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Política

El Gobierno rebaja sus expectativas para el 9-J: «Si nos sacan dos escaños, lo salvamos»

El miedo a un impacto negativo llevó a Moncloa a centralizar la campaña y sustituir al Comité Electoral de Santos Cerdán

El Gobierno rebaja sus expectativas para el 9-J: «Si nos sacan dos escaños, lo salvamos»

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la candidata del PSOE para las elecciones europeas y vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. | Europa Press

Alea jacta est. La campaña ha terminado y el PSOE ha rebajado sus expectativas, consciente de que la suerte está echada y de que la estrategia de polarización ha tenido tímidos efectos. Fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE evidencian este baño de realidad al admitir que «si (el PP) nos saca dos escaños, lo salvamos», dado que el efecto que pueda derivarse de unas elecciones europeas es nulo, salvo que existiera una debacle. La expectativa de Moncloa era contener la victoria holgada que hace meses pronosticaban los sondeos, recortar la distancia e invertir el plebiscito sobre Pedro Sánchez hacia Alberto Núñez Feijóo. «Si sólo nos sacan 1-2 escaños, eso es la muerte para Feijóo». Y desde esa nueva expectativa, el Gobierno pretende transformar la derrota en una victoria y convertir el éxito de Feijóo en un fracaso, como hizo con las generales del 23-J.

El argumento que esbozan en privado en el Palacio de La Moncloa y verbalizarán desde la noche electoral de este 9-J es que «no ha funcionado el plebiscito de Feijóo ni la estrategia del PP de proyectar la corrupción sobre el Gobierno. Han fracasado. La  gente no lo ve». Sin embargo, tampoco ha funcionado el plebiscito de Pedro Sánchez utilizando a su esposa como reclamo electoral o las urnas del 9-J como mecanismo de validación de sus actividades profesionales. Desde Moncloa se ha desplegado una estrategia encaminada a vender que el aparente empate técnico permite una victoria del PSOE, con la intención de transformar sus deseos en realidad. En la última semana de campaña, el núcleo duro del presidente del Gobierno se ha filtrado ea determinados dirigentes una victoria del PSOE de 24 escaños sobre 22 del PP. 

«Las cartas no han funcionado» 

No obstante, las fuentes demoscópicas consultadas por THE OBJECTIVE, el «disparadero electoral» que se prometía el Gobierno cuando Begoña Gómez fue imputada se ha limitado a un espejismo demoscópico, que ha mantenido estable la intención de voto del PSOE y su empate técnico con el PP en torno a los 23 escaños. «El panorama sigue estable, no hay tensión electoral», explican los expertos en sondeos, «pero tras la primera carta del presidente del Gobierno la fidelidad de voto del PP cayó hasta veinte puntos. Eso no significaba que dejara de votarle, sino que había un voto vergonzante en el partido señalado como culpable de una cacería». Las aguas han vuelto a su cauce y la segunda carta «no ha tenido ningún impacto en las estimaciones de voto». Y añaden: «Si no consiguió que funcionara con la primera carta a la ciudadanía, en ésta menos. Sánchez sólo ha conseguido consolidar el voto que ya tenía». 

Los más realistas admiten que lo más probable es una victoria por la mínima de Feijóo que permita a Pedro Sánchez «salvar los muebles». Un empate que contempla horquillas de 20-23 (PP) frente a 18-20 (PSOE) que en realidad puede implicar tres escaños de diferencia y tres puntos porcentuales. El error es transmitir el burdo argumento de que un empate supone estar igualados a escaños: «No podemos sacar los dos 23 escaños, eso es imposible» porque entre PP y PSOE los votos puntúan doble, el punto que gana uno se lo resta al contrario. Y viendo la tendencia de las últimas cuatro semanas, algunos dirigentes socialistas confiesan que «yo firmo que el PP nos saque un sólo escaño» porque ello no se traduce en un castigo electoral lo suficientemente importante como para tomar medidas por parte del Gobierno.  

Moncloa orilla a Ferraz 

Los socialistas más críticos explican que «la campaña no ha ido bien», no ha servido para mejorar la intención de voto, y por ello el presidente Sánchez «se ha echado a la espalda toda la campaña, ha duplicado mitines y ha centralizado toda la estrategia en el Palacio de la Moncloa. Eso es que no va bien». Fuentes socialistas inmersas en la campaña desvelan que el Comité Electoral que dirige el secretario de organización, Santos Cerdán, «no se ha reunido desde que se constituyó» porque la campaña «la han llevado en Moncloa». Una prueba de ello es que Santos Cerdán se enteró de la segunda carta del presidente tomando cañas con miembros de la agrupación de La Latina en un acto en Aluche. «Se enteró allí mismo por la prensa» de la segunda misiva, cuyo operativo se decidió desde el complejo gubernamental. 

«Santos no pinta nada», explican estas fuentes, que ponen otro ejemplo con la preparación de los debates electorales. Fuentes cercanas a la candidata, Teresa Ribera, explican que fue el jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Óscar López, y no el Comité Electoral ni el equipo de Ferraz, quien le ha preparado para los debates electorales como el de La Sexta y el de TVE. Y el eje de esa estrategia ha sido la polarización con la vista puesta en «los militantes, que son los más radicales, pero también los que movilizan en la campaña, los que están en primera línea» y son capaces de favorecer la participación en unas elecciones con una abstención mucho mayor que en otras convocatorias.

A 24 horas de que se confirme el resultado de las urnas, en Moncloa están a la espera para decidir cómo tendrá que actuar el Gobierno en función del resultado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un paquete de medidas de «regeneración democrática», que comenzará por una reforma de la ley orgánica del Poder Judicial para lograr el desbloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Como adelantó THE OBJECTIVE, los socios de la coalición trabajan en un «sistema escalonado» de rebaja de las mayorías que intente evitar un varapalo de Bruselas. Fuentes gubernamentales también han desvelado que las dos alas del Ejecutivo trabajan en un paquete de medidas sociales en las que se incluirán medidas tributarias y la extensión del permiso de paternidad a 20 semanas. Sin embargo, en Moncloa lo dejan en stand-by hasta conocer el resultado de las urnas porque «el escenario puede cambiar si el resultado es mejor del esperado», tanto en el calendario como en la profundidad de las medidas. «La dirección política no está clara. Habrá que ver la nueva realidad». 

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