña electoral catalana. En ERC se preparaban seriamente para la dimisión de Sánchez. El grupo parlamentario en el Congreso informaba desde el pasado viernes a la dirección del partido de las altas probabilidades de que el jefe del Ejecutivo diera un paso al lado. Finalmente no ha sido así y ahora les toca reaccionar en esta cuenta atrás para las elecciones del 12 de mayo.
Desde las filas del partido muestran su estupefacción por haberse dejado «arrastrar» por la estrategia electoral de Sánchez. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE consideran que hubo un ambiente generalizado en Cataluña de dar veracidad a la hipótesis de su dimisión. Afirman que no fue solo un error o ingenuidad de los socios parlamentarios del gobierno, sino que en el ecosistema mediático catalán se secundó la tesis del PSOE y PSC de un desgaste de su líder por culpa de las «cloacas del Estado». Unas tesis que, por otro lado, también han sido explotadas por los propios independentistas en el pasado.
Una vez Sánchez ha despejado las dudas sobre su futuro, y para evitar un creciente malestar interno, el candidato de ERC, Pere Aragonès, ha pronunciado este lunes un discurso muy duro contra Sánchez. Le ha acusado de hacer «comedia» y de que la reflexión de cinco días ha sido una «cortina de humo» para «evitar hablar de Cataluña» y «de las propuestas de futuro». También ha señalado directamente a Salvador Illa, al preguntar de forma retórica si este iba ser el «estilo del PSC» a la hora de combatir a la «extrema derecha».
Los días anteriores al anuncio de Sánchez, el tono de Aragonès fue muy diferente. Se solidarizó con el presidente y dijo que debía «avanzar, porque retroceder es dar la razón a la extrema derecha». «Nosotros, que hemos sufrido la represión y la arbitrariedad de algunos poderes del Estado, podemos entender el sentimiento de todos», abundó. Y eso ahora se le reprocha dentro del partido.
Evitar el debate «Sánchez o la derecha»
El objetivo es que la campaña no se convierta en un plebiscito sobre «si se está con Sánchez o la derecha», como, a juicio de ERC, han pretendido los socialistas. Son conscientes de que en este marco de debate salen perjudicados, ya que pugnan con el PSC para atraer una parte del voto más izquierdista y más sensible a que no haya un gobierno conservador.
Aragonès también ha deslizado que buscarán erosionar a Illa por su gestión durante la pandemia. Algo que, como avanzó este periódico, estaba sobre la mesa antes de convocar el adelanto electoral, cuando estalló el caso Koldo, y con un escenario demoscópico que ya favorecía a Illa. Ahora, tras la última jugada de Sánchez, sectores del partido buscan atacar con más fuerza a Illa por este asunto.
Temor a la abstención
Uno de los temores de que la estrategia de Sánchez sea exitosa se debe al riesgo de alta abstención entre los independentistas. Se trata de un fenómeno que se ha consolidado en las últimas citas electorales y que, por el momento, solo Junts parece que podrá en parte revertir debido al «efecto» que ha tenido que su candidatura esté encabezada por Carles Puigdemont. Para ERC, sin embargo, el escenario es más complicado.
Además, el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió, publicado el pasado viernes, tampoco reflejaba una situación muy alentadora: solo el 47% de los catalanes con derecho a voto sabe que las elecciones al Parlament tendrán lugar el 12 de mayo, frente a un 12% que da una fecha aproximada, un 13% que responde de modo incorrecto y un 28% que no sabe o no contesta. Aunque el 63% aseguraba que iría a votar, lo que está claro -y temen desde ERC- es que Sánchez sea el protagonista de la campaña.